ENTREVISTA

Vicente y las secuelas que le ha dejado el fútbol: "No lo echo de menos, en tres años he tenido cinco operaciones; desde los 26 ya estaba padeciendo"

Vicente Rodríguez, exjugador del Valencia, mejor jugador español de LaLiga en 2004 y el tercero del mundo según FIFA, repasa una trayectoria lastrada por las lesiones de tobillo: "El fútbol ha sido justo e injusto conmigo".

Vicente celebra el título de Liga con el Valencia. /TONI LOSAS
Vicente celebra el título de Liga con el Valencia. TONI LOSAS
Cristina Bea

Cristina Bea

Vicente Rodríguez (Valencia, 1981) llega a nuestra charla en la ciudad deportiva de Paterna con un cojín bajo el brazo. "Es que tengo una lesión en el glúteo", dice el exjugador che tras acomodarse en la silla y antes de detallar la ristra de secuelas que le ha dejado el fútbol. "Tres operaciones de cadera -dos en la derecha, una a la izquierda-, dos en el pie… En tres años he tenido cinco operaciones. Cuando dejas el fútbol y quieres hacer vida normal, parece que vas a hacer vida normal pero tienes la cadera de apoyar mal, el pie... Y hay gente que decía que era todo mental", ironiza sobre quien dudó de unas dolencias y dolores que lastraron la carrera del mejor futbolista zurdo español en 2004, el tercero del mundo para FIFA, en el año del doblete del Valencia de Rafa Benítez.

"He pensado muchas veces en si no hubiera tenido las lesiones, pero no se puede saber", reconoce el hoy embajador del Valencia que, menos introvertido que en su etapa en el verde pero igual de cauto, aborda recuerdos en torno a Carles Puyol, con quien tuvo un sonado rifirrafe en la Selección, Ronald Koeman ("El entrenador quiere que juegues pero el que tiene dolor es el que lo está padeciendo, que era yo. No me podía decir un entrenador que tenía que jugar obligado"), o Gustavo Poyet, su último técnico, en el Brighton, donde colgó las botas. También conversamos sobre Raúl, Quique Sánchez Flores, Luis Enrique y la decisión "injusta" que tomó en el pasado Mundial de Catar con Gayà, y de Rubén Baraja, entre otros nombres propios. "Yo creo que Pipo no estará pensando en Europa seguramente. Estará diciendo 'partido a partido, vamos poco a poco, que aquí si levantas la cabeza un poco te dan una hostia'", asegura el de Benicalap.

'El crack de Benicalap', 'El puñal de Benicalap'. Empezaste a jugar en tu barrio, al que siempre se te ha asociado. ¿Cómo fueron tus primeros pasos en el fútbol?

Realmente yo empecé a jugar en la falla, y jugaba a futbito, en el campeonato de futbito. Primero en la calle, evidentemente. Antes no había lo que tienen ahora los niños. Antes, ¿qué es lo único que había? Un balón, cromos y canicas. En el barrio empezamos a jugar. Ahora no baja mucha gente, antes bajaba todo el mundo. Un amigo me dijo de si podía ir a entrenar con él al Benicalap y empecé en fútbol 11, que entonces no había fútbol 8 ni fútbol 7 y, claro, el campo era muy grande. Empecé en el Benicalap y de ahí al Levante. Yo veraneaba en un pueblo que se llama Eslida, en la provincia de Castellón, y había unos amigos que vivían muy cerquita nuestro, eran como medio entrenadores del Levante, y lo hablaron con mi padre, si tenía alguna posibilidad de ir a probar, a entrenar. Un verano fui y ya a partir de ahí siguió todo.

Llegaste al Levante, donde llegaste al fútbol profesional, pero tú has sido valencianista de cuna, ¿no?

