'Drive to Survive' vuelve a olvidarse de Fernando Alonso tras los errores de Aston Martin: apenas una frase en diez capítulos

Fernando Alonso solo fue visto durante 18 minutos en pantalla en 'Drive to Survive' el año pasado. Ese gran escaparate que es el popular documental de Netflix decidió dedicar a sus ocho podios en su estreno con Aston Martin menos de medio capítulo de las más de siete horas totales cuando fue uno de los protagonistas indiscutibles de la campaña. Al asturiano tampoco es que le haga falta chupar cámara, con dos Mundiales y 32 victorias en su haber, pero se entiende que es una forma de reconocimiento, dada la popularidad mundial que ha alcanzado la serie desde hace unos años.

Hoy viernes se ha estrenado la séptima temporada y la historia del año pasado se ha repetido con Alonso. Ni rastro de él. De hecho, ni 18 minutos, ni dos. Al español apenas se le escucha soltar una frase en las pocas escenas donde aparece. Felicita a Lewis Hamilton en el primer capítulo cuando se anuncia el fichaje del británico por Ferrari. "Bien hecho", le lanza con cariño mientras se ríe. Es la única vez que le escucha hablar, con protagonismo, en los diez episodios de esta edición pues el resto de apariciones son testimoniales, en un segundo plano de la acción. En una de ellas, aparece extrañado sobre dónde colocarse en una foto grupal con el resto de pilotos.

Su nombre emerge en una conversación clave entre Toto Wolff y su mujer Susie en una terraza con vistas mientras debaten sobre quién debería sustituir a Hamilton en Mercedes. "¿Apuestas por alguien con experiencia de fuera, aúpas a George (Russell) o apuestas por alguien joven?", se cuestionan. Después de mencionar a Carlos Sainz, citan al asturiano. Creen que es demasiado mayor, con 43 años, para empezar de cero una era y un proyecto, así que lo descartan. El gesto de Susie Wolff lo dice todo.

¿Cómo se explica la ausencia de Alonso un año más? ¿Es un piloto que no vende? ¿Había narrativas y excusas para incluirle? El ovetense ha pasado de ser protagonista en escenas con Alpine hace un par de temporadas a desaparecer por completo del reparto, ni comparece en plató, de hecho, para dar sus impresiones. "En la Fórmula 1 hay personajes buenos y malos, supongo que soy el tío malo", soltó hace un par de años cuando su drama en forma de salida del equipo francés acaparó focos.

Es cierto que la temporada de Aston Martin, desde el Gran Premio de Imola, fue para olvidar y puede haber poco que contar. Al menos poco positivo, pero lo negativo siempre vende más. La falta de acierto en las evoluciones del monoplaza solo hizo que ir retrasando al monoplaza verde cada vez más posiciones en la parrilla. Se entiende que la temporada cuesta abajo del equipo de Silverstone no tenía chicha para extraer grandes relatos.

La sanción que recibió en Australia, sin embargo, podría haber recibido algo de atención. La FIA entendió que el español provocó un fuerte accidente de George Russell y la decisión de los comisarios de castigarle desató polémica a principio de temporada. Terminó perdiendo dos posiciones y fue el tema del momento en el Gran Circo. También tuvo roces en pista con Sainz y Hamilton. Excusas para dedicar minutos en pantalla siempre hay: equipos menos relevantes como Haas, de hecho, siempre han recibido la atención de Netflix en la serie, tal vez por ser estadounidenses.

Tal vez se entiende que Alonso ya no vende o que está pasado de moda, aunque siga manteniendo a su edad un gran rendimiento sobre el asfalto y un gran impacto en redes sociales cuando publica memes o videos cómicos vestido de verde Aston Martin. Una temporada más, el reality ha decidido priorizar otras líneas argumentales de pilotos, según ellos, con más marketing. Liam Lawson, Lando Norris, Charles Leclerc o Daniel Ricciardo acaparan planos mientras Alonso y Verstappen son olvidados.

A pesar de ser el campeón, nada de nada. El neerlandés siempre ha manifestado que ni admira la serie ni la ve por faltar a la verdad: "Se han inventado una rivalidad que en realidad no existe. Por eso, decidí no participar más y no dar entrevistas desde entonces, porque así tampoco pueden mostrar nada. No me gusta el dramatismo, quiero hechos y cosas que pasen de verdad".