Vingegaard, al borde de las lágrimas tras su ansiada vuelta: "Es muy emotivo para mí"

Casi tres meses y muchas dudas después, Jonas Vingegaard ha vuelto. Tal y como avanzó Relevo, el danés, campeón de las dos últimas ediciones del Tour de Francia, ha llegado a tiempo a la ronda francesa y se ha puesto un dorsal por primera vez desde la durísima caída que le apartó de las carreteras el pasado 4 de abril en la Vuelta al País Vasco.

Como último vencedor de la Grande Boucle, aunque también por su indudable calidad como vueltómano —quizás uno de los mejores del ciclismo moderno—, Vingegaard ha atendido a los medios de comunicación antes del inicio de la primera etapa del Tour de Francia, en Florencia.

Allí, en el habitual espacio destinado para las preguntas de las televisiones, que no suelen prolongarse más de uno o dos minutos por cuestiones de agenda, Vingegaard ha pasado por los micrófonos de la señal internacional de Eurosport.

El primer tema a abordar era obvio. "Jonas, ¿qué significa para ti estar aquí?", ha preguntado el periodista de la televisión con derechos del Tour. "Esto es increíble para mí", ha replicado el danés, mientras descubría sus ojos. "Tomar la salida y volver a competir es muy emotivo para mí... Sí".

Los puntos suspensivos no son un error. Se trata del momento exacto en el que Vingegaard, ya sin gafas, se muestra a punto de quebrar en lágrimas tras pensar, seguramente, en todo el proceso que ha vivido entre ambos hechos, la caída del pasado 4 de abril y su presencia este sábado en la Toscana con el maillot del Visma-Lease a Bike.

El periodista retoma la entrevista mientras Vingegaard escucha y asiente educadamente, pero sus ojos no engañan: las emociones se han apoderado de su rostro. "Estoy seguro de que será un día muy, muy duro", responde tras tomar aire, en referencia a la primera etapa con final en Rímini. "Hace mucho calor y el recorrido es exigente, así que será muy difícil. Por supuesto, espero ataques de los favoritos. Seguro que van a meter presión desde el comienzo".