El mejor gregario de Vingegaard reabre las heridas tras la salida de Roglic: "Quizás se haya equivocado…"
Jan Tratnik, escudero del Visma-Lease a Bike, atiende a Relevo en el arranque de una temporada en la que defenderán triunfos en el Giro, el Tour y La Vuelta.

Este último verano, Jan Tratnik se erigió como pieza clave para que Sepp Kuss, Jonas Vingegaard y Primoz Roglic coparan el podio de La Vuelta en Madrid. No es casualidad, claro, que el rostro de Tratnik, sonrisa y barba inconfundible, aparezca en tan imponente fotografía. "Soy feliz como gregario", dice él con su marcado acento eslavo. Ahora, justo después de estrenar una temporada en la que correrá el Tour de Francia de amarillo, y tras conseguir, por qué no decirlo, excelentes resultados en los primeros compases del curso, Tratnik atiende a Relevo sabedor de que, un año más, su nombre figurará en los días clave del calendario.
Venimos del invierno ciclista más movido en años: fichajes importantes, rumores de Superliga, fusiones... ¿Qué está pasando?
Creo que, en líneas generales, hay más dinero que antes, y eso es una buena señal. Se están sumando patrocinadores importantes y eso es bueno, especialmente desde el punto de vista económico. Sobre las fusiones no puedo decirte mucho porque no sé en qué punto está la situación ahora mismo, parece que esa opción de la que se habló [la del Jumbo y el Quick Step] era la mejor, pero mira, ahora todo sigue y ambas partes parecen felices por separado. Sí creo, pese a todo, que este tipo de movimientos pueden poner en riesgo el trabajo de muchas personas, y solo por eso no estoy muy a favor. Nadie debe perder su empleo por algo así.
El dinero es cada vez más importante para llegar a la cima.
Se podría decir que sí. En el ciclismo actual es súper importante tener lo mejor a mano: el mejor material, los mejores corredores, el mejor personal… Todo. De lo contrario, es muy difícil ser competitivo o luchar por la victoria, por ejemplo, en el Tour de Francia. Y todo eso, claro, cuesta mucho dinero. De ahí que surjan ideas como la de fusionar equipos. Si tú tienes un líder más fuerte, mejores gregarios y mejor material, estarás más cerca de ganar, y los equipos no paran de buscar nuevas formas de llegar a eso. Que entren marcas como Red Bull al ciclismo es bueno, porque en cierto modo "aseguran" el futuro de nuestro deporte, pero es difícil saber qué hay detrás de todo esto.
El ciclismo cada vez se parece más a la Fórmula 1.
La verdad es que sí. A veces me gustaría volver un poco a los viejos tiempos, a un ciclismo no sé si decir más tranquilo, pero sí sin tanta información. Ahora todo gira en torno a los números, la potencia, los gramos… Cuando la temporada termina, no puedes más, necesitas desconectar y disfrutar de tu vida fuera del ciclismo.
Es más estresante.
Sí, diría que sí. Recuerdo que en el pasado, si teníamos una etapa llana, el equipo se reunía cinco o diez minutos. Ahora no hay reunión que dure menos de tres cuartos de hora, independientemente del perfil de la etapa. Y ojo, todo el mundo sabe que al final, la etapa se decidirá en un sprint, pero aun así analizamos cada detalle del recorrido para tenerlo todo bajo control. No se deja nada a la sorpresa, y eso se traduce en que todos queremos estar siempre al frente del pelotón, controlando. Creo que antes no se pensaba así. No había esa sensación de que en cualquier momento podía suceder algo.
"Aquí cada corredor, incluso el peor del equipo, recibe el mismo apoyo que Jonas [Vingegaard] o Sepp [Kuss]"
Ciclista del Visma-Lease a BikePero también te gusta.
Sí, eso es. Estresa, pero al mismo tiempo engancha. Es una forma de tomárselo todo de un modo más profesional. Todos buscamos dónde mejorar y eso se refleja en tu desempeño en la bicicleta. Yo, si me comparo ahora con el Jan de hace tres o cuatro años, he dado un paso al frente. Tiene sentido, claro, porque trabajamos en todas las áreas, y al final eso también se nota, es bonito. El esfuerzo y el trabajo tan minucioso merece la pena, aunque a veces pueda parecernos demasiado [ríe].
¿Cómo ha cambiado el rol de gregario?
