FÓRMULA 1

Por qué el último rifirrafe entre Verstappen y Pérez no ha sido como los anteriores

Los dos pilotos de Red Bull fueron protagonistas de la carrera Sprint en Austria, donde estuvieron a punto de tocarse en tres ocasiones.

Sergio Pérez y Max Verstappen, tras la carrera Sprint del GP de Austria. /Reuters
Sergio Pérez y Max Verstappen, tras la carrera Sprint del GP de Austria. Reuters
Sergio Lillo

Sergio Lillo

El cara a cara de Sergio Pérez y Max Verstappen en la carrera al Sprint del GP de Austria ha sido una gota más a un vaso que lleva lleno desde finales de 2022. Pero la reacción de sus dos protagonistas no ha sido la misma que en el pasado. Quizás han aprendido la lección. Quizás Christian Horner y Helmut Marko, directivos de Red Bull Racing, les obligaron a cambiar de hábitos. O tal vez la superioridad del neerlandés es tal que el mexicano prefiere ahorrar energías para batallas que pueda ganar.

Ambos estuvieron a punto de tocarse en hasta tres ocasiones en la segunda Sprint de la F1 2023. Primero, en la salida. Pérez traccionó mejor que Verstappen y, aunque inicialmente dudó si meterle el coche entre el muro y sus ruedas derechas, finalmente se decidió antes de llegar a la curva 1. A la salida de la misma, el neerlandés eligió otra trazada que le hizo salir con más velocidad, pero el mexicano cerró su trayectoria y le obligó a pisar con las dos ruedas derechas la hierba.

El bicampeón del mundo aseguró por radio que le había echado fuera de la pista y en la curva 3, se tiró con todo a por su compañero. Alargó su trazada, obligándole a salirse de pista y provocó una interesante melé por detrás en la que Lando Norris casi paró el McLaren en mitad de la curva para no llevárselo puesto y Fernando Alonso tuvo que esquivar al británico. A partir de ahí, el infinito. Verstappen se impuso con nada menos que 21 segundos... tras solo 24 vueltas.

En el parque cerrado, se vio a ambos comentar la situación gesticulando con intensidad, pero sin mayores consecuencias. Una vez delante de los micrófonos, cada uno ofreció su punto de vista, de manera pausada, tranquila. Sin grandes rencores.

"La salida de la curva 1 no fue muy bonita. Eso podría haber acabado en un gran accidente. Tenemos que hablar sobre ello. No estuvo bien", fueron las palabras de Verstappen al acabar la carrera.

"Fue un momento un poco peliagudo a la salida de la curva 1 y por supuesto cuando te echan hacia la hierba, deslizas muchísimo. Pero logramos mantener el coche bajo control y desde ese momento simplemente hicimos nuestra carrera", añadió tras bajarse del coche.

Por su parte, el mexicano aseguró: "Creo que Max estaba enfadado por la curva 2, pero no le vi en ese momento. Simplemente tuve una mala curva 1, así que intenté protegerme, pero cuando me di cuenta de que estaba ahí, abrí la puerta para darle espacio. Todo está bien. Hemos hablado de ello".

Max Verstappen supera a Sergio Pérez en la curva 3 durante la primera vuelta de la Sprint en Austria.  EFE
Max Verstappen supera a Sergio Pérez en la curva 3 durante la primera vuelta de la Sprint en Austria. EFE

"Creo que fuimos un poco al límite los dos. Lo hemos hablado y al final lo bueno de esto es que no afectó al resultado del equipo. El ritmo estaba ahí, ayer tuvimos pero desafortunadamente tuvimos problemas con los limites de pista. Ya he cambiado mi posición en el asiento para ver un poco más porque es ridículo lo que estamos viviendo aquí con este tema. Ahora pensar en mañana y minimizar el daño porque se ve complicado arrancado 15º", añadió en los micrófonos de DAZN F1.

Parece que ambos han cambiado de chip, que la rivalidad no está tan a flor de piel, a pesar de todo. Tal vez los 70 puntos que Verstappen le saca a Pérez, que a su vez tiene 12 de ventaja sobre Alonso, sean una causa. Pero lo que está claro es que el mexicano tiene suficiente con sus problemas para sacar partido del mejor coche de la parrilla actualmente, como para meterse en guerras abiertas con su compañero de garaje.

Tampoco Verstappen tiene necesidad de volver a subrayar su papel de macho alfa en la escudería de Milton Keynes. Lo ha demostrado en los últimos dos meses, abriendo un importante hueco en el Mundial con el único piloto que podía plantarle cara esta temporada. Eso sí, el neerlandés tampoco ha dejado pasar la ocasión para dejarle claro al equipo que tendrán que discutir el tema para que no se vuelva a repetir.

Un futuro en el aire

Pérez, que a principio de temporada quiso reivindicarse como alternativa para ganar el Mundial, lleva una racha desastrosa desde su pole y su segundo puesto en Miami. Se ha quedado fuera de la Q3 en las cuatro últimas carreras (solo David Coulthard en 2008 antes de retirarse encadenó una racha peor en clasificación con un Red Bull) y ha estado a años luz del neerlandés en carrera, superado incluso por el Aston Martin de Fernando Alonso de manera habitual.

Pérez está en el tercer año de su etapa en Red Bull y tiene contrato hasta finales de 2024 tras la renovación después de ganar el GP de Mónaco 2022. No obstante, esto no suele ser un impedimento en el entorno Red Bull, donde cualquier mínimo desliz o falta de resultados puede provocar salidas de pilotos o cambios de equipo, como el caso Alex Albon-Pierre Gasly de la temporada 2019.

Helmut Marko, asesor del equipo, ya ha dicho que la meta inicial del mexicano "eran dos o tres años" y que su continuidad "sería más de lo que planeó de todos modos". Estas palabras, a la televisión austriaca ORF han desatado los rumores sobre el posible sustituto del mexicano y las miradas se han posado en Daniel Ricciardo, piloto reserva del equipo.

"Se han sacado muchas cosas de contexto. Daniel podría estar liderando en algunas pruebas, pero eso tiene poco que ver con lo deportivo. Pérez tuvo algunas carreras muy buenas, pero también otras muy malas. Tiene que dar un paso adelante y dar el mejor rendimiento que pueda, no soñar con títulos mundiales", finalizó Marko.