OPINIÓN

Bilbainada: este Athletic podría haber ganado a cualquier equipo del mundo

Los jugadores del Athletic celebran el triunfo contra el Atlético de Madrid en San Mamés./AFP
Los jugadores del Athletic celebran el triunfo contra el Atlético de Madrid en San Mamés. AFP

Pocos como el Athletic saben festejar las grandes ocasiones. Así, y no de otra forma, se celebran los aniversarios (125 años) y los homenajes (Iribar y Rham). Dándose un atracón de fútbol en el más amplio sentido de la palabra. Sería irrazonable y arbitrario escribir sobre este Athletic-Atlético y comenzar por las infinitas debilidades expuestas por el equipo perdedor, sin ensalzar antes las infinitas virtudes exhibidas por el conjunto ganador. Sin llegar a las manos con quien pueda opinar lo contrario, y permitiéndome una bilbainada sin ser de Bilbao, este Athletic vespertino de sábado se hubiera llevado por delante a cualquier otro equipo de este mundo. Entre otras razones porque la temporada nos está demostrando que, hasta el City de Pep es terrícola, y no hay ningún club que lleve la etiqueta de invencible.

¡Qué velocidad! Qué sentido de la profundidad! ¡Qué presión! ¡Qué facilidad para mezclar el juego interior y el juego por las bandas! ¡Qué manera de defender tan adelantado y desde la anticipación! Si no fue la mejor obra de Valverde desde su vuelta a San Mamés... por ahí le andará. Parece haber encontrado el técnico la ubicación perfecta de sus jugadores. Y eso que le faltaban piezas en el centro y en la zaga. Arriba, desde luego, la combinación de los dos Williams por las bandas, Sancet en la media punta y Guruzeta como referencia atípica, es una amalgama futbolística de primer orden. Si a ellos se une un director de orquesta como Ander Herrera y un portero, Unai Simón, que saca, aunque sea con los pies, las pocas que tiene que sacar, no es extraño que el rival quede minimizado como quedó el Atlético de Simeone.

No sé yo si el Cholo volverá en su vida a reservar jugadores pensando en el siguiente partido, como hizo contra la Lazio. Al menos, el miércoles le salió bien, pero en San Mamés naufragaron tanto los que habían descansado (Koke, Llorente, Morata y Griezmann) como los que no lo hicieron. La puesta en escena del Athletic a las mismas revoluciones que años cumple (125) fue demasiado para el ritmo cansino mostrado por los hombres que hoy vestían de verde. La intensidad defensiva y ofensiva del Athletic pasó por encima de los Molina, Koke, Saúl, Morata, Witsel, Griezmann, Memphis... Es más fácil contar los 'cholitos' que metieron la pierna y en el caso de Oblak, inmenso, también las manos... Hermoso, Lino, Llorente, a quien van a volver loco con tanto cambio de posición con tan pocos minutos de diferencia...

Simeone, desde su área técnica, impidió detener a la marabunta rojiblanca con gestos constantes de calma... aunque posiblemente su equipo lo que necesitaba era todo lo contrario. Las sustituciones no le funcionaron. El reajuste táctico, tampoco. Incluso casi pasó inadvertido. En la práctica no se terminó de observar si el equipo pasaba a defensa de cuatro o seguía con los tres centrales que tanto sufren en determinados partidos, en los que los que atacan llegan en velocidad y muchos a la vez. Caso del Athletic. Todo ello sin obviar que como en Las Palmas (jornada 11), con la derrota mínima todavía en el marcador, el técnico sustituyó a Griezmann, a quien, en este caso, había reservado el miércoles 45 minutos. Algo no encaja.

La realidad plantea una cuestión que no por repetida deja de ser verdad. El Atlético cuando descarrila pierde todos los vagones. Como en Valencia; como en Las Palmas; como ante el Betis, aunque no perdiera; como en el primer tiempo del Camp Nou... Con esta falta de continuidad es complicado luchar por el título de Liga hasta las cinco últimas jornadas. Las derrotas van cayendo y los partidos venideros se van convirtiendo todos en finales. Y para su desgracia, el Campeonato se juega en casa y fuera y lejos del calorcito del Metropolitano los de Simeone volvieron a demostrar en San Mames que son vulnerables.