En este nuevo ciclismo, si eres gregario has de serlo desde el primer día de la temporada hasta el último. Necesitas trabajar, trabajar y trabajar. No tienes ese día de descanso en el que puedes decir, bueno, hoy voy a tomármelo con más calma. Tienes que estar centrado siempre en el líder, sin excepciones. Si la etapa es llana, la haces junto a él. Si para a hacer pis, te paras con él. Necesitas un nivel de concentración enorme. Y la responsabilidad, claro, es inmensa, especialmente para mí, porque soy un corredor regular en todos los terrenos, sea en llano, hacia arriba o en días exigentes, en las denominadas etapas trampa. Eso sí, soy feliz con ello. Amo lo que hago y disfruto mucho de mi trabajo.
¿Qué hace especial al equipo Visma?
Creo que el equipo se centra realmente en todos, no trabaja solo con el líder. Cada corredor, incluso si es el peor del equipo, recibe el mismo apoyo que Jonas [Vingegaard] o Sepp [Kuss]. Todos tenemos los mejores planes de entrenamiento, los mejores nutricionistas y hacemos la misma recuperación. Si ellos [los líderes] van a trabajar en altitud para preparar el Tour o La Vuelta, todo el equipo preseleccionado para esa carrera va a hacer la misma preparación con ellos. El equipo insiste mucho en eso: quieren que cada corredor esté al máximo siempre, también los gregarios. Y cuando pones todo en el mismo nivel de importancia, se nota. Cambia la cultura de un equipo. Al final, nos ajustamos al plan al cien por cien y diseñamos nuestra temporada atendiendo a eso, tratando de estar con el líder el mayor tiempo posible. Y creo que eso es algo que antes no era tan importante. Todos los ciclistas, fueran líderes o gregarios, llevaban su propia preparación para cada carrera. Corrían esta, esta y esta, según su elección. Ahora no. Lo de elegir las pruebas que te gustan pasó a mejor vida, todo se centra en cómo ser el mejor ciclista posible en el Tour, y tienes que diseñar tu calendario con eso en mente. Es decir, vas a tener que saltarte algunas de tus carreras favoritas, esas a las que más cariño les guardas.
Te refieres a las clásicas, esas en las que brillaste en 2022.
Sí, eso es. Ese año disputé carreras como Milán-San Remo, Flandes, Amstel y A Través de Flandes y lo hice muy bien, para ser sincero. Era la primera vez para mí, y eso que eran carreras que no entraban en mis planes. Yo contaba con ir a entrenar en altura, pero varios compañeros [entonces en el equipo Bahrain] cayeron enfermos y tuve que dar un paso adelante. No tenía grandes expectativas, pero acabé con varios top-10 y muy buenas sensaciones. La verdad es que el año pasado esperaba repetir en esas carreras junto a Wout [Van Aert], especialmente en las clásicas de Bélgica y las Árdenas, pero no pudo ser. Es cierto que pude hacer Lieja, pero no es lo mismo. Este año mi voluntad es volver a algunas de esas carreras, no a todas, es cierto, pero sí al menos a E3, A Través de Flandes y Tour de Flandes, así que estoy contento. Si lo miro desde un punto de vista egoísta, me encantaría estar en esas y en algunas más, pero bueno, es algo que quiero hablar con el equipo, a ver cómo lo enfocamos en el futuro.
"Me encantaría correr más clásicas, es algo que quiero hablar con el equipo"
Ciclista del Visma-Lease a Bike¿Cómo queda tu calendario entonces?
Muy exigente [ríe]. Después de haber hecho Murcia, Jaén y Algarve, esta semana haré Omloop-Nieuwsblad y Kuurne. Después iré a entrenar tres semanas en altitud, al Teide, y desde allí viajaré a Bélgica para hacer E3, A Través de Flandes y Tour de Flandes. Luego tendré un mes de "descanso" [sonríe], de preparación para el Giro de Italia. Después iré al Tour de Francia y entonces, tras el Tour, podría optar a los Juegos Olímpicos, así que sí, será un año duro y habrá que prestar mucha atención a la recuperación.
Antes de preguntarte por el Tour, ¿cómo son esas concentraciones en altura?
