FÓRMULA 1

Fernando Alonso se pone en modo 2007 con Aston Martin

El piloto español no completaba cinco primeras carreras de la temporada con cuatro podios desde hacía 16 años.

Fernando Alonso sonríe desde dentro de la cabina del Aston Martin F1. /Aston Martin
Fernando Alonso sonríe desde dentro de la cabina del Aston Martin F1. Aston Martin
Sergio Lillo

Sergio Lillo

Fernando Alonso vive una segunda juventud a sus 41 años, camino de los 42. El piloto asturiano tiene en sus manos un vehículo competitivo por primera vez desde que disputó el Rally Dakar en enero de 2020 con Toyota. Pero esta vez, en la Fórmula 1, su patio de recreo desde que debutó allá por 2001 y de donde salió a finales de 2018 en busca de nuevos retos en el automovilismo deportivo. Sus cuatro podios en las cinco primeras carreras de la temporada 2023 suponen su mejor arranque de año, en cuanto a top 3 se refiere, desde 2007.

Han pasado 16 años y cuatro meses de aquella presentación estelar a bombo y platillo en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Bajo la luz de 56 torres de focos, ante el sonido de 80.000 vatios de megafonía y con 1.000 invitados VIP, McLaren presentó el proyecto con el que Ron Dennis soñaba con volver a reinar en la F1 (no lo hacía desde 1999, con Mika Hakkinen). Los paralelismos entre aquel proyecto fallido y el de Aston Martin no abundan, pero son relevantes.

Fernando Alonso y Lewis Hamilton fueron los elegidos por el equipo de Woking en 2007. El primero, bicampeón del mundo de manera consecutiva con Renault los dos años anteriores; el segundo, campeón de la GP2 y joven promesa arropada por McLaren desde su época en el karting. La historia de cómo acabó aquel proyecto merece que algún día se haga una película sobre ella. La lucha fratricida en Woking hizo posible el doble título de Kimi Raikkonen y Ferrari.

Fernando Alonso, durante el GP de Azerbaiyán 2023 de F1.  Aston Martin
Fernando Alonso, durante el GP de Azerbaiyán 2023 de F1. Aston Martin

Ambos lucharon por el campeonato hasta la última carrera, pero las desavenencias entre ellos y la mala gestión de los directivos de la estructura les dejaron con las manos vacías. Ahora, Alonso tiene en el garaje de al lado a un Lance Stroll que también sabe lo que es dominar categorías de formación (ganó la F3 Europea en 2016 y la F4 italiana en 2014), pero que no ha tenido hasta este año un coche capaz de pelear por podios de manera continua en F1. Y lo cierto es que el canadiense no ha estado en disposición de hacerlo en lo que va de temporada.

A diferencia de Hamilton, que supuso un auténtico dolor de cabeza para Alonso durante aquel 2007 (7-10 a su favor en clasificación y 10-7 para el español en carrera), Stroll no está poniendo en aprietos al asturiano en ningún momento (5-0 a una vuelta y en carrera para el bicampeón del mundo). Incluso llegó a decir durante el GP de Azerbaiyán que no atacaría a su compañero, ya que iban a la misma estrategia. El canadiense, hijo del dueño del equipo Aston Martin, es consciente de quién está ahora en el box de al lado, pero no desaprovechará la oportunidad para intentar medirse y, por qué no, superar en alguna ocasión al ovetense.

Compañeros aparte, la realidad es que estamos ante una versión mejorada de aquel Fernando Alonso con el pelo rapado y mirada de killer de hace 16 años. En aquel entonces, venía de proclamarse por méritos propios bicampeón del mundo de F1 vestido de azul y amarillo, llevaba seis años en el Gran Circo y ya había vivido algunos sinsabores que le llevaron a decir que no lo consideraría "nunca más un deporte".

Ahora, ese chico de 26 años se ha transformado en el piloto más veterano de la parrilla, en el que más temporadas ha disputado en la disciplina (20) y en el que ha logrado volver al podio más tiempo después de su primera vez. Todo ello sin perder el hambre de la victoria, ni la forma física, ni la exigencia que se autoimpone y que reclama a todos y cada uno de los que le rodean.

