F1 | GP DE MÓNACO

Fernando Alonso se olvida de su "buen presentimiento" y cambia de objetivo en Mónaco: "Llegar a Canadá"

Su mala vuelta en la Q1 de la clasificación de Mónaco hace que el asturiano pase página sin haber rodado ni siquiera en carrera.

Fernando Alonso rueda en la clasificación del Gran Premio de Mónaco. /AFP
Fernando Alonso rueda en la clasificación del Gran Premio de Mónaco. AFP
Daniel Knecht Escobar

Daniel Knecht Escobar

El jueves, en su desembarco en el puerto de Mónaco, Fernando Alonso se aventuró a hacer subir el suflé. Inusual. El asturiano no suele alzar la voz y pretender hacer ilusiones sin fundamento a nadie. De hecho, aun habiendo consumado un desastre total en esta tarde de sábado con su Aston Martin, sigue manteniendo que lo dicho dos días atrás tenía un por qué: "Si acabo esa última vuelta que tengo, hubiese hecho P1 en la Q1".

"Perdí tres décimas en la curva 11 detrás de Gasly, también dos décimas en la última curva, había tres coches aparcados esperando a empezar su vuelta". Justificó haber perdido medio segundo en total, que según los cálculos (todos ellos en su cabeza) lo hubiesen dejado, efectivamente, en la cabeza o muy cerca de ella. Aunque no se puede decir que no avisara: "Aquí puedes estar entre los cinco primeros o fuera en la Q1 con dos décimas de segundo, y es un poco difícil de predecir en este momento".

Esa igualdad de la que hablaba el jueves se plasmó, efectivamente, en la sesión clasificatoria, clave para cosechar un buen resultado en el Principado. Se sabe que cuanto más se acerque el cajetín de salida de cada piloto a la frenada de Santa Devota, sus probabilidades de mantener una posición similar al término de las 78 vueltas que componen la carrera se elevan como la espuma. Y desde la 16ª plaza, Alonso puede olvidarse de soñar con nada. Ni siquiera con los puntos, que sólo se sumarán a su casillero en el mundial con un milagro de por medio. Así se pudo ver en su rostro al llegar al garaje, tétrico y sabedor de que el fin de semana ha acabado para él.

Puede parecer pesimista, con tantos giros que dar todavía al circuito, pero es una realidad que una voz experimentada de la Fórmula 1 conoce de sobra. Y su objetivo, a pesar de tener "un buen presentimiento" antes de haber arrancado el motor de su Aston Martin, pasa a ser el mismo que el del fin de semana pasado: "Llegar a Canadá".

Se tomó Imola "como un test", lo que pasará a ser Mónaco mañana. O más o menos, porque las estrechas calles de Montecarlo no dan un solo respiro. Tratará de terminar la carrera y, sobre todo, "no dañar el coche", porque con un viaje a Norteamérica ya en la retina, el español no puede mirar hacia otro lado que al futuro.

Una vuelta fatal

Analizando la última vuelta de Alonso se pueden observar las verdades sobre el discurso en el que señala al tráfico como principal culpable de su nueva caída. Se encuentra, con un coche a la salida del túnel y bajada hacia una chicane que no traza con demasiada precisión y, en el momento de la verdad, la doble curva de derechas de Anthony Noghès, se topa con varios monoplazas lentísimos que lo despistan.

Lo confirman desde su propio equipo. Pedro de la Rosa, embajador de la marca británica, explicó en DAZN que el asturiano estaba convencido de las cifras pérdidas a causa de ellas, y explicó que no es tanto un tema de conducción sino de convicción: "Lo hemos dicho por activo y por pasivo lo del tráfico. Es un tema de confianza, de decir: '¿Me habrá visto?'".

El 'peor' Alonso desde hace casi una década

El dato preocupante no solo es el grupal, y es que Aston Martin ha sido el único equipo que ha empeorado sus tiempos vuelta en la 'crono' respecto a 2023 (+0.114 segundos de diferencia en comparación con un año en el que Alonso arrancó segundo). El propio Fernando ha igualado un registro sin precedentes desde el año 2015, cuando pilotaba un McLaren Honda.

15º en Miami, 19º en Imola y 16º hoy en Mónaco, ha quedado eliminado en la Q1 tres veces consecutivas por primera vez desde hace nueve años. Entonces, fue 16º, 20º y 17º a los mandos de un coche que será recordado por todos los alonsistas, aunque no precisamente como uno de los monoplazas que más alegrías les dio. Este Aston Martin comienza a dejar una tendencia, también, preocupante.