Sí. He sido valencianista desde muy pequeñito porque me lo inculcó mi padre. Casualidades de la vida que encontramos a estos chicos en el pueblo y me dijeron la posibilidad de ir a entrenar al campo de la Malvarrosa y a probar con el Levante -entonces no tenía ciudad deportiva ni tenía nada, era un campo de tierra y gravilla a veces-. De pequeñito fui a hacer las pruebas al Valencia, antes de pasar al Levante, siendo alevín, la edad de mi hijo (11 años), pero vine aquí a la ciudad deportiva y no me gustaron mucho los compañeros y eso, y le dije a mi padre que no volvía. Y volví a jugar a mi barrio. Y ahí seguí y pasó lo del Levante luego.

Hablamos mucho ahora de las edades tempranas a las que debutan los futbolistas pero tú también lo hiciste con 16 años.

Sí, yo debuté en el Levante en Segunda División con 16 años. Era una temporada muy convulsa, con varios entrenadores. Yo debuté con José Enrique Díaz. Primero estuve a punto de debutar en un partido en el campo del Leganés, pero me tomé un Frenadol y no pude jugar por si me hacían un control de dopaje. Se lo dije al doctor: 'Si yo me he tomado esto para el constipado'. 'Pues no te lo tenías que haber tomado, tenías que haber preguntado'. Así que no pude debutar ese partido, debuté después, con el Villarreal, en el que entonces jugaba Robert y tenían un equipazo, subieron a Primera División. Jugué titular ese partido, no sé si perdimos 1-2 y yo hice muy buen encuentro. Nosotros acabamos bajando a Segunda B.

¿Cómo se da la opción de, ahora sí, ir y quedarte en el Valencia?

Yo estaba en el Levante jugando en Segunda División a buen nivel, estaba haciendo goles, y en marzo o por ahí viene el Arsenal, que quiere que vaya a Londres a ver las instalaciones, que quieren ficharme. Y a mí el Arsenal -yo entonces en esa época veía mucha liga inglesa, me gustaba mucho, me encantaba ver los estadios así, había muchos goles, había jugadores muy buenos-, me encantaba. Vinieron a Valencia, fuimos a cenar al Parador de El Saler con el scout y el jefe de scouting y quedamos en que un fin de semana, cuando tuviera libre, me llevaban a Londres y me harían ver un partido del Arsenal, ver las instalaciones de entrenamiento, estar con Arsène Wenger… Yo pensaba que era mentira, y sí, es verdad: fui ahí a Londres, me quedé ahí dos o tres días, estuve con el entrenador, entonces estaba Henry, estaba Bergkamp, todos jugadorazos, y estuve en el entrenamiento, estuve dos días en Londres y me encantó. Y yo digo: 'Pues si no me quiere nadie y tengo la posibilidad de ir a Inglaterra, pues claro'.

"Yo estaba en el Levante en Segunda y vino el Arsenal. Fui a Londres, estuve con Arsène Wenger, pero se interesó el Valencia y no di opción a nada más"

Vicente Rodríguez Exjugador del Valencia C.F.

Me preguntaba mi agente si me apetecía ir, y era una opción muy buena. Al final, se va acercando el verano y el Valencia se interesa y mi agente le dijo al Arsenal que el Valencia estaba interesado. Ellos tenían que esperar un poco, no sé qué, no se creyeron mucho lo del Valencia y, claro, a mí cuando viene el Valencia ya se me hubiera puesto cualquier equipo del mundo -el Manchester, el Milán, el…-, yo era del Valencia, surgió la posibilidad y, vamos, no di opción a nada más. Aunque el Arsenal hubiera pagado, es un decir, tres millones de euros y me hubiera pagado el Valencia 100.000 euros, hubiera firmado por el Valencia. Seguro. Segurísimo.

Y llegas al Valencia del 2000, que venía de jugar (y perder) la final de la Champions contra el Madrid.

