La paliza de McLaren en Singapur comenzó a gestarse en Japón... ¡hace un año!

Dice mucho del punto en el que está McLaren que el fin de semana pasado en Singapur lo único que les arrebatara el Grand-Chelem de Lando Norris fuera una vuelta rápida in extremis de Daniel Ricciardo como último servicio a Red Bull y la Fórmula 1. De no ser así, el británico hubiese firmado la pole, victoria, vuelta rápida y una carrera al completo liderando al resto del rebaño. Un giro lo separó del objetivo, pero los más de 20 segundos que distanciaron a Max Verstappen de la cabeza siguen dejando claro que la superioridad de McLaren es irrebatible.

Lo demuestra el Mundial de constructores después de mucho pico y pala, que ya tiene a los papaya aventajando al excampeón Red Bull por 41 puntos. Y sumando. Tal es la diferencia, que ni en Milton Keynes piensan que esconderlo valga la pena. "No deberíamos decirlo oficialmente", arrancó Christian Horner, pero "se meó en todos". Más allá de Norris y una actuación que no dio pie a ni un solo intento por parte de los rivales para asaltar su liderato (ni siquiera con los dos sustos que tuvo con los muros), Oscar Piastri también es la viva prueba. Superado por Nico Hulkenberg en una mala salida, le sobró ritmo para sobrepasar a ambos Mercedes, aunque ya era tarde para tratar de dar caza a un Verstappen con el que la FIA empezará a tener algo más de manga ancha.

Ya es real, es noticia, hay sorpasso de McLaren a Red Bull después de un gran avance por parte de los británicos pero, sobre todo, un gran retroceso de los austriacos. Es sorprendente cómo los segundos, bicampeones en los garajes, han echado a perder todo el progreso que los llevó a acaparar 21 de las 22 victorias del Mundial de 2023. Aunque hay un equipo que vio la luz a través de una pequeñísima rendija.

Aun siendo la cuarta fuerza (la quinta o sexta por momentos) del año pasado, Andrea Stella, Zak Brown y sus pilotos vieron algo que nadie más se imaginó. Concretamente, ocurrió en Suzuka, Japón, del que se cumplen ya más de 365 días. Al término de un Gran Premio que tuvo doble presencia papaya en el podio (Norris fue segundo y Piastri, tercero), se abrió la radio del conductor británico para levantar un ánimo que por entonces no abundaba en Woking.

"Increíble trabajo todo el fin de semana", decía Lando. "Impresionante! Doble podio..." decía tras consultar las pantallas y descubrir el nombre de su compañero en la tercera plaza. Y terminó su aportación al equipo con una premonición de la que más de una se reiría entonces pero que, un año más tarde, es una realidad: "Estamos llegando. Estamos llegando a por Red Bull".

La realidad es que nadie se lo hubiese imaginado, y muy probablemente ellos tampoco lo dirían al 100% convencidos de que podría darse la oportunidad de superar a Verstappen y Checo Pérez tan pronto como en septiembre de 2024. Pero ahora ya ha ocurrido y dichos mensajes suenan como a brujería.