Pedro de la Rosa desempolva su desesperación por radio en Hungría: "¿Trabajas para Fernando Alonso o para mí?"

Hoy en día, Pedro de la Rosa (53 años) se deja ver cada fin de semana en el paddock de la Fórmula 1 en forma de embajador de la escudería Aston Martin y comentarista de DAZN. Siempre vestido con la indumentaria corporativa de los británicos, copa la televisión que ofrece todo lo que rodea a Fernando Alonso y Carlos Sainz cada fin de semana, pero hace poco más de una década todavía corría Grandes Premios.

Hay que retroceder algunos años más para remontarse a sus mejores años al volante de un monoplaza, cuando en la temporada 2006 pilotaba un McLaren muy fuerte en el campeonato. En el mismo escenario en el que se encuentra esta semana, Hungría, vivió esa temporada un episodio inolvidable junto a su buen amigo Fernando, al que hoy acompaña pero entonces sufrió.

Alonso pilotaba para Renault, el equipo que lo hizo bicampeón aquella temporada. Sin embargo, en Budapest salió muy atrás después de una mala clasificación, 15º. La tocaba remontar, y vaya si lo hizo. De la Rosa partía cuarto, aunque pronto se posicionó segundo, pero 'veía' venir al asturiano rapidísimo. El catalán ha revelado en directo cómo vivió aquella carrera de Fernando, que traía un ritmo brutal.

"A mí me iban informando de lo que ocurría atrás, que era eso que hemos visto (las imágenes de Fernando Alonso analizando su gesta). Venía como un disparo, adelantando a la gente por fuera, por dentro... mucho más rápido que todos. Mi ingeniero me iba dando la diferencia con Fernando: "Alonso a seis segundos, a cinco... Es que viene muy rápido". Después otra vez: "¡Fernando a dos segundos, ya lo tienes detrás!". Yo le dije: "Oye, ¿trabajas para Fernando o para mí?". Estaba como emocionado con el carrerón de Fernando. Llegó un momento de decirle 'cállate ya'".

En la vuelta 51 llegó la paz para él, porque el asturiano tuvo que abandonar la prueba debido a una tuerca suelta en su coche, que provocó que una de sus ruedas se saliera. De la Rosa terminó segundo. Pero fue todo un suplicio para él tener a Alonso emocionando a su equipo y dándole un sinfín de mensajes que terminaron desesperándolo.