La esperpéntica foto del segundo equipo de fútbol femenino más importante de Galicia: "Vivimos nueve en un piso durante dos meses"
Las jugadoras del Atlético Villalonga sufren impagos y la realidad del club es caótica.

Cuanto más conoces sobre el Atlético Villalonga femenino, más difícil es dibujar su realidad. Hay tantas versiones y tantos actores implicados que es complicado diferenciar la ficción de la realidad. Sobre todo, por lo surrealista de algunas de las escenas que relatan sus protagonistas.
La primera impresión es caótica: un equipo sin segundo entrenador y sin preparador físico en los partidos como visitante hasta hace dos días, con nueve futbolistas viviendo en el mismo piso y a las que les deben unas cuantas nóminas. Por ejemplo. A principios de febrero, las jugadoras denunciaban su "precaria situación laboral" a través de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
‼️🚨 #AFEFútbol denuncia la precaria situación laboral de las futbolistas del Atlético Villalonga Fútbol Femenino.#UnidasSomosMásFuerteshttps://t.co/tZgvvhHoye
— AFE (@afefutbol) February 6, 2025
Con el objetivo de relatar los hechos de la forma más justa posible, Relevo se puso en contacto con exintegrantes del club y con personas conocedoras de la realidad del fútbol femenino gallego, de los que llevan toda la vida en esto. Algunas de esas fuentes se refieren al Atlético Villalonga como el "Manchester City del fútbol femenino gallego". "Pagan como nadie y las jugadoras quieren irse allí porque el resto no les da eso ni por asomo", dice una exfutbolista del equipo.
Vilalonga es una parroquia del municipio de Sanxenxo, con poco más de 3.000 habitantes, según el último censo. Su equipo femenino es el segundo más importante de Galicia. El primero, en cuanto a términos deportivos se refiere, es el Dépor Abanca. Compiten en Segunda Federación, la tercera división del fútbol femenino español, y juegan sus partidos en el campo de fútbol Novo San Pedro. Un humilde 'estadio' de hierba natural.
Las mismas fuentes dicen, también, que a su presidente es habitual escucharle frases como: "Llevo ocho años de éxitos". Al referirse a su propia gestión. Se llama Enrique Rodríguez y fundó el club hace casi una década. Empezó llamándose Viajes InterRías FF, por su patrocinador principal, para acabar denominándose Atlético Villalonga. Un cambio que, según comunicó el club, se debe a "cuestiones administrativas".
"El cambio ayudará a identificar al equipo con nuestra localidad y permitirá que demos más visibilidad a Vilalonga", anunciaron. "El Atlético Villalonga es su proyecto personal", aseguran a Relevo. Además, este verano, el Pontevedra se metió en el ajo. "Desde el 8 de agosto de 2024 y hasta 2026, el Atlético Villalonga FF y el Pontevedra CF firman un convenio de colaboración, pasando el club granate a formar parte de la gestoría del club de Sanxenxo", rezaba del comunicado oficial, publicado en la web del club pontevedrés. "Como parte de este convenio, la camiseta del Atlético Villalonga FF portará el escudo del Pontevedra CF en la parte trasera del cuello y las 2ª equipación será principalmente de color granate", añadía.
El equipo compite por toda la mitad norte de España, contra el Real Oviedo o los filiales del Athletic Club, Real Sociedad, Osasuna o Atlético de Madrid. Este curso, ocupan la mitad de la tabla. La temporada pasada se quedaron a las puertas de disputar el play-off de ascenso a Primera Federación y la anterior, salvaron la categoría en la penúltima jornada. En recompensa, el club invitó a todas las jugadoras y a un acompañante a Canarias. Con todo pagado.
“Es un buen tío, pero es un mentiroso”
En el Atlético Villalonga, todo empieza y todo acaba en Enrique Rodríguez. "Es buen tío, pero es un mentiroso. No está capacitado y usa las mentiras para ocultar su incapacidad. Encima, tiene a dos personas a su lado que le desayunan", asegura una fuente que conoce muy de cerca la realidad del club, aunque ya no pertenece a él. Enrique Rodríguez trabaja en una empresa, el equipo de fútbol femenino es su segunda ocupación y lo hace todo.
"Nos oculta cuestiones importantes, no habla con claridad y se dedica a dar largas, respondiéndonos que son temas que debe resolver la gestora", cuentan a Relevo las futbolistas del equipo. "El club ha ido creciendo y se le ha ido de las manos", añaden.
Tanto integrantes de la plantilla como otras futbolistas que ya no están recuerdan en Relevo varios incidentes. Cuentan que, a finales del curso pasado, les prometió que iba a fichar a un director deportivo. Debido a la exigencia de la categoría, el cuerpo técnico consideraba necesaria la incorporación de esa figura. "Me prometió que el director deportivo me iba a llamar, que ya estaba firmado y todo. Esa llamada jamás llegó", sentencia esa fuente.
