Las caras sonrientes que convencieron a Carlos Sainz para fichar por Williams

Carlos Sainz se enamoró de Williams hace tiempo. A veces, en el amor, solo las partes entienden su relación y todo lo que sienten entre ellos. Desde fuera, puede costar comprender ese embrujo. Algo similar ocurre con el fichaje del español por la escudería británica mientras da un paso atrás en su carrera: las circunstancias lo empujaron a firmar y muchos aficionados en la Fórmula 1 no acabaron de entender el movimiento hacia Reino Unido. Sin embargo, ha tardado muy poco en declarar su amor por Williams.

Sus nuevos compañeros de la fábrica de Grove le han preguntado y Sainz se ha abierto. Cogió el micrófono y empezó a responder. "Al final me di cuenta de que mi decisión tenía que basarse en dos cosas: el proyecto y las personas, para mí lo fundamental no era tanto el corto plazo. Al principio, cuando tuve que tomar una decisión tan importante, estaba muy centrado en qué equipo iba a ser más rápido en 2025, quién generaba más carga aerodinámica, quién estaba descubriendo cosas que los harían más rápido".

El madrileño ha priorizado el plano personal y no tanto el deportivo, pues su nuevo equipo terminó penúltimo el curso pasado, con 17 puntos. De ahí aquello que comenta del éxito a corto plazo. "Sé que Williams tiene un buen proyecto, que cuenta con el respaldo y que tiene buena gente. Al final, esta combinación de dos cosas me hizo creer de verdad en Williams y venir a unirme a vosotros". El jefe de equipo James Vowles ha realizado un trabajo incansable para contratar al expiloto de Ferrari. Puro pico y pala.

"Cuando empecé a hablar más en detalle con James (Vowles), me di cuenta de que había elaborado un proyecto muy sólido. Estaba formando un equipo, con una visión, con un proyecto, que creo que va a llevar a este equipo de nuevo a la vanguardia. Hay un liderazgo muy fuerte y una visión que inmediatamente me hizo, digamos, enamorarme del proyecto y confiar en su liderazgo. Luego digo la gente, pero es parte de lo mismo".

Ingresar en la fábrica de Grove ilumina a Carlos Sainz. Allí le cambia la cara. "Lo que más me impresionó, siendo honesto, fue lo motivado que estaba todo el mundo, incluso al final de un año en el que sabemos que pasasteis unas últimas carreras difíciles. Hubo muchísimo trabajo aquí en la fábrica, mucho trabajo en la pista para lograr que los dos coches siguieran adelante después de una racha tan mala de accidentes".

Los rostros felices de los trabajadores le conquistaron. "Vi caras sonrientes por todas partes, vi gente con ganas de participar, de colaborar, de hacer que esa prueba fuera lo más positiva posible. Y, sinceramente, me impresionó muchísimo y disfruté de esos dos días. Fue la manera perfecta de irme al invierno sabiendo que tengo el apoyo total del equipo y que todos están empujando al máximo el resto del invierno".