Lo más difícil, con diferencia, es que estás lejos de casa casi lo mismo que en una gran vuelta [tres semanas]. Es duro, pero sabemos que la altitud nos puede ayudar mucho en nuestra preparación para el resto del año y somos profesionales, así que tenemos que ir motivados. Una vez allí, los entrenamientos son muy exigentes, porque la intensidad es máxima. Primero, porque para adaptarte a la altitud tardas unos cinco o seis días, y después, porque estamos entre cuatro horas y media y siete horas al día sobre la bicicleta. Allí, la nutrición y el descanso son importantes, pero lo es más aún tu cabeza. Tienes que ser inteligente. Si un día no te encuentras bien o sientes que falla algo, quizás es mejor que te quedes en casa. En altitud, si cometes un error, vas a tardar más en recuperarte; y si encadenas dos días cansado, ya no recuperas. Son cosas que cuando eres joven no sabes medir, no escuchas a tu cuerpo como debes. Lo sé porque soy un ciclista experimentado y controlo estos detalles, pero no siempre ha sido así. Si no eres inteligente, la altitud puede hacértelo pasar muy mal.
Todo sea para llegar bien al Tour de Francia. ¿Cómo ves la edición de este año?
El recorrido de este año es durísimo. Va a ser una carrera muy, muy, muy exigente, pero al final, si miramos lo que ocurrió las dos últimas temporadas, creo que es la edición que mejor le viene a Jonas [Vingegaard], porque es durísima y a él, cuanto más dura, más le gusta. Está muy feliz por ello.
¿Cómo lo afrontas a nivel personal?
Bueno, lo primero que puedo decir es que estoy muy contento de estar en la preselección. Todavía queda mucho y puede pasar cualquier cosa, pero sí, mi mente ya está en el Tour. Es más, tiene que estarlo, porque si no, la preparación se haría muy cuesta arriba. Más allá de eso, siento mucha responsabilidad, claro, aunque estoy acostumbrado. Es algo que me gusta y me motiva. Cuando entreno, pienso en ello, me digo, vale, estoy trabajando con el objetivo de rendir en el Tour de Francia y ayudar a Jonas a conseguir la victoria. Va a ser un gran desafío y habrá muchísima presión, estoy seguro. Tenemos un largo camino por delante, así que espero que todo vaya sobre ruedas y no tengamos problemas como el accidente del año pasado [a dos días de arrancar el Giro de Italia 2023, un coche embistió a Tratnik, que se perdió la ronda italiana por lesión].
"Lo que pasó con nuestros tres líderes es que tenían diferentes mentalidades. Todo el mundo quiere ganar"
Ciclista del Visma-Lease a BikeEl equipo sufrió mucho en el Giro sin ti, especialmente en el tramo final.
[Ríe] Bueno, pero lo gestionaron muy bien. Primoz [Roglic] fue lo suficientemente fuerte hasta el final y pudo ganar el Giro de Italia. Aunque lo viera desde casa, me hizo muy feliz.
Si nada cambia, en el Tour competiréis contra Pogacar, Evenepoel, Roglic...
Sí, es cierto, pero siendo honesto, en todas las carreras en las que esté Jonas [Vingegaard], nos van a mirar a nosotros. Todos los rivales van a estar pendientes de qué hacemos, cuándo atacamos y cuándo tiramos. Esto implica una responsabilidad tremenda, claro. Tenemos que trabajar muy duro y estar atentos, porque los otros equipos nos van a atacar cada vez que puedan y la presión va a ser máxima. Tendremos que saber defendernos de todos esos ataques, va a ser un reto mayúsculo.
También un motivo de orgullo, ¿no? Sois el rival a batir.
Está claro. Todos nos miran, y es cierto que después de años tan exitosos como Jumbo, ahora, como Visma-Lease a Bike, todo el mundo espera resultados. Vamos a darlo todo en cada carrera para que así sea, pero luego esto es deporte y nunca se sabe. Si sabemos que hemos dado todo lo que estaba en nuestra mano y alguien termina siendo más fuerte, le daremos la mano y lo aceptaremos. De eso se trata al fin y al cabo.
El año pasado, durante La Vuelta, hubo muchas críticas al equipo por la gestión del liderato entre Kuss, Vingegaard y Roglic.
Yo trato de no escuchar ni leer Twitter y esas mierdas, si se me permite. No me molesta lo que opinen otros, porque este es nuestro trabajo y sabemos cómo funciona. Tenemos gente en el equipo que se dedica a darnos instrucciones y nosotros escuchamos y ejecutamos el plan, nada más. Lo que pasaba con nuestros tres líderes es que tenían diferentes mentalidades. Todo el mundo quiere ganar. Si estás ahí, y estás en la pelea, por supuesto que quieres ganar. No es fácil correr siempre en equipo, ¿sabes? Por ejemplo, Primoz se estuvo preparando durante mucho tiempo para La Vuelta. Estaba en forma. Y sí, claro que se alegró mucho por Sepp, pero sus emociones seguro que fueron diferentes, porque al final todo el mundo quiere ganar, y si hay una oportunidad, no la quieres desaprovechar. Al final, creo que lo llevamos bien: Sepp se mereció ganar en carretera. Lo que se dijo en los medios, no lo sé, siempre he preferido mantenerme al margen, no leer nada y ser feliz con mi vida, ajeno a las críticas.
