Álvaro Benito recuerda el día que conoció a Guti: "La gente solo ha visto el 40% de sus posibilidades"
El comentarista de Movistar Plus + recuerda cómo fueron sus inicios en el Real Madrid y cuenta la buena relación que tiene con los compañeros de toda su quinta en el club.

Cuando se habla con un famoso, ya sea deportista, músico, actor, una de las cuestiones que suelen generar más curiosidad es conocer cómo se maneja con otros famosos compañeros en grupos de WhatsApp. ¿Mantienen el contacto? ¿Están todos en el chat? Álvaro Benito es una de las figuras que no escapa a este interés. No en vano, compartió vestuario en el Real Madrid con una generación de oro formada por algunos futbolistas que se quedaron por el camino y otros que tocaron la cima como Raúl o Guti. El comentarista de la Cadena SER y Movistar Plus + tiene recuerdos maravillosos del último, al que vio jugar por primera vez cuando llegó de Ávila como cadete. Desde entonces han pasado más de 30 años, tiempo suficiente para reflexionar sobre cómo el destino, la falta de oportunidades o la evolución en la madurez de un futbolista pueden marcar su carrera para siempre. De ello ha hablado Álvaro con Quique Peinado en 'El Vestuario' de Relevo, en una tercera entrega, tras repasar lo mal que lo pasó con la lesión que le retiró del fútbol o cómo es la vida de un comentarista de televisión detrás de las cámaras.
Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Álvaro Benito en 'El Vestuario'
Este programa se llama 'El Vestuario' de Relevo. Para ti,¿qué significa la palabra vestuario?
Pues es un entorno seguro donde ha habido muchos momentos de disfrute y donde te has formado, has aprendido a convivir y a respetar, a entender también lo que significa el compañerismo o luchar por un bien común. Un montón de cosas que antes estábamos hablando tú y yo fuera de grabación de lo que el deporte te puede ayudar en las aplicaciones a la vida. Todos los que hemos estado en un vestuario sabemos que te ayuda mucho a la hora de tener herramientas posteriormente para tu vida fuera del deporte. De hecho, une tanto compartir vestuario por un bien común que, 30 años después, tenemos un chat con los que éramos coetáneos de generación de la cantera del Real Madrid y es como si no pasara el tiempo. Estás 25 años sin verte, quedas a cenar, quedas a comer y hay un vínculo forjado a fuego que no se rompe. Entonces, un vestuario es algo único, difícil de explicar, pero van por ahí un poco los tiros y seguramente muchas más cosas que me dijo en el tintero.
Uno de mis temas favoritos son los grupos de WhatsApp. ¿Quién está en ese grupo de WhatsApp?
Pues algunas leyendas que compartimos desde pequeños y otros jugadores que se quedaron por el camino, que es el porcentaje más alto.
Por ejemplo, si en ese grupo hay 20 o 30 personas, ¿cuántos se dedicaron a fútbol profesional?
Bastantes, porque la verdad es que teníamos una generación increíble y otros seguramente con un gran talento que no llegaron lo lejos que se suponía que debían llegar. Pero yo tuve la fortuna de compartir una generación con Víctor Sánchez del Amo, Fernando Morán, Iván Pérez, Raúl, Guti, Oscar Pulido y me dejo alguno más seguramente, Luis Martínez, todos futbolistas que llegaron al fútbol profesional, algunos que tuvieron una carrera de leyendas y otros que se pudieron ganar la vida con el fútbol, que es mucho.
No sé si fue ti o a un futbolista de esa generación al que le leí una entrevista en la que decía: «Guti es el jugador más talentoso con el que he jugado en mi vida«
Sí, es posible. Es un jugador difícil de explicar porque no se parece a nadie. Entiende el fútbol y su manera de moverse, de ejecutar las jugadas, no se parece a nadie que yo haya visto y no haya vuelto a ver. De hecho, yo llegué al Cadete A con 14 años en agosto del 91. A mí me ficha el Madrid desde el Real Ávila, y mi primer entrenamiento fue un partido 11 contra 11. Yo me enteré de poco, porque ahí la gente volaba. Digo: "Madre mía, cómo juegan estos al fútbol". Y había un chaval rubito, bajito, por aquel entonces, que se regateaba prácticamente a todos de una exhibición. Y yo digo: "Oye, este chaval, Guti y tal, no juega de titular." La verdad es que yo siempre digo lo mismo, que la gente ha visto el 40% de las posibilidades de Guti.
Pero en una carrera entera desarrollada a nivel profesional, en el Real Madrid la inmensa mayoría del tiempo ¿solo hemos visto el 40% de Guti?.
