20 años del debut en la Selección de David Villa, la 'alegría de la huerta' con antepasados trotskistas: "Lo machacaron, en Madrid no lo podían ni ver"
El máximo goleador en la historia de La Roja debutó contra San Marino en un clasificatorio para el Mundial de 2006.
En la vida de cada persona hay momentos que dejan una muesca y cuando uno echa la vista atrás revive de forma distinta. Algunos de esos recuerdos pueden ser buenos, otros quizás sería mejor haberlos dejado en el olvido, pero, indiferentemente, el cúmulo de todos ellos da el resultado de la persona que eres hoy. Este que escribe tiene una muesca en su memoria futbolística que data de marzo de 2008.
En un España - Italia completamente intrascendente, pues era un amistoso disputado en el Martínez Valero de Elche, David Villa marcó un voleón por la escuadra a la que era la selección campeona del Mundo (Italia) y, para más inri, lo hizo ante Gianluigi Buffon, el mejor portero en ese momento. Esa muesca se transformó en una Eurocopa a los pocos meses, en un Mundial a los años, y en una triple corona, que consagró a la Selección como la más dominadora del momento, cuatro temporadas más tarde.
Una de las caras más visibles de ese equipo fue David Villa (1981), el mismo que me hizo tomar consciencia de que la Selección podía hacer cosas grandes. Él también tiene un historial de muescas que han forjado su personalidad. Ya desde el retiro y con 43 años, Villa quizás se acuerde del día en que la vida casi le arrebata el fútbol porque se rompió la tibia derecha con cuatro años, de los viajes diarios con su padre desde Tuilla a Mareo solo para entrenar, de su primer gol en el Sporting ante Julen Lopetegui, de cuando simulaba echarse un 'vasu' de sidra para celebrar sus goles, o el día que debutó con la Selección Española.
Hoy se cumplen 20 años de aquel hito. David Villa vestía por primera vez la camiseta de La Roja (dorsal '21') y lo hacía en una fase clasificatoria para el Mundial de 2006. El fútbol europeo vivía momentos atípicos, el Villarreal acababa de ganar una Intertoto y Grecia una Eurocopa, lo que seguía siendo igual eran las goleadas a San Marino. En el debut de Villa, España le endosó cinco tantos al conjunto del microestado europeo. Algo que era rutina para los rivales que se enfrentaban a San Marino.
«Se lo ganó picando carbón»
"Sale desde abajo del todo. Lo hace desde un pueblo minero de Asturias [Tuilla]. Se lo tuvo que ganar a pulso, como decimos aquí, se lo ganó picando carbón", dice Manfredo Álvarez, histórico de la radio deportiva en Asturias. El periodista siempre ha estado muy ligado al delantero y a su familia. Durante su llamada con Relevo recuerda el momento en el que escuchó por primera vez el nombre de David Villa: "A mí, cuando llega al filial, ya me avisan de que va a subir un chaval que es la hostia. Cuando empezó a entrar en el primer equipo la gente le echó el ojo".
En Asturias comenzó a tener más reconocimiento cuando llegó al segundo equipo de la entidad de rojiblanca, pero no fue hasta que dio el salto al Sporting cuando su nombre comenzó a sonar entre las reuniones de directores deportivos del país. En ese momento fue donde se vieron recompensadas las horas de José Manuel Villa, padre de la criatura, que le llevaba desde Tuilla a Mareo (1h) para entrenar todos los días, ida y vuelta. El 'Jefe', como llama David Villa a su padre, tuvo que ver cómo su hijo no fue llamado por la selección autonómica de Asturias. Es más, hasta la Sub-21, el máximo goleador de la historia de La Roja ni pisó la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. "¡Por debajo de la Sub-21 no fue nunca a la Selección! A eso me refiero yo con que tardó mucho en darse a conocer a nivel nacional", añade Manfredo.
La explicación a este suceso también viene por parte del periodista con pasado en la Cadena Ser. "En las inferiores del Sporting siempre sobresalía, pero nunca llegó a ser titular en ninguno de los filiales", dice. El punto de inflexión fue subir con los mayores. "Cuando empezó a entrar en el primer equipo la gente le echó el ojo. En dos temporadas en Segunda marcó 41 goles. La primera temporada piensas: 'Bueno, igual es casualidad'. Cuando pasa la siguiente temporada y marca otros 20 goles ya vienen las ofertas", explica.
En ese momento los clubes con más solera del país no se atrevieron a apostar por un futbolista joven que destacaba en Segunda División. El que sí lo hizo, y salió bien parado, fue el Zaragoza. "Los equipos grandes no se atrevieron porque venía de Segunda, porque era muy joven… Se atrevió el Zaragoza y mira cómo salió", apostilla Manfredo, que procede a acordarse de la Copa del Rey y Supercopa de España que Villa cosechó durante sus dos temporadas con los maños.