¿Cómo te enteraste de que Roglic dejaba el equipo?
No fue fácil, Primoz es mi mejor amigo en el ciclismo, somos muy cercanos y compartimos mucho. Su marcha no fue nada fácil. En la segunda parte del año lo hicimos muy bien juntos, en Burgos, en La Vuelta y en las clásicas italianas de otoño. Fue duro saber que no estaría con nosotros a partir de entonces. Lo único que me queda es felicitarle, porque hace falta coraje para tomar una decisión así. Él sabe que ahora mismo éste es el mejor equipo del mundo, y que lo tiene todo aquí, pero aun así decidió asumir un riesgo, cambiar de aires y tratar de ir a por el Tour de Francia. Quizás se haya equivocado, pero estoy seguro de que lo dará todo y que, cuando termine su carrera y mire atrás, estará orgulloso del camino que tomó. Nunca ha tenido miedo de salir de su zona de confort y eso habla muy bien de él. Creo que fue la mejor decisión para él y yo estoy feliz y contento por él, porque sé que él lo está.
¿Te pidió consejo?
No, no me preguntó nada. Al final, él planeó todo e hizo lo mejor para su futuro. Seguro que al principio le cuesta, porque lleva muchos años en el mismo sitio, con la misma gente y cambiar nunca es fácil, pero está en un equipo muy fuerte, no solo en cuanto a plantilla, sino también en cuanto a material, bicicletas, nutricionistas... Él va a aportarles mucha experiencia, pero conociéndole como le conozco, seguro que también estará abierto a recibir consejos y a escuchar para ser mejor ciclista.
¿Qué coméis en Eslovenia?
Me lo preguntan mucho, sí [ríe].
De un país con solo dos millones de habitantes habéis salido tú, Roglic, Pogacar, Doncic, Oblak...
Nunca sé muy bien qué decir, pero mira, desde mi punto de vista hace mucho que desde pequeños crecemos sin que nos regalen nada, tenemos que trabajar muy duro para conseguir cualquier cosa. Yo recuerdo que de niño empecé jugando al baloncesto, luego probé en otros deportes y terminé en el ciclismo de carretera por casualidad, pero cuando les dije a mis padres que quería una bicicleta me dijeron que me tendría que poner a trabajar para comprármela. Y así fue. Trabajé duró durante unos meses, dejé de salir con mis amigos y conseguí dinero para comprarme una bicicleta. Creo que esa mentalidad te forja. Y luego, claro, el talento ayuda.
¿Cómo ves a Pogacar y su rivalidad con Vingegaard?
La verdad es que es un choque muy interesante porque Tadej ganó dos veces seguidas el Tour, y cuando parecía que Primoz era el único capaz de derrotarle vino Jonas y demostró ser el más fuerte. Al final, yo creo que Jonas empuja a Tadej y viceversa. Se motivan el uno al otro, se empujan a trabajar más fuerte. Al final, entre los dos han ganado los últimos cuatro Tours de Francia. Durante la temporada trabajan muy duro y se preparan a conciencia porque quieren hacer todo lo posible para demostrar que pueden derrotar al otro. Y por el camino, nos hacen mejores a todos.
No puedo terminar sin preguntarte por tu contrato, que acaba al término de la presente temporada.
Sí, es cierto. La verdad es que ya hemos tenido algunas conversaciones, pero dejo que mis agentes se dediquen a ello, porque para algo es su trabajo.
Acabarás el curso con 34 años. ¿Piensas mucho en la retirada?
Más que en la retirada pienso en los motivos por los que sigo compitiendo. Primero y más importante, porque me encanta, y si me encanta igual cuando tenga 40 años, sea en este equipo o en otro, seguiré compitiendo. Al final, si pienso en otra cosa, la mente se me irá, y me gusta ir día a día. Creo que si puedo sentarme en una bicicleta con motivación y felicidad, no necesito nada más. Cuando vea que no puedo salir de casa, que no disfruto del entrenamiento o que pierdo la motivación para sufrir en cada entrenamiento, me preguntaré a mí mismo qué está pasando. Quizás entonces haya llegado el momento de dejarlo, pero ahora sigo disfrutando como cuando era un niño. Si tuviera que decir una cifra [piensa durante unos segundos], me veo compitiendo al menos seis años más.