"El año pasado, le pedimos fruta para los entrenamientos. Cuando acabó la temporada, nos recriminó que por culpa de la fruta estábamos en números rojos", añade. En otra ocasión, las futbolistas pidieron comer en el campo después del entrenamiento y antes de uno de los desplazamientos más largos del curso. "Nos puso un catering y nos dieron sopa. Le dijimos que cómo íbamos a comerla de pie, que era una sopa y que acabábamos de entrenar, y nos dijo: 'Así (mientras hacía como que comía la sopa)'", recuerda otra fuente conocedora de la situación. Relevo trató de ponerse en contacto con Enrique Rodríguez sin éxito.
Nóminas sin pagar, WhatsApps sin contestar y un piso para nueve...
El asunto de las nóminas es el más delicado porque hay jugadoras a las que les deben unos cuantos meses o que cobran tarde. "Ellos tienen una mentalidad antigua, se creen que es un hobby, que cobrar no tiene importancia, ellos vienen de eso", señalan exfutbolistas del club a Relevo. La mayor parte de las futbolistas del Atlético Villalonga estudian, juegan al fútbol y no son de Sanxenxo. El curso anterior, 16 de 22 eran de fuera.
"Otra de sus frases estrella es: 'Aquí nunca nadie se fue sin cobrar'", señalan. "Es que faltaría más, es que nos tienen que pagar", añaden. Relevo ha tenido acceso a los extractos bancarios de varias futbolistas que demuestran los impagos de las nóminas y el retraso en el ingreso de muchas de ellas. Por contrato, el club debe abonarles el dinero del 1 al 10 de cada mes. En muchas ocasiones, esas transferencias llegan más allá de la mitad del mes... cuando llegan. Aunque las hay, no son muchas las futbolistas que están al día con los cobros.
Además, a algunas jugadoras les prometieron unas condiciones y cuando fueron a firmar el contrato, habían cambiado. Otro asunto es la entrega de las nóminas, un derecho de cualquier trabajador. "De eso ya nos olvidamos, tenemos que ir siempre detrás de ellos para que nos las den", cuentan desde el interior del vestuario. "A mí, el año pasado, me las entregaron todas el 30 de junio", cuenta una fuente.
"A veces nos decía que nos liquidaba todo el 30 de junio y listo". Este curso, una de las futbolistas necesitaba las nóminas por cuestiones personales y se pasó todo el mes de diciembre escribiéndole al club. Hasta que dejaron de contestarla. "Llevan ocho años haciéndolo así", acaban.
Las condiciones que se encontraron algunas futbolistas a su llegada a Sanxenxo agravan su realidad. "Durante dos meses, estuvimos nueve viviendo en un piso y ese piso no es para tanta gente", lamentan. "Además, tampoco limpian el piso de temporada a temporada. Cuando entras, te encuentras lo que dejaron otras antes de irse", añaden.
Tras el comunicado de AFE, el Pontevedra entró en escena y está tratando de mediar entre ambas partes: las futbolistas y el Atlético Villalonga. De momento, una persona del club se reúne de forma periódica con las capitanas para intentar encontrar soluciones. Relevo, también, se puso en contacto con el club pontevedrés, que asegura que ellos tan solo colaboran con el club a modo de patrocinador y que desconocían la realidad del vestuario. Que ponían el dinero y ya, vaya.
Sin preparador físico ni segundo entrenador hasta hace nada
Hasta hace bien poco, las jugadoras del Atlético Villalonga se dirigían a ellas mismas en el calentamiento previo al partido cuando jugaban fuera porque no tenían preparador físico. Si alguna futbolista se lesionaba, era el equipo médico del rival el que las atendía. En ocasiones, viajaban sin botiquín o sin camilla. Tampoco tuvieron segundo entrenador hasta la última semana de enero.
Cuando juegan en casa, mencionan que muchas veces las instalaciones del campo de fútbol Novo San Pedro están sucias porque no las limpian. "A veces, cuando nos vamos, no podemos ni apoyar las manos". También cuentan que tienen GPS, pero "como no pagan a la plataforma que se los suministra, no los pueden usar".
Desde finales de enero, las dirige Romina Dadín, una entrenadora de la casa, la del Juvenil, y "la mano derecha de Enrique Rodríguez", según el vestuario. El entrenador que empezó la temporada, Edu González, dimitió por "motivos personales". La anterior entrenadora, Cris Oreiro, abandonó la disciplina gallega a pocas semanas del inicio del curso por "discrepancias sobre el proyecto". "No es mi forma de hacer las cosas", recogió el Diario de Pontevedra.