FÓRMULA 1

Carlos Sainz se resigna a un 'all-in' de Williams para 2026: "Esto es prácticamente todo..."

El español desveló que Williams está "poniendo todos los huevos en la cesta del coche del año que viene", por lo que las 'mejoras' vendrán de su trabajo en el garaje.

Carlos Sainz, antes del GP de Baréin. /EP
Carlos Sainz, antes del GP de Baréin. EP
Daniel Knecht Escobar

Daniel Knecht Escobar

Carlos Sainzexcava y excava en busca de una mina de oro que siente que está a punto de encontrar. Desde su llegada a Williams, un gigante del automovilismo venido a menos, su objetivo estaba claro: ayudar a los británicos a extraer todo el potencial de un monoplaza que no está ni estará próximamente para luchar por podios y mucho menos victorias, pero que sí puede allanar un futuro próspero a partir del cambio de reglas de 2026. Así está siendo.

Desde un primer momento, en Grove notaron la experiencia y buen hacer del español, aportando todo el conocimiento que adquirió en Ferrari, McLaren y Renault para configurar coches de carreras. Siempre ha terminado dando con la tecla y es cuestión de tiempo que apriete la correcta en Williams. Se siente cerca de hacerlo y extraer todo el jugo de un monoplaza que, eso sí, no sufrirá muchos más cambios a lo largo del año... y eso que estamos en abril.

El madrileño ha comparecido en el media day del Gran Premio de Arabia Saudí, en Yeda, donde ha afirmado que Williams Racing no planea implementar demasiadas evoluciones en 2025. "Estamos poniendo todos los huevos en la cesta del coche del año que viene", ha desvelado, afirmando que en sus conversaciones con James Vowles el jefe del equipo británico ha dejado claro que "esto es prácticamente todo en cuanto al desarrollo de este coche para este año". Bajan el telón tras cuatro carreras en las que apenas han cosechado 19 puntos que los colocan en sexto lugar del campeonato de constructores.

El progreso del equipo, entonces, tiene otra hoja de ruta. Sainz y su compañero, Alex Albon, tendrán que tirar de casta para darle alegrías a la escudería en pista, básicamente encontrando las configuraciones idóneas para cada circuito y compensando (o corrigiendo) las carencias que presenta el coche. La principal es "un problema de equilibrio de base" que es el gran dolor de cabeza en el box. "Lo estamos investigando y de verdad estamos intentando usar todo lo que tenemos para ver qué podemos hacer con el setup y las herramientas que tenemos en el circuito, porque en desarrollo no creo que tengamos muchas oportunidades de mejorarlo".

A pesar de la mala noticia que supone en principio no traer cambios a lo largo de las 20 carreras que restan de campeonato (a veces meter mano en el coche termina siendo un paso atrás), Sainz confía aún en que la temporada promete. "Estoy siendo muy claro con el equipo: si conseguimos mejorar esto, hay muchísimo potencial en este coche, mucho potencial en este equipo. Si logramos resolver e identificar qué parte del coche provoca esto, estoy 100% seguro de que podemos dar pasos muy grandes hacia adelante", aseveró. A tiro está todavía Haas (20 puntos) en la lucha por el trono para ser 'el mejor del resto', además de algo más lejos Ferrari (57p) y Red Bull (71p), aparentemente sin un rumbo claro en sus mejoras y con un rendimiento que ha sembrado muchas dudas.

La suerte para Williams es que la competitividad es comedida. Es obvio que tanto Albon como Sainz querrán colgarse el cartel de 'número 1' del equipo, pero mantienen un trabajo codo con codo más allá de lo que pueda ocurrir sobre el asfalto que se enfoca en encontrar todas las soluciones posibles en los garajes y compartirlas para el bien común. Trabajo en equipo, del de verdad.

Han encontrado en qué afecta este problema en ritmo de carrera ("es una característica del coche, parte de su ADN, aparece un poco más en curvas de velocidad media a baja", aseguró) pero no su origen. El tailandés, que inicia su cuarta temporada en la escudería ya está hecho a lidiar con la identidad de este Williams, aunque para Carlos "es algo nuevo". "Estoy intentando adaptar mi pilotaje, mi puesta a punto y mi comprensión para lidiar con ello".

Hasta dar con esa mina de oro que promete que atesora su Williams, Carlos Sainz trata de seguir adaptándose a un contexto que hacía mucho tiempo que no le correspondía. En su estancia de tres años en Ferrari se 'malacostumbró' a la pelea por podios y victorias (terminó conquistando cuatro grandes premios con los italianos), una inercia en la que no puede continuar este año. "(En Baréin) Elegí luchar con coches con los que quizá no debería haber elegido luchar. Pero hacía tiempo que no peleaba con estos chicos y me sentía lo suficientemente cómodo como para hacerlo", afirmó sobre sus peleas en pista con Hamilton, Verstappen o Tsunoda, quien finalmente arruinó su carrera. Su inicio no ha sido el mejor (dos abandonos y una décima posición como mejor resultado), pero vislumbra un mejor futuro a no tan largo plazo.