Ferrari confirma su paso al frente justo antes de las mejoras

A excepción de Red Bull, que firmó su tercer doblete de la temporada tras solo cuatro carreras disputadas, el equipo que más contento se fue ayer de Azerbaiyán fue Ferrari. Los italianos firmaron su mejor fin de semana del curso en el que acumularon un podio el domingo, otro el sábado en la prueba al sprint y dos poles para sendas carreras. Todo ello en manos de Leclerc, que por fin pudo sonreír tras un inicio de campeonato repleto de dudas. Sainz redondeó la actuación de los italianos con un sólido quinto puesto en la cita dominical.

Después de las tres primeras carreras del Mundial, la escudería transalpina era cuarta en la clasificación de constructores tras firmar su peor inicio desde 2009. Ni en 2020, cuando fueron el sexto mejor equipo del campeonato, tuvieron una actuación tan floja al inicio. En el país azerí han dado un golpe sobre la mesa y, aunque siguen en la misma posición, la distancia con sus rivales se ha reducido de manera considerable. Ahora mismo están a apenas 14 puntos de Mercedes y a 25 de Aston Martin.

Si en Baréin fueron los problemas mecánicos los que lastraron al coche de Leclerc, en Arabia Saudí fue la degradación de sus neumáticos lo que dejó a ambos pilotos lejos de la cabeza. En Australia las cosas fueron muy distintas, aunque es cierto que se fueron sin puntos en su casillero por el abandono temprano del monegasco y la discutida sanción a Sainz tras su golpe con Alonso. Pero más allá de los números, los datos mostraban que habían sido el segundo coche más rápido tras el Red Bull.

Y en el circuito de Bakú, a donde llegaron sin ninguna novedad en su monoplaza, confirmaron que la nueva configuración del coche es la idónea para tandas largas, aunque ello les mantiene todavía muy lejos de Verstappen y Pérez. Ayer, Leclerc pudo controlar con cierta tranquilidad a Fernando Alonso para defender su tercera posición y Carlos Sainz, muy irregular todo el fin de semana, hizo lo propio con Hamilton para mantener su quinto puesto.

Tras la carrera, ambos estaban contentos con las prestaciones de su monoplaza, aunque reconocieron que todavía tienen trabajo por delante. "La pole de Leclerc nos ha dado buenas vibraciones y la motivación es que desde Australia estamos yendo en la dirección correcta. Allí me sentí muy cómodo con el coche, aunque el ritmo de carrera sigue siendo nuestro punto débil y seguimos teniendo que mejorar ahí. No puede ser que Leclerc haga la pole y en carrera el Aston Martin nos pise los talones", apuntó Sainz.

"Honestamente, la sensación es un poco mejor ahora, pero cuando veo la brecha con Red Bull probablemente significa que no estás presionando al 100%. Realmente no sabemos cuánto la hemos cerrado. Estamos contentos pero nos queda muchísimo trabajo por delante para alcanzar a Red Bull", añadió Leclerc.

Mientras siguen mejorando los resultados, en la fábrica de Maranello trabajan sin descanso para evolucionar el coche. En Bakú era el mismo que en Melbourne, pero en las siguientes carreras sí habrá novedades. "Vamos a llevar mejoras en Miami, pero sobre todo en Imola, que es donde vamos a ver mejoras más importantes. No llevaremos un paquete enorme, pero sí algunas mejoras. Las más grandes se verán en Imola", apuntó Marc Gené en Dazn.