'La alegría de la huerta' que no paró de sonar en Carrusel
"Era un jugador que todo entrenador querría en su equipo", arranca Victor Muñoz, el que fuera entrenador del Guaje durante sus dos años en Zaragoza. Para él la llamada de la Selección fue una cuestión de tiempo, los títulos y sus goles (17 y 15, respectivamente) estaban ahí. "Durante la temporada ya se hablaba de la posibilidad de que fuera a la Selección", recuerda.
Y añade: "Goleadores como él siempre son necesarios en la Selección. Villa era un jugador emergente que tarde o temprano iba a estar allí, lo sabíamos todos". En ese momento era difícil imaginarse lo que llegaría a ser aquel niño que estuvo semanas sin moverse de la cama para sanar su fractura de tibia. Una decisión promovida por su padre, Mel, como le llaman cariñosamente, que tras visitar a decenas de médicos consiguió una solución para que su hijo no tuviese una pierna más larga que otra.
"Yo en Carrusel no paraba de mencionar su nombre, también le llamaba 'La alegría de la huerta'. Él enseguida empezó a llamar la atención. No hacía falta llamar a nadie, porque ya lo estaba viendo todo el mundo"
Sobre la irrupción de David Villa"No me lo creo, nadie va a pagar eso", dijo el propio David Villa a su círculo más cercano cuando firmó su contrato con el Zaragoza. La frase del ariete hacía alusión a su cláusula de rescisión, fijada en 12 millones, que dos temporadas más tarde ejecutó el Valencia. Antes de mudarse a la capital del Turia, debutó con la Selección absoluta. "No dimos la voz de alarma a ningún club ni a la Selección, en su segunda temporada en el Sporting ya lo vio todo el mundo lo que era Villa", asegura Manfredo, que tuvo gran influencia en dar a conocer al futbolista.
![David Villa posa con su primer gol en el Zaragoza. ARCHIVO](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/08/media/cortadas/6576508-U00387055026Wdi-406x720@Relevo.jpg?cw=300&ch=533)
Él inventó un término que no paró de repetir cuando radiaba los partidos del Guaje. "Hacíamos Carrusel a nivel nacional y al Sporting se le daba mucha bola. Villa empezó a destacar en ese equipo. Yo en Carrusel no paraba de mencionar su nombre, también le llamaba 'La alegría de la huerta'", rememora. El apodo se debe a la personalidad del futbolista, siempre muy movido en el césped y cercano fuera de él. "Él también destacaba en los partidos que daba el Canal Plus el domingo a las 12 del mediodía. Él enseguida empezó a llamar la atención. No hacía falta llamar a nadie, porque ya lo estaba viendo todo el mundo", sentencia.
Raúl y Torres le «tapaban», pero «era normal que a un chico del Sporting le costase más jugar en la Selección»
No fue sencillo llegar a jugar con la Absoluta. La primera vez que David Villa vio su nombre en una lista de la Federación fue cuando Iñaki Saez lo llamó con la Sub-21. El técnico de Bilbao lo incorporó en la convocatoria para la clasificación al Europeo Sub-21, no marcó, ni jugó más de media hora por encuentro. Hacerse un hueco en ese grupo le fue muy complicado, mientras que en la Absoluta fue una pieza clave del cambio generacional comandado por Luis Aragonés.
"En la Selección había gente que le tapaba y que eran muy mediáticos, como Raúl", menciona Manfredo, que no olvida lo que la prensa deportiva hizo con la figura del difunto seleccionador. Para Víctor Muñoz no había problemas: "Villa era un jugador distinto a Fernando Torres y Raúl, te diría que hasta complementario. Era un jugador que siempre tenía que estar en la Selección". La leyenda del Atlético de Madrid y el histórico '7' del Real Madrid fueron un listón los primeros años del Guaje en La Roja y pese a ello el asturiano guarda una estrecha relación con ellos.
"Hubo polémica porque cogió el '7' de Raúl, al principio le machacaron. En Madrid no lo podían ni ver"
Sobre los primeros años de Villa en la SelecciónEn cuanto al partido, en Asturias todavía lo recuerdan como un día "muy emocionante". Junto al Guaje, también debutaron Antonio Guayre e Iván de la Peña, todos ellos con carreras diametralmente opuestas en la Selección. "Villa se lo ganó a pulso, picando carbón. Era normal que a un chico que sale del Sporting le costase más jugar en la Selección que a los que lo hacen en el Madrid o Barcelona", opina Manfredo.
