Lo de Iniesta es un hasta luego: será entrenador tras un inicio de carrera que "no recomendaría a nadie"
El leyenda blaugrana se retira del mundo del fútbol y ha anunciado en el acto de despedida que quiere formarse como técnico.

Andrés Iniesta se ha instalado definitivamente entre las leyendas de la historia del fútbol. Suyas son y serán algunas de las fotografías más recordadas, acompañadas de un fútbol tan sencillo como hipnotizante que desafió el relato físico del fútbol moderno en que se coronó. Este martes 8 de octubre, el número que lo elevó en el Barça, ha regresado a Barcelona para despedirse de la pelota, tras su paso por Japón y los Emiratos Árabes.
Llegó Iniesta al Port Vell acompañado de toda su familia y bajó de la furgoneta con el discurso escrito. Después de Andrés, futbolistas, exfutbolistas y personalidades del mundo del fútbol y del deporte. Iniesta apareció en el escenario pasadas las 12 del mediodía. "Supongo que me permitiréis que me emocione hoy", inició. "Nunca imaginé este día. Todas estos lágrimas que hemos echado durante estos días, en el día de hoy son de emoción, de orgullo. No son lágrimas de tristeza", comentó.
"Mi carrera deportiva ha sido como un cuento, he vivido las mejores cosas que se pueden vivir a nivel humano y personal", explicó Andrés. Inició un desfile por sus memorias, partiendo por los "campos de tierra" de Fuentealbilla. Y un recuerdo para el 'Alba'. "Siempre he tenido dos equipos: el Barça y el 'Alba'", aseguró. Entonces aparecieron sus primeros entrenadores para recordar "un chiquillo que bordaba el fútbol".
El viaje a Barcelona
Con 12 años llegó "un viaje que no se lo recomiendo a nadie", en palabras de su padre. Viajaron a Barcelona para que Iniesta se instalara en La Masia, la que le cambió "para siempre". Aún tienen grabada la última comida, "mirándonos los unos a los otros. No comimos ninguno", recuerda su padre. A los 16 apareció Llorenç Serra Ferrer y le pidió a Carles Naval, el delegado, que aquel chaval subiera a entrenar con el primer equipo. Me temblaba todo", reconoció Andrés. "No sé cuántos días estuve sin abrir la boca en ese vestuario", añadió. Luego llegó la "valentía" de Van Gaal.
Más tarde se puso "la otra piel", la de la Selección. "Todo se resume con el gol del Mundial, pero ese gol lo marcamos todos. Toda esa gente que luchó por conseguirlo, todos los aficionados, todos los jugadores. Tuve la oportunidad de estar ahí para hacerlo, pero lo hizo posible la magia de todos. Con Dani Jarque, también, desde donde estuviera", aseguró. El seleccionador, Vicente del Bosque, lo descubrió cuando tenía diez años en un Brunete.
El mensaje que cambió el inicio del Barça de Guardiola
La etapa de la Selección coincidió también con la mejor del Barça. "Lo que conseguimos con el Barça fue mágico. Lo que me llevo fue lo que disfrutamos. Ver a nuestra gente feliz, orgullosa, deseando que llegaran los partidos. Es una época que simboliza todo para mí. El Barça me cambió la vida. Lo ha sido todo para mí", expuso. Guardiola recordó su "vamos por buen camino, Pep", tras el complicado inicio de temporada 2008/09, con un punto de seis posibles. "Me dio un chute de energía, lo sentía", recuerda el entrenador del Manchester City. Lo acabaron ganando todo.
En 2018, cambio de vida de nuevo. Iniesta vivió cinco años en Japón. "Tuve la oportunidad de construir una bonita historia con un club humilde. No tiene nada que ver con lo que es ahora", valoró el manchego. Luego, "con ganas de acercarnos a nuestra tierra", se fue a los Emiratos Árabes. "Pude jugar un año más y desde hace un tiempo estoy formándome en lo que sería el siguiente paso", señaló.
Ahora, el juego continúa. "No puedo estar muy lejos del fútbol, seguirá siendo mi vida. La construcción del día después se ha ido haciendo paso a paso desde hace mucho tiempo. Voy a seguir formándome. Necesito aprender y equivocarme en el proyecto de nuestras academias, un legado importantísimo, y ya estoy empezando con el curso de entrenador", reveló. Y en el horizonte, aunque ahora sea lejano, vería Barça. "Los que me conocéis sabéis que soy muy cabezón: nos seguiremos viendo y escuchando. Si hay una palabra que puede resumir este momento y mi carrera es orgullo. Orgullo de haber trabajado hasta el último día que fui futbolista. Luego, el resto, es historia. Hubiera jugado hasta los 90 años".
Acabó con tres menciones. La primera, a todo el "cariño, respeto y amor" de todas las personas que le han visto jugar. "Es lo que me llevo", aseguró. La segunda, a su madre, "por el sacrificio que hiciste por mí". Y, finalmente, para Anna, su mujer: "Quiero decirte que me siento un afortunado de compartir esta vida contigo". El acto acabó con una foto de familia y, de fondo, las notas de Coldplay. Viva la vida.