FÚTBOL SALA

David Ramos y su Valdepeñas, desde dentro: así es un partido junto al 'Pablo Laso' del fútbol sala

Relevo vive el partido de la temporada con uno de los mejores entrenadores español.

David Ramos, en la previa del partido ante el Barça./RELEVO
David Ramos, en la previa del partido ante el Barça. RELEVO
Salvador Fenoll
José M. Amorós

Salvador Fenoll y José M. Amorós

"¿Cómo habéis conseguido que os deje?", nos pregunta Miguel Castro, jefe de prensa del Viña Albali Valdepeñas, acostumbrado a que nadie se pueda acercar a su entrenador David Ramos en los días de partido. Relevo llega a la ciudad manchega poco después de comer, a falta de varias horas para el partido más importante de la temporada y los miembros del club nos citan a las puertas del pabellón Virgen de la Cabeza para una misión muy especial.

David Ramos es uno de los entrenadores de moda del fútbol sala español. "Es nuestro Pablo Laso", nos comenta un aficionado. Su forma de vivir los partidos con la tensión a flor de piel, como el exentrenador del Real Madrid de baloncesto, y sus grandes resultados con un equipo 'pequeño' han popularizado su figura entre los aficionados.

En casa y contra el FC Barcelona en el segundo partido de cuartos de final playoffs por el título de la Liga Nacional de Fútbol Sala, se juega la temporada a vida o muerte. Una cita marcada en el calendario que decide compartir con este medio: un micrófono en su solapa y 100% de acceso a todos sus movimientos, como sentarnos a su lado en el bus durante un increíble recibimiento de los aficionados, sentir su estrés en el banquillo y entrar al 'sagrado' vestuario.

Faltan dos horas para el partido y cielo se va oscureciendo, avisando de la tormenta que está por venir fuera y dentro de la pista.

Un día de partido con David Ramos, entrenador del Viña Albali Valdepeñas.RELEVO/SALVADOR FENOLL

La historia comienza a unos 200 metros del pabellón. Allí, en un restaurante, el técnico ha citado a todos sus jugadores en la previa del partido. El club sabe que habrá un recibimiento de la numerosa y enfervorecida afición de la ciudad a su equipo en un encuentro clave y ha contratado un autobús para la llegada. No empieza a llover, esto es más un diluvio. Los jugadores se montan el bus y comienzan el corto recorrido.

Aparecen las bengalas, las carreras y el bullicio. Centenares de aficionados reciben con cánticos al equipo a pesar de que la que está cayendo. David Ramos es uno de los protagonistas, pero su concentración no le permite ni mirar. Su mirada está fija abajo y su cabeza ya en el partido. Cuando baja del bus, todos son gritos de ánimo. Cuando entra al pabellón, directo a su despacho y al más absoluto silencio. Allí se intenta motivar pensando en el ambiente que se va a respirar en las gradas. "Se van a tirar tres horas animando, ya verás".

Un partido que se juega en la pista y en la grada

Momento de la charla. El equipo tiene más que aceptada el estilo de David, que lleva dirigiendo el equipo desde 2019. Solo queda enchufar a sus jugadores, recordadles que aprovechen el ambiente de la afición que hará del pabellón un olla a presión: "Vamos a hacer partícipes a todos".

El partido no empezó bien con un gol tempranero que enfrió los ánimos. Un golpe que intentó frenar pronto con mensajes positivos a sus jugadores y que se vieron traducidos con el empate. No tardó en tener que volver a hacerlo porque el partido se complicaba con un 3-1 contra uno de los mejores equipos del mundo. La grada, la confianza del banquillo y un equipo que encaja a la perfección fueron capaces de empatar el partido antes del descanso.

David Ramos, durante el descanso del partido ante el Barça. RELEVO
David Ramos, durante el descanso del partido ante el Barça. RELEVO

En los minutos del entretiempo descubrimos otra de las manías de Ramos. No entra al vestuario directamente, deja que los jugadores se relajen juntos mientras él comenta el partido con su segundo entrenador en las escaleras del túnel. Allí, sin nadie cerca y solo con la cámara de Relevo de testigo, preparó el segundo período.

Tras la reanudación, todo se complicaba. La tensión se apodera del entrenador y los gritos cruzan los límites de la saturación del micrófono. Más todavía cuando llegó el cuarto gol culé. Indicaciones a sus jugadores, protestas a los árbitros y los nervios fueron los protagonistas de los segundos veinte minutos. Una expulsión del Barça hizo enloquecer a David, que vio una oportunidad única de conseguir la victoria. Finalmente, no pudo ser y la eliminación da por terminada otra temporada.

Valdepeñas lo tiene claro y tiene presente reconocer el trabajo de Ramos y sus chicos. Han vuelto a llevar a esta localidad de la provincia de Ciudad Real a lo más alto de una de las mejores ligas del mundo y haciendo frente ante los grandes nombres del planeta. Casi nadie se va de las gradas, quieren dar el último agradecimiento a su 'jefe' de filas. El técnico de Torrejón de Ardoz comienza a dar una vuelta a la pista que se alarga durante más de una hora, donde recibe solo recibe muestras de cariño. David Ramos ha vuelto a hacerlos disfrutar y hoy Relevo ha estado a su lado.