El dorsal de la discordia que salpicó los primeros años de Villa en La Roja
"Hubo polémica porque cogió el '7' de Raúl, al principio le machacaron. En Madrid no lo podían ni ver", destaca Manfredo sobre los primeros años del futbolista de Tuilla en Las Rozas. Precisamente, Villa consiguió debutar ante San Marino después de sustituir al propio Raúl en el minuto 70. El entonces delantero del Zaragoza tuvo varias ocasiones claras, pero ninguna vio puerta. No sería hasta noviembre de 2005 cuando Villa sumaría el primero de los 59 goles que le otorgan el trono de máximo goleador de la historia de la Selección.
También fue uno de esos jugadores que sufrió daño colateral por la toma de decisiones Luis Aragonés. Villa se convirtió en el delantero de referencia junto a Fernando Torres, todo esto en detrimento de Raúl González. "Sufrió un poco el tema de la renovación del ataque de la Selección porque él encima cogió el '7'. Hubo quien lo vio como una afrenta, casi como cuando en la NBA quitan el dorsal", rememora Manfredo sobre aquella época de tensión generada, en gran parte, por la prensa deportiva.
"Cuando Raúl deja de venir a la Selección estuvieron meses dando la matraca con que tenía que volver. Así fueron muchas convocatorias, pero Aragonés ya había tomado la decisión. Eso le salpicó indirectamente a Villa, pero tenían buena relación. Villa no puede tener mala relación con nadie", aclara el periodista asturiano sobre una de las losas que tuvo que sobrellevar el delantero.
Pasar ese 'mal trago' fue mucho más sencillo con Luis Aragonés como capitán del barco. La relación del delantero con el entrenador era excepcional. "A mi me contaba que era un personaje", destaca Manfredo, que le cuesta elegir entre tantas vivencias que Villa acumuló junto al seleccionador. "Le tenía mucho cariño y todo el grupo hizo piña con Luis. Villa siempre te hablaba de Luis como un personaje, tenía muchísimas anécdotas con él", completa. El Guaje nunca dejó de estar agradecido al técnico que le dio la oportunidad de debutar en la Selección.
Villa nació como el bisnieto de Trotski hasta que se convirtió en David Villa
Es muy complicado entender la carrera de David Villa sin comprender su árbol genealógico, por ello este apartado del texto. Por si no ha quedado suficientemente reflejado en líneas anteriores, el Guaje nació en Tuilla, pueblo de Langreo dedicado a la minería de carbón. Su padre, la figura más importante de su vida, casi pierde la vida en un incendio a 800 metros bajo tierra. "Cada noche, él bajaba bajo tierra para asegurarse de que a nuestra familia no le faltara nada. Era un trabajo extremadamente difícil y peligroso. Una noche, cuando yo era un chaval, hubo un accidente y la mina se incendió. Cuando nos despertamos, escuchamos que había podido salir", escribió el propio Villa en un texto publicado por The Players Tribune.
El pequeño Villa creció en un primer piso de La Barriada, un bloque de edificios construidos por el franquismo a partir de 1947 para todas aquellas familias que se mudaron al pueblo para trabajar en la mina. Allí empezó a dar patadas a un balón, bajo la atenta mirada de su madre, Dorita, y de su hermana, Elsa. El resto es historia, el niño de Mel se había convertido en futbolista y había destronado a su bisabuelo como persona más famosa de Tuilla. Sí, porque antes de que David Villa fuese David Villa, en el pueblo se le conocía como el bisnieto de Trotski.
¿Cómo que bisnieto de Trotski? La historia es larga y da para película, pero la rescató Luis Miguel Piñera, historiador y cronista oficial de Gijón. El bisabuelo materno de David Villa se llamaba Vicente Martínez Amores, pero en Tuilla lo conocían como Trotski por su apariencia física similar y por sus ideas revolucionarias. Era el minero más famoso de todo el pueblo y uno de los que mayor ímpetu puso en mejorar las condiciones de su gremio. Nació en 1900 en Sayeo, Asturias, minero desde niño, se negó a cumplir el servicio militar en 1917, lo que le costó cinco años de castigo en Marruecos. Comunista confeso, bautizó a sus hijos con nombres ideológicos: Libertad (abuela materna de David), Lenin, Stalin y Trotski.
Tras la Guerra Civil, para evitar represalias en la dictadura franquista, tuvo que cambiar sus nombres: Libertad pasó a Carmen (abuela materna de David), Stalin a Vicente, Lenin a Laudino y Trotski a José María. Trabajó como picador hasta su jubilación en 1955 y pasó sus últimos años jugando a la petanca y contando historias en los bares del pueblo. Murió en 1980, pero su legado perdura en su bisnieto, que le arrebató el honor de ser la persona más famosa de la historia de Tuilla, y hoy celebra los 20 años de su debut con la Selección.