Pensó en retirarse y que nunca lloraría... pero la vida ha sorprendido a Lewis Hamilton: "Mis padres eran mis únicos seguidores"

Lo de Lewis Hamilton ayer en el circuito de Silverstone no fue una victoria. Ni se puede reducir a sumar 25 puntos. Al británico nunca se le había visto así: emocionado, "liberado" y a lágrima viva. Todas las estadísticas que rompió tras ganar tres años después en Fórmula 1 quedan relegadas a un segundo plano si se le escucha sincerarse después de que le bajara toda la adrenalina y las pulsaciones.

Lo de Hamilton ayer fue una lección de vida tras el calvario que ha sufrido desde que perdió en la última vuelta su ansiado Mundial en 2021 contra Max Verstappen de forma cruel. En ese momento, pensó en retirarse y en abandonar la Fórmula 1. Habla un poco de la dureza de aquel episodio: "Lo pasé muy mal, con el equipo, había muchos pensamientos y muchas dudas a mi alrededor hasta el punto de pensar si quería continuar".

El británico no podía parar de llorar tras su victoria en Silverstone. Le costó superar ese bache, por eso dijo que fue su triunfo más especial: "Levantarte y lograr a tener éxito de nuevo es el sentimiento más increíble que recuerdo". Hace poco, se dijo que Mercedes le saboteaba su coche y que su jefe y amigo Toto Wolff estaba enemistado con él. El austriaco lo negó y los resultados en pista le han dado la razón: "No nos hemos divorciado como amigos, hay una relación personal".

Lleno de emoción, fue a felicitarle por radio nada más cruzar la meta: "Nunca nos rendimos, qué forma de cerrar nuestra historia". Wolff le había prometido una última victoria de despedida a un Hamilton herido y su hogar, Silverstone, se la dio. "Mi corazón va a tope, he tenido momentos increíbles aquí pero hoy, cuando he cruzado la meta, algo se ha liberado dentro de mí", reconoció ante Sky Sports.

"Supongo que lo llevaba dentro dos años, nunca he sentido tantas emociones tras una victoria, nunca he sentido algo así y muchas veces me he preguntado por qué no lloro, eso no me pasa a mí pensaba y, hoy, me ha pegado fuerte". Hamilton pensó en retirarse y que nunca lloraría. La vida le ha sorprendido y le ha demostrado que estaba equivocado, que valía la pena seguir.

El abrazo con su padre y con su madre dice mucho de lo que es el británico y de lo importantes que son para él. "No podría haberme levantado sin mis amigos, mi familia, mi padre vino de repente a darme mi primer casco, siempre he pensado que mis padres eran mis únicos fans. Tener ese apoyo ha sido increíble, recibir toda esa energía me ha levantado".