FÓRMULA 1

El año más gris de Lewis Hamilton y el difícil reto que le dejará Carlos Sainz en Ferrari

Es el peor inicio de temporada de toda su carrera.

Lewis Hamilton, en Australia. /Reuters
Lewis Hamilton, en Australia. Reuters
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Lewis Hamilton ha sido uno de los nombres propios de este inicio de temporada en la Fórmula 1. Su fichaje por Ferrari de cara al próximo curso sacudió a toda la parrilla. El inglés abandonará el equipo Mercedes, con el que logró siete campeonatos en la pasada década. El movimiento, arriesgado, también implicaba que Carlos Sainz no seguiría en el conjunto italiano después de este año. Ambos aspectos, que van de la mano, se han trasladado de manera muy distinta a la pista.

El piloto madrileño acaba de conseguir su tercer triunfo en el Gran Circo tras firmar una brillante lección de pilotaje y pundonor este domingo en Australia. Antes, ya había vencido en Singapur (2023) y Silverstone (2022). Tan solo la operación de apendicitis a la que tuvo que someterse antes de la prueba en Arabia Saudí le impide ser ahora mismo líder del Mundial.

Por su parte, Lewis Hamilton está mostrando su peor versión. Bien es cierto que en Melbourne se vio obligado a abandonar por un problema mecánico, pero él mismo estaba firmando un fin de semana muy discreto que le llevó a la undécima posición en parrilla, algo que le obligó a arriesgar en la salida con neumáticos blandos para ir a contracorriente del resto.

La realidad es que los números del piloto inglés están siendo muy malos en este inicio de Mundial. Al abandono en Albert Park hay que sumar un noveno puesto en Arabia Saudí y un séptimo en Baréin para acumular ocho puntos en su casillero particular. Además, en esas dos pruebas iniciales terminó por detrás de su compañero George Russell, algo que no ocurrió en demasiadas ocasiones el curso pasado.

Sus pobres resultados no tienen comparación en su carrera deportiva. Desde que Hamilton llegó a la Fórmula 1 en 2007, cuando compartió equipo con Fernando Alonso, nunca había tenido un inicio de Mundial tan malo. Habría que irse hasta 2009, cuando firmó un abandono, un sexto y un séptimo puesto para ver algo similar. Y según él, no parece que la dinámica vaya a cambiar en las próximas carreras. "No sé qué cambios vamos a hacer, no espero mucho a corto plazo, pero tenemos trabajo que hacer para entender el coche", apuntó tras la carrera en Australia.

Todavía quedan muchos meses por delante para que el de Stevenage cambie el motor Mercedes (único que ha pilotado desde 2007) por el de Ferrari y luzca los colores rojos de Maranello, pero la temporada se le puede hacer muy larga al heptacampeón del mundo si no consigue darle la vuelta al a situación. En Japón tendrá la oportunidad de redimirse, pero está claro que el listón que le está dejando Carlos Sainz es muy alto.