RFEF

Javier Lozano atiza al "débil" Rocha por su sueldo de 675.000€: "La semilla del mal del rubialismo produce metástasis"

El presidente de la LNFS ha emitido una carta contra el responsable de la gestora de la RFEF: "Convertirnos en un meme por un sueldo...".

Pedro Rocha, en un acto./EFE
Pedro Rocha, en un acto. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Javier Lozano, presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala, ha redactado un durísimo escrito contra Pedro Rocha, responsable de la Gestora de la RFEF, por su comportamiento en el cargo y por las dificultades y destiempos en el proceso electoral de la Federación.

Además, Lozano fue durante el mandato de Rubiales uno de sus principales azotes y se enfrentó a él con acusaciones cruzadas, demandas y una liga rota en consecuencia. A posteriori, el CSD dio un portazo a la profesionalización del fútbol sala. Ahora medita presentarse a las elecciones de la Federación, que cuentan con hasta 16 posibles candidatos.

En su artículo, publicado en su cuenta de Linkedin, Javier Lozano ha lanzado unas duras acusaciones sobre la figura de Pedro Rocha y el sueldo de 675.000 euros. También le reclama "subir el sueldo a dos de sus más íntimos y preciados colaboradores" y renovar al seleccionador, pese a, según él, no estar habilitado para hacerlo.

El presidente de la LNFS lanza duros ataques y acusa a Rocha de seguir la estela de Rubiales: "La semilla del mal que sembró el rubialismo, y que pervive y dirige todavía, es infecciosa y produce metástasis". Y, pese a haber tenido buena relación con él, ahora le sentencia.

"Me duele hablar de él porque es buena y conciliadora persona, aunque muy débil e influenciable, pero el papelón de Pedro Rocha como Presidente de la gestora de la RFEF, no de la Institución, me parece bochornoso", escribe.

El artículo íntegro de Javier Lozano en Linkedin

"675.000 €

La mentira no soporta la crítica. Ante ésta, nace el famoso relato, que no es sino una justificación oficial de una excusa encubridora.

Me duele hablar de él porque es buena y conciliadora persona, aunque muy débil e influenciable, pero el papelón de Pedro Rocha como Presidente de la gestora de la RFEF, no de la Institución, me parece bochornoso en un país y un deporte que en algún momento aspiró a ser ejemplar. Está claro que la semilla del mal que sembró el rubialismo, y que pervive y dirige todavía, es infecciosa y produce metástasis.

Después del varapalo del TAD (por fin ha regresado) sobre el reglamento electoral de la RFEF, debería haber acaecido un terremoto interno en cualquier Institución seria y medio responsable. Vocación de servicio versus vocación de servirse. Ese es el dilema.

Resulta que mi antiguo respetado compañero de Junta Directiva y de deporte, el futsal, presentado como el idóneo y pacífico conductor hacia unas elecciones libres y justas, en cuanto se sentó en la sillita de la reina (ex-compañeros suyos dixit), se imantó con el personaje anterior, seguramente imbuido y aconsejado por la guarda pretoriana que velaba por protegerlo y que no quiere perder sus privilegios. La ley, la reputación de la Institución y el sentido común es lo de menos.

Según el ex-sensato y justo Pedro, no puede firmar el convenio con la Liga F porque no tiene competencias y le amenazan sus asesores (ex del defenestrado) con una burda prevaricación; tampoco puede firmar un acuerdo con la LNFS, como prometió, porque oficialmente no tiene tiempo ni voluntad. Ahora bien, palabras hueras de paz, conciliación y amor libre no le faltan.

Sin embargo, haciendo magia, un Presidente de la gestora sí puede obrar el milagro de convertir el agua en vino, o lo que es lo mismo, de cobrar dietas únicamente a recibir un sueldo de 675.000 € como si fuera Presidente de la RFEF, cuando sólo lo es de la gestora. Tampoco tiene reparos en renovar al seleccionador de fútbol (aunque se lo merezca sin duda, pero no es legal), así como subir el sueldo a dos de sus más íntimos y preciados colaboradores y seguir contratando una miríada de personal en la RFEF.

Todos los que asumimos responsabilidades y cargos públicos, en este caso organizaciones sin ánimo de lucro, seguro que cometemos errores; sin embargo, lo que nunca podemos caer es en la incoherencia y el descrédito. Convertirnos en un meme por un sueldo o por ejercer un poder que no te corresponde y posiblemente no estés preparado, por mucho que te susurren al oído los corifeos.

La gente en general somos dejados, escépticos, pasotas o similares, pero nunca idiotas.

El ejemplo es el mejor discurso verbal. Seguimos esperándolo".