FÚTBOL SALA

El 'último repliegue' de Pola para salvar a Noia antes de retirarse

El jugador vigués anunció que cuelga las botas al final de temporada, pero antes espera lograr la permanencia con el colista de Primera División.

Pola corta un balón en un partido ante el Barça. /NOIA PORTUS APOSTOLI
Pola corta un balón en un partido ante el Barça. NOIA PORTUS APOSTOLI
Gustavo Muñana

Gustavo Muñana

Adrián Alonso Pereira, Pola, (26-06-1988, Vigo) se despedirá del fútbol sala el próximo 30 de junio. El jugador gallego publicó en sus redes sociales un emotivo vídeo titulado "El último repliegue". Menos de dos minutos para repasar dos décadas de éxitos resumidas en 2 UEFA Futsal Champions League, 6 Ligas, 5 Copas de España, 6 Supercopas de España y 2 Copas de SM El Rey. 21 títulos de clubes a los que añadir un Campeonato de Europa Sub-21 (2007) y una Eurocopa (2016) logrados con la Selección española. "Me voy con la cabeza alta, muy tranquilo, feliz y sin reproches", aseguró al anunciar su retirada a final de temporada.

"A todos los que habéis formado parte de este viaje, tengo algo que contaros". Así empieza una maravilla audiovisual realizada por el director compostelano Jairo Iglesias, que ha ganado dos premios Mestre Mateo de la Academia Gallega del Audiovisual, y al que conoció durante su etapa en el Santiago Futsal. La mujer de Pola, Paula Torrado, también ha aportado sus ideas. Por encima de los títulos logrados, el vigués se marchará con 36 años como una leyenda, dejando una impronta de raza, carácter y entrega. El 'guerrero celta' dice adiós con el respeto y admiración de rivales y compañeros durante los últimos 20 años de una carrera trufada de éxitos y de adversidades.

A diferencia de muchos niños, nunca le atrajo el fútbol. Con diez años ya veía partidos de fútbol sala en televisión y aunque se quedó prendado de Paulo 'Maravilla' Roberto, quería ser portero. Afortunadamente, en el equipo de Vigo en el que jugaba había cuatro y tuvo que aprender a fintar. Con una melena rubia inconfundible, no paraba de desgastar zapatillas en las canchas del barrio vigués de Coia junto a su hermano mayor, cuando dos amigos de la infancia (Dani y David) decidieron bautizarle como el 'Polaco'.

Un apodo que fue contrayéndose hasta ese 'Pola' que le ha acompañado durante un viaje que empezó en el Redondela, jugando la Liga Nacional Juvenil. Con 17 años fue reclutado por el Santiago Futsal. Su entrenador en el equipo juvenil era Santi Valladares y José Venancio López le hizo debutar en Primera División el 24 de septiembre de 2005 en Móstoles. No iba a jugar, pero acabó marcándole un gol a Paco Sedano en el Pabellón de El Soto aunque perdieron (3-1). Con el equipo gallego conquistó una Copa de España y una Supercopa de España.

Allí se formó como jugador y aprendió la competitividad, adaptabilidad y resiliencia que le siempre le han caracterizado. En un ecosistema plagado de estrellas (Carlinhos, Betao, Alemao, César Muñoz o Serpa) y con una cesión (Nazareno en 2006) a Segunda de por medio, acabó encontrando su sitio. En 2011, con 22 años, se marchó junto con su inseparable Rafael a Movistar Inter. En Torrejón de Ardoz firmó una década prodigiosa. Nuevamente rodeado de megacracks (Ricardinho, Gadeia, Ortiz o Daniel Shiraishi) supo hacerse imprescindible. En 2016, estuvo muy cerca de marcharse al Barça, pero José María García cerró su renovación a golpe de talonario.

Su juego se fue transformando con el paso de los años. Pasó de ser un ala equilibrador con buena finalización a ser un implacable cierre. El que mejor define su metamorfosis en la pista es Julio García Mera, el responsable de su fichaje por el equipo interista. "Pola pasó de ser un jugador de equipo a ser un equipo. Es el único que puede estar en dos lugares al mismo tiempo. Te defiende un segundo palo como cierre impenetrable y, justo en ese momento, te coloca el balón a la escuadra como atacante asesino. Jugaba con la actitud de un becario y rendía con la eficiencia de los más grandes de nuestro deporte", explicó a Relevo.

En 2017 le dio a Movistar Inter una Copa de España ante ElPozo Murcia lanzando por primera vez un penalti como jugador. En el trayecto al punto de los seis metros se acordó de Pitu, un ex compañero en Santiago, que afrontó un trance idéntico y también anotó el lanzamiento decisivo para lograr un entorchado copero en 2006. No sabía donde iba a tirar y Jesús Velasco le dijo que la reventase. Pola ajustó el disparo y entró. Por momentos como ese, se ganó un hueco en el corazón de todos los aficionados interistas, que se sentían perfectamente representados por el que fue elegido tercer mejor jugador del Mundo en 2018, tan solo superado por sus compañeros de equipo Ricardinho y Gadeia.

También Vigo ha presumido de él como el segundo jugador gallego que disputó un Mundial de fútbol sala después de Santi Valladares. Fue elegido dos veces mejor deportista de la ciudad igualando al ciclista Óscar Pereiro. Además, su querido Celta le rindió en 2016 un homenaje en Balaídos tras lograr la Eurocopa de 2016. Ayer, el club celtista le despidió como "una leyenda de la LNFS y uno de los nuestros. Muy orgullosos de tu trayectoria". En un futuro no muy lejano, Pola no descarta armar un proyecto de fútbol sala sostenible con el conjunto vigués.

Las lesiones le han perseguido durante toda su carrera. En 2009, tuvo la primera grave en la rodilla derecha y en 2012, una en la izquierda le dejó fuera de la Eurocopa de Croacia. Fue entonces cuando en los largos periodos de recuperación decidió completar su formación académica. Empezó la carrera de fisioterapia y en septiembre regresará a Madrid para acabarla. Una ciudad que nunca quiso abandonar, pero en 2021 no recibió ninguna oferta de renovación de Movistar Inter y guiado por su espíritu viajero decidió probar la Liga Placard de Portugal con el Braga y en 2022 la Serie A de Italia con el Sandro Abate.

El 17 de enero de 2023, el equipo madrileño anunciaba por sorpresa su regreso como fichaje de urgencia para Pato tras la lesión de Raya. Fue un paso fugaz, pero una vez de vuelta en España no quería retirarse. En julio, llamó a su puerta el Noia Portus Apostoli y le atrajo la idea de volver a Galicia.Tanto José Venancio López como Tomás de Dios son sus referentes como entrenadores. Por eso, aceptó la llamada del técnico salmantino, que fue cesado en enero.

Ahora, con su compañero de cantera en Santiago, David Palmas, en el banquillo, lucha por la permanencia. Son colistas, quedan 6 jornadas y el destino ha querido que el último partido de la fase regular de Liga en Primera División sea en el pabellón Jorge Garbajosa de Torrejón de Ardoz frente a Movistar Inter. Seguro que hará falta más de un último repliegue en ese más que especial 'Last Dance' para evitar el descenso y poner así un broche dorado a la carrera de Pola.