Lewis Hamilton ya sufre problemas en el paraíso y pone su primer límite a Ferrari: "No me gusta recibir comentarios mientras conduzco"
El inglés se mostró molestó durante la carrera cuando su ingeniero de pista le presionó para utilizar el botón de adelantamiento.

Todo parecía de color de rosa para Lewis Hamilton y Ferrari... hasta que llegó Australia. El idilio entre la escudería más laureada de la historia y el piloto más premiado de todos los tiempos junto con un viejo conocida por Maranello, Michael Schumacher, pintaba a ser perfecto, pero Melbourne destapó todas las vergüenzas del SF-25. No es ni por asomo el coche más rápido, ni en curva rápida ni en curva lenta ni mucho menos en recta. Y no tardó en notarse.
El sábado Hamilton se bajó de su monoplaza comprobando que no pudo llevar su coche más allá de la octava plaza de cara a la carrera. Su cara era un poema. A más de uno le recordó, de hecho, a la de un Fernando Alonso destrozado tras perder el Mundial en la última carrera de la temporada 2012. Y el domingo no fue mejor. El británico sufrió bajo la lluvia australiana, intermitente tanto en tiempo como intensidad e imprevista en su caso.
Durante la carrera le echó en cara a su ingeniero de pista, Riccardo Adami,que no le avisara correctamente de la previsión meteorológica, y más tarde se despachó ante los medios presentes en Albert Park para explicar lo sucedido: "Me dijeron que me encontraría con un chaparrón corto y que el resto de la pista permanecería seca. Así que pensé en evitar los boxes el mayor tiempo posible. Pero no me dijeron que llegaría un segundo chaparrón". La estrategia se vio claramente condicionada por un radar que en Ferrari no supieron interpretar y Hamilton cerró, con algo de fortuna, el Top 10 para apenas aportar un punto a la cuenta de los italianos.
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— Formula 1 (@F1) March 16, 2025
No fue su único desencuentro con el muro de ingenieros. Mientras trataba de domar su cavallino en mojado Adami se dirigió a él en varias ocasiones, presionándole para pulsar el botón K-1 que facilita a los pilotos adelantar sin DRS. Siempre que este insistió en el tema, Hamilton lo rechazó: "Por favor, déjame a mí". El inglés aún no se ha acostumbrado a su nuevo ecosistema, tampoco al coche, lo que ha aumentado la presión sobre él y lo ha llevado a ponerle el primer límite a Ferrari.
"Normalmente no soy un piloto al que le guste lidiar con tantos comentarios mientras conduce. Si lo necesito, lo pido. Pero Riccardo hizo lo que pudo", explicó tras la carrera, haciéndole saber a sus nuevos compañeros cómo lidiar con su carácter.
Tras lo vivido en Australia, solo le queda mirar hacia delante y mejorar. Nadie en Ferrari está contento con la imagen ofrecida en la primera carrera, y ya han dibujado su plan para darle la vuelta a la tortilla. "No me sentía especialmente seguro. Haré algunos cambios en la configuración en China la semana que viene", informó Hamilton de cara a la prueba de este fin de semana en Shanghái.