Es probable que estemos ante la mejor versión de Alonso, gracias a la experiencia, la frialdad que otorga el paso de los años y la tranquilidad de haber demostrado por activa y por pasiva, incluso fuera de la Fórmula 1, su altura como piloto. Hace tiempo que ya no repite como un mantra esa frase que tantas veces escuchamos en los últimos años de que estaba pilotando a su mejor nivel de siempre; ahora se centra más en hablar en pista, controlar cada detalle que le rodea y seguir sumando podios 20 años después del primero.

Que el asturiano se haya subido a cuatro de los cinco podios posibles en el inicio de la temporada es un indicativo, no solo del gran trabajo del equipo liderado por Dan Fallows, ex jefe de aerodinámica de Red Bull, sino también de que acertó con la decisión arriesgada de dejar Alpine y poner rumbo a Aston Martin. Sí es cierto que en 2007 logró ganar dos de esas cuatro primeras carreras en las que se subió al podio, pero también lo es que si logra otro top 3 en Ímola este próximo fin de semana, igualaría el número de podios de 2006, la última vez que fue campeón (aunque entonces logró tres victorias y tres segundos puestos).

Lo cierto es que las tres últimas veces que Alonso logró dos podios o más en las primeras cinco carreras del año acabó siendo subcampeón del mundo y la cuarta fue tercero, empatado a puntos con el segundo, Hamilton, en 2007. Aunque parece complicado que los Red Bull den un paso atrás en las 18 carreras que quedan por delante, Aston Martin cuenta con más tiempo de desarrollo aerodinámico estos meses y Fernando Alonso está demostrando que no va a dejar piedra sin remover para aprovechar cada pequeña oportunidad que Verstappen y Pérez le dejen.

Fernando Alonso, en el Hard Rock Stadium de Miami.  Aston Martin
Fernando Alonso, en el Hard Rock Stadium de Miami. Aston Martin

La «tentación» de seguir más allá de 2024

El presente del español está claro, pero también es consciente de que su tiempo en la F1 está más cerca de acabar que de prolongarse. De momento, tiene un contrato de dos años con Aston Martin que le llevará hasta finales de 2024, pero ¿y después? Está claro que aprovechar la oportunidad que el mal inicio de año de Mercedes y Ferrari está propiciando es su principal preocupación.

"Estoy a tope de baterías ahora, mientras que en 2018 estaba vacío; eso ayuda. Y si comparo mi pilotaje o me comparo yo mismo con 2005 o 2006, estoy mucho mejor ahora. Al 100%. A mi edad sigo rindiendo. Con la edad, si acaso, intento pensar que hay una ventaja, porque conozco más circuitos, conozco más condiciones, conozco más cosas", apuntó en una reciente entrevista con racingnews365.

"Además, en el tiempo que no ganaba, o el tiempo que no estaba en el podio, o el tiempo que ha pasado desde mi última victoria y cosas así... la gente empezó a olvidar que, hace tres años, fui Campeón del Mundo de LMP1, en Le Mans, o en Daytona o el Dakar y acabando segundo en una etapa contra los mejores pilotos".

Y sobre si todo esto le hará prolongar su carrera deportiva en la F1, añade: "De momento no lo sé, aún no he pensado en esa posibilidad. Tengo estos dos años donde quiero ver cosas, donde quiero desarrollar cosas con el equipo. Obviamente, estamos en una posición mejor de lo que pensaba. Esperaba quizás en 2024 tener la oportunidad de estar en el podio, y ya he estado allí cuatro veces en 2023, así que las cosas se ven mejor de lo esperado, y tal vez eso es una tentación para extender el contrato en el futuro".

"Pero quizás también existe la tentación de pararlo y terminar con una sonrisa en la cara, así que no lo sé. Es cierto que en 2026 llegan nuevas regulaciones, así que no sé si quiero entrar en eso, así que vamos a tomarlo año a año y ver cómo me siento".