Yo cuando firmo por el Valencia digo: '¿Yo voy a jugar con nuestros jugadores?'. Los había visto jugando la final de Champions en París contra el Real Madrid, que la perdieron, pero hicieron una temporada brutal, y yo no me lo creía. Digo: 'Voy a empezar la pretemporada con Héctor Cúper, voy a jugar con... bufff, todos estos jugadorazos, no sé, me iré cedido'. Hice la pretemporada a tope, me salieron bien las cosas, y Cúper decidió que quería que estuviera no como suplente del Kily, pero yo sabía que estaba por delante porque era un jugador mucho más experto que yo, era un muy buen jugador y yo ese año era para mí para aprender, y la verdad es que disfruté mucho.

¿Cómo fue ese aterrizaje y el trabajo de un Héctor Cúper tan serio? Esta semana le hemos visto no emocionado pero al menos sí sonriendo en una entrevista tras la clasificación de Siria para los octavos de la Copa de Asia. ¿Recuerdas alguna conversación, alguna palabra o algo que te marcara de él?

No… Me trató muy bien. La verdad es que no tengo ningún tipo de queja, porque me trató muy bien. Y los compañeros igual. La verdad que fue un año maravilloso porque, lo que te digo, pensaba que iba a ir cedido y me quedé, y además jugando muchos partidos y jugando Champions. Llegamos a la final de Milán, y la verdad que el trato fue siempre fenomenal y no tengo ninguna queja, al contrario.

¿Qué recuerdos tienes de aquella Champions? La segunda consecutiva para un Valencia histórico.

Pues dura, dura, dura. Porque yo creo que la del Real Madrid, viéndola desde fuera, el Madrid te gana bien, te pega un buen repaso, es la realidad. Como aficionado lo pasas mal, pero la de Milán el equipo se la mereció. La tuvimos muy cerca. Los penaltis es una cuestión de suerte, ante un equipo que era un equipazo entonces, el Bayern de Múnich era un equipo plagado de estrellas. Fue una pena, la verdad que fue una pena. En el global del partido creo que nosotros fuimos incluso mejores que ellos. Creo. No lo recuerdo bien, pero tiro pa' casa.

Hemos visto infinidad de veces la imagen de Cañizares llorando desolado, del momento en el que recoge la medalla. ¿Tú tienes alguna imagen grabada de aquel día?

Pues de desolación total. De entrar en el vestuario y mudos todo el mundo. Es la cara y la cruz del fútbol: en un vestuario seguramente estarían celebrando por todo lo alto y nosotros pues "a comer mierda", como se suele decir.

La cara para vosotros llegó la temporada siguiente con la primera Liga de Benítez.

Sí. Salía Héctor Cúper como entrenador, llegaba Rafa Benítez, un entrenador joven que no era muy conocido, había entrenado al Tenerife, a varios equipos, pero no era un entrenador de primer nivel. Eso no quiere decir que sea un mal entrenador, al final demostró que es un grandísimo entrenador y toda la carrera que ha hecho. Fue una temporada que, después de ese palo, el equipo tenía un poco sed de venganza, de conseguir algo. Nadie se esperaba conseguir la Liga, pero sí, yo que sé, intentar la Copa del Rey, en LaLiga quedar lo más arriba posible... Y a base de trabajo, de un equipo muy compacto, de mucho sacrificio, conseguimos una Liga que después de tantos años, 30 me parece, nadie se lo esperaba. Ni nosotros, ¿eh?, ni nosotros mismos.

Benítez sí lo creía, que os decía que podíais ganarla, pero le mirabais poco menos que como si estuviera loco. Esto lo contáis todos los jugadores de aquel vestuario…

Sí. Ahí hay historias que son reales, ¿eh? Primero, que en el campo del Espanyol íbamos perdiendo 2-0 al descanso y que si se iba. Y no sabíamos si se iba a ir Benítez, pero la directiva pensaba 'hay que cambiar el signo del equipo' porque no ganábamos partidos. En ese momento estábamos pasando una mala racha y perdiendo 2-0 al descanso, y le dimos la vuelta al partido, 2-3. Y a partir de ahí empezamos a ganar partidos no sabemos cómo... Bueno, sí que lo sabemos: porque teníamos un buen entrenador y teníamos un muy buen equipo. Teníamos muy buenos jugadores, una mezcla de experiencia y de juventud muy buena, y jugadores con hambre. Carboni, Ayala, Cañizares, estaba Angloma, Deschamps, que vino de haber sido campeón de Europa y de estar en el Chelsea; el Kily González, Pellegrino... La gente experta eran jugadores muy buenos que habían estado en equipos muy buenos, con mucha experiencia y con hambre de ganar y de enseñar a la gente que venía, a la gente joven.

Vicente, en su entrevista con Relevo.RELEVO /CRISTINA BEA - EDICIÓN DE VÍDEO: SAMUEL SUBIELA

¿Alguna conversación de aquel Rafa Benítez que recuerdes?

Una conversación, no me acuerdo si fue en la primera Liga o en la segunda, pero esto es verídico: estamos sentados todo el equipo en La Calderona. Los capitanes deciden que tenemos que tener una conversación con el entrenador porque los métodos no acaban de… Entonces nos sentamos, hablamos, empezamos a dar las explicaciones, el entrenador también y tal, y en una de éstas -yo era muy joven, yo tenía entonces 20 años o 21- Ayala suelta el tío, con un par de cojones: 'Es que lo que usted nos dice nos entra por un oído y nos sale por el otro'. Que un tío veterano como él diga eso demuestra el carácter que tiene y que quiere conseguir cosas, pero Benítez por su parte también. Digo: 'Hostia, a mí me dicen eso y cojo y me voy, cojo la puerta y me marcho'. Pero el tío aguantó bien. Aguantó y le dio la vuelta a la situación, y campeones de Liga y campeones de la UEFA. Hay que reconocer las cosas como son.

¿Fue un punto de inflexión? ¿Él cambió en algo el método o cambiasteis vosotros? ¿Qué no os convencía?

A lo mejor si no hubiéramos tenido esa conversación hubiera cambiado igual la cosa, pero cambió. No sé por qué, pero cambió.

¿Cómo es el momento en el que, en tu tercera temporada, le quitas el puesto de titular al Kily? Porque hasta entonces había habido mucha alternancia.

Sí, en los partidos más importantes, con Cúper, jugaba el Kily. Yo lo entendía, yo tenía 19 años, acababa de llegar y jugaba el Kily por experiencia y porque tenía mucho más kilometraje en Primera División, y yo tenía mis partidos y jugué mucho. ¿El Kily jugaba en Liga?, pues a lo mejor en un partido menos importante de Champions jugaba yo. A lo mejor había un partido en Champions contra un equipo muy bueno, pues el partido antes de Liga el Kily no jugaba y jugaba yo. Al final jugué mucho y disfruté mucho. Creo que jugué 35 o 36 partidos el primer año, entre Liga, Copa, Champions.

¿Y cómo es ese momento en que sí realmente das un paso adelante y ya se consideraba que Vicente era el titular?

Bueno, la relación con el entrenador tampoco era la mejor, porque a veces jugaba yo y el Kily no lo veía bien y el club decidió que el Kily tenía que marcharse y dejar paso. Es la ley del fútbol, cuando un veterano está muchos años en un equipo y llega otro por debajo que lo hace bien y tal, pues se marcha uno y dejas al que va por detrás que coja esa posición.

Ley de fútbol y que darías menos guerra que el Kily, ¿no?

(Se ríe). El Kily daba guerra, daba guerra… Pero en buen sentido, ¿eh? Daba guerra pero porque era un tío con mucho carácter. Hemos tenido algún rifirrafe en un entrenamiento, como hay en cualquier equipo, pero muy bien, tengo una buena relación con él. Nos hemos llevado bien siempre. En el vestuario había buen ambiente. Había sus grupos, como en todos los sitios: se juntaban los argentinos, iban juntos con Cañizares, y los españoles, pero había buena relación. No había ningún problema.

Es verdad, que Santi iba con los argentinos.

Sí, si hablaba hasta argentino, imagínate. Cuando se juntaba con ellos en el vestuario hablaba argentino, era un argentino más.

Con Ayala, con Pellegrino, del que Santi siempre cuenta cómo hablaba en las comidas de táctica, ya se veía que tenía madera de entrenador…

Sí, Pellegrino era muy pesado, era muy pesado, por eso ahora es entrenador. Quería estar siempre hablando y eso era señal de que iba a ser entrenador. Y Cañizares era muy amigo de Ayala. Se llevaban muy bien, tenían mucha relación.

Tu gran temporada fue la 2003-2004: marcas 12 goles, ganáis Liga, UEFA, te nombran el mejor jugador español de LaLiga, el tercero mejor para la FIFA… ¿Qué supuso ese año para ti?

A nivel particular fue muy bueno, pero sobre todo porque a nivel de equipo. Joer, estar en el equipo de tu tierra, ganar una Liga o la segunda Liga en tres años, ganar una UEFA, yo creo que no se puede pedir más. Muy orgulloso y feliz porque otra vez ganamos dos títulos y no es fácil: el Real Madrid tenía un equipazo, el Barcelona tenía otro equipazo...

Tuve equipos para marcharme, en España, en Inglaterra, en Italia, pero yo quería estar en Valencia. Había un buen equipo, por eso renové. Renovamos casi todos porque cuando no desarmas el equipo, pues quieres seguir.

Te conviertes en el zurdo de moda en España y en Europa, con 22 años. ¿Siempre has sido zurdo cerrado?

Sí, la derecha... bueno, para apoyar. Bueno, algún gol he metido con la derecha. En mi debut con el Mallorca, el primer gol que marqué en Mestalla fue con la derecha.

¿El 29 de septiembre de 2004 cambia tu carrera? ¿Tienes marcada la fecha del partido contra el Werder Bremen? Ahí empieza tu calvario con el tobillo izquierdo.

Bueno, ahí tengo una lesión en un balonazo, no es una patada: me pilló el pie en el aire. Yo ya venía de la temporada anterior con bastante molestia y con dolor, y jugué infiltrado varias veces, pero yo quería estar ahí, quería jugar. No paré tampoco mucho en verano y hubo un balonazo en un disparo de falta, estoy un tiempo parado y luego me vuelvo a hacer daño en una acción, ya con Ranieri. Paro un tiempo, no me acuerdo exactamente lo que paré, un mes o dos, jugamos contra el Barcelona en el Camp Nou y en una pisada me hago daño otra vez. Y entonces ya... Yo ese partido ya no lo quería jugar porque yo no me encontraba bien. Y Ranieri: 'Que el equipo te necesita, yo te necesito que estés, tal'. Hice un esfuerzo, jugué con un vendaje fuerte, pero yo ahí ya me hice daño de verdad. El del Werder Bremen fue el partido que todo el mundo recuerda, pero yo me hice daño en ese partido contra el Barcelona. Yo solo, fue una pisada. Ya venía de muy tocado ese tobillo y ahí ya, k.o.

¿Lo hablaste luego con Ranieri o él contigo?

No, al final decidí jugar yo, porque si eres joven y tal quieres jugar todos los partidos y quieres estar ahí siempre, no sabes parar. Si hubiera tenido a lo mejor cuatro o cinco años más pues hubiera dicho: 'Voy a parar y voy a estar lo que tenga que estar, tres, cuatro, cinco o seis meses'. Pero bueno, mira, lo que pasa es que te dejan secuelas, todavía tengo dolores, pero no cambio por nada el haber vivido eso.

Vicente, en muletas.
Vicente, en muletas.

¿Qué secuelas te dejó el Camp Nou? Porque lo tienes muy marcado.

No, no secuelas, pero… Dos operaciones de cadera -dos en la derecha, una a la izquierda-, dos en el pie… En tres años he tenido cinco operaciones. Y hay gente que decía que era todo mental. Tienes que escucharte ese tipo de cosas. Al final, cuando dejas el fútbol y quieres hacer vida normal, parece que vