FÓRMULA 1

Carlos Sainz bajó a Fernando Alonso del podio pero los Alpine lo volvieron a subir

La locura de Gran Premio en Albert Park terminó con una carrera a dos vueltas... que ni siquiera se llegó a completar.

Momento en el que Sainz toca a Alonso tras la salida a dos vueltas por bandera roja. /DAZN
Momento en el que Sainz toca a Alonso tras la salida a dos vueltas por bandera roja. DAZN
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Parecía que la accidentada carrera del Gran Premio de Australia terminaba. Habían sucedido ya demasiados accidentes, el Safety Car ya había entrado en pista y además hubo una bandera roja, material más que de sobra como para empezar a ordenar las mentes y hacer balance de lo sucedido. Pero aún quedaba mucho. Verstappen, Hamilton y Fernando Alonso iban a configurar el podio en la tercera carrera de la temporada, con Carlos Sainz cuarto. Restaban poco más de dos vueltas y ya había crónicas a punto de poner su punto y final.

La carcasa de un neumático suelto del monoplaza de Kevin Magnussen se posó en el asfalto y la FIA decidió primero sacar el Safety Car y, posteriormente, tras observar las piezas de fibra de carbono que había dejado el Haas del danés en la pista, ordenó la segunda bandera roja de la tarde australiana.

El hype era máximo otra vez. ¡Carrera a dos vueltas! Una buena salida ponía a cualquiera de los pilotos de las primeras líneas en una posición de podio o, ¿por qué no?, de ganar la carrera. Era una oportunidad única, tal y como ha comenzado la campaña 2023, con la dictadura inalcanzable de Red Bull, para vencer. Lo era para Lewis Hamilton en un Gran Premio en el que los Mercedes han dado un gran paso adelante, aunque aún a leguas de distancia de Verstappen.

También para Fernando Alonso, que caminaba hacia su tercer podio consecutivo y veía el cielo abierto para, con una de sus buenas arrancadas, avanzar posiciones. ¿La 33? Todo era posible. Sainz, cuarto, también podía creer en colarse en el podio aprovechando que la pelea de los tres que iban por delante iba a ser encarnizada.

Como se preveía, la nueva y mínima carrera trajo una salida loca. Hamilton se tiró a por Verstappen pero el holandés tapó huecos sin sufrir. Alonso buscó el exterior para sacar fruto de esa situación, pero sin éxito. Gasly, que partía quinto, cogió sitio a Sainz, que en la primera curva, intentando recuperar su posición, tocó al Aston Martin del asturiano. Alonso quedaba fuera y Sainz, tercero.

Pero esto no había terminado. Apenas unos segundos después, en la recta, el Alpine de Gasly, que se había pasado de frenada en la curva 1, se llevó por delante al de su compañero Esteban Ocón. Los dos monoplazas se fueron contra el muro y apareció la tercera bandera roja. Esto sí que no lo vio nadie venir.

La FIA tenía que decidir qué hacer, en un escenario complejísimo, un papelón. Alguien iba a salir perjudicado y las quejas iban a resonar durante semanas. Fernando Alonso por radio ya reclamaba a su equipo que no se había dado una vuelta completa y que de esa manera tenía recuperar su tercera posición para la nueva salida, si es que se producía.

Tras minutos de inquietud, llegó la decisión. Coche de seguridad para la última vuelta con las posiciones de la resalida anterior y sanción de cinco segundos a Carlos Sainz por el toque a Alonso, quedándose fuera de los puntos, 12º. "No, no, por favor. Que esperen a discutirlo conmigo, la sanción es muy severa", intentaba Sainz, desesperado, frenar el correctivo a través de la radio del equipo.

No hubo más en la pista, pero se seguirá hablando de esta interminable carrera durante mucho tiempo.