Sí, no sé por qué, faltaron cosas, quizá no a todas las personas nos llega la madurez en el mismo momento, no todos afrontamos la carga y el peso de ser jugador del Real Madrid de la misma manera. Quizá él necesitaba un entorno más seguro, nunca confiaron en él en los primeros años, siempre lo tuvo muy difícil, jugaba muy pocos minutos. También su mentalidad, que me hace gracia ahora porque es un enfermo del gimnasio y en su día no ha tocado una pesa. Pero claro, si el momento que tenía que entrenar era aquel (se ríe con tono de nostalgia). Pero claro, todo el mundo que ha entrenado con él te dirá lo mismo, es una cosa de otro planeta. Yo te digo que Guti en juveniles, incluso en el Castilla, era un jugador bestial que era capaz de hacer cualquier cosa. Ya te digo, una manera de interpretar o de ver las líneas de pase, cómo regateaba, que no he vuelto a ver en ningún jugador, no hay ningún jugador que se le parezca en su forma de ejecutar ni en su forma de jugar.
Un jugador de talla mundial que realmente no jugó una gran competición con la Selección Española, por ejemplo.
Sí, porque los entrenadores buscan certezas, prefieren al que le da un 6.5 que al que un día te puede dar un 9, como es José, pero también te puede dar muchos días un 3. Entonces los entrenadores buscan certezas.
¿Y en un grupo de 24 no te cabe un Guti siempre?
A mí sí, y más en un campeonato corto. En un momento de dificultad, muchos días con el Real Madrid, ha salido 20 minutos y ha puesto el partido patas arriba, ha pegado dos pases de genio y ha solucionado el partido. El partido, claro que sí. De hecho, un campeonato corto para mí exige especialistas. Exige un Brahim de la vida, un Joselu, por ejemplo, jugadores para momentos concretos de partido, de eliminatoria, donde en una prórroga, en un partido que tienes que remontar, te puedan dar algo que no te da otro.
Seguro que el único que es abuelo en el grupo de WhatsApp es Guti, ¿no?
Pues sí, la verdad que creo que sí. Hasta donde tú sabes, seguro que sí.
Oye tú debutaste en el fútbol profesional en Vallecas. Joder, qué privilegio, ¿no?
Sí, la verdad que fue un día, una culminación de... Ahí te llueven las emociones, porque, claro, ahí ya obviamente vas a hacer la pretemporada con el primer equipo, lo empiezas a ver tangible, pero hasta hace unos meses antes a mí me parecía una cosa de otro planeta, de otro sistema solar, ¿no? Eso de estar con Michel, con Laudrup, con Fernando Hierro, me parecía una cosa que no me podía pasar a mí. Sí es cierto que el hecho de que Raúl ya estaba triunfando un año anterior y pensar: "Yo más o menos soy del nivel de Raúl" te hacía decir: "¿Por qué yo no?" Eso obviamente te da muchas alas. Y ahí fue cuando con todo el camino recorrido piensas en tu familia, la cantidad de kilómetros que se han hecho, el apostar tú con 14 años, que yo ahora veo a mi sobrino con 14 años, que es un niño, y te vienes aquí a Madrid tú solo, además con la dureza que había antes, que te daban casi una navaja suiza y, chaval, búscate la vida y si progresas es que vales para el Real Madrid y si no, tal. Eso te curte y ahora yo veo la perspectiva, porque cuando estaba de entrenador en cantera, aquello era el día y la noche. Pero bueno, fueron años muy bonitos, la verdad que al convivir no éramos tantos, 25 o 30 personas, desde cadete hasta el Castilla, que estaba Alberto Toril, por ejemplo y éramos nuestra familia.
¿Por quién entraste en ese partido?
Por Amavisca, por Emilio Amavisca, sí.
¿Y cómo es esa movida cuando ves que viene un tío de frente que tú le vas a dar la mano y vas a ser como un futbolista profesional de repente?
Bueno, pues muy nervioso, muy nervioso porque, claro, estaba más nervioso el primer día que iba a jugar titular con el Madrid.
Marcaste además, ¿no?
Ese fue el segundo. El primero fue en Gijón, me hicieron un penalti, que fallamos y empatamos a cero y al día siguiente tuve el primer partido como titular en el Bernabéu y marqué. Muy nervioso porque, claro, toda tu vida pasa por tus ojos y dices: "Madre mía, estoy debutando en el Real Madrid, no me lo creo, ha merecido la pena todo el sacrificio".