Alemania no seduce, pero tiene mil formas de matarte...

Si Georgia no lo impide, que no lo debería impedir, Alemania ya espera a España para disputarse los cuartos de esta Eurocopa. Una mala noticia. Muy mala. Los de Nagelsmann no son el Brasil del 70, ni mucho menos, tienen sus carencias, sus desajustes, pero por encima de todo lo demás, tienen mil formas de matar al rival y ganar los partidos. Es de lo que se trata. Dinamarca les hizo sufrir, pero montados en dos decisiones del VAR, terminaron haciendo bueno el pronóstico. Muy buena primera parte, tormenta de truenos y relámpagos, incluida. Alemania salió matadora y Schmeichel mantuvo vivo a su equipo. Tanto que tuvo una respuesta ejemplar de sus compañeros hasta saber buscar y encontrar esos huecos defensivos que los alemanes muestran en casi todos sus partidos.
Al escribir que Alemania te puede matar de mil maneras, me refiero a que tiene muchos registros para llegar al gol. Te puede ganar con un cabezazo de Fullkrug (gol a Suiza) o con balones de los centrales a la espalda de la defensa y las galopadas del galgo que corresponda, se llame Musiala, Havertz o Wirtz, castigado sin titularidad, por cierto, ante los daneses, pero que debería ser titular ante... España. Con la entrada en el once de Schlotterbeck, Alemania gana una salida del balón difícil de controlar por el rival: los pases frontales en profundidad. La precisión del central del Borussia Dortmund en esa suerte de desplazamientos largos es milimétrica y puede hacer daño a cualquier rival, por muy pueril que pueda parecer la maniobra.
Su cuarto partido en la competición ratifica también el protagonismo que tiene Toni Kroos en su selección. Es el eje de la salida del juego. El comodín que cambia de posición según las necesidades del equipo. Comenzó, una vez más, como central zurdo, muy retrasado, a la altura de Schlotterbeck y Rüdiger. Desde allí dirigía la orquesta. Solo pasaba del centro del campo para sacar los córners con su maestría habitual. Sin embargo, cuando Nagelsmann se dio cuenta de que los daneses se habían apoderado del centro del campo y pasaron a llevar la iniciativa, manejó su pieza mágica y adelantó 10/15 metros al todavía jugador del Real Madrid y las aguas volvieron a su cauce. El '8' tiró de repertorio y recuperó para los suyos el mando con la ley del mínimo esfuerzo físico, pero el máximo desde el punto de vista técnico y táctico.
Precisamente por ahí, por el centro del campo, se puede hacer daño a esta Alemania. Jugar con cuatro delanteros conduce al bloque a romperse en dos mitades y en el centro solo se queda Andrich con la ayuda de los dos laterales (Kimmich y Raum). Suiza lo supo aprovechar y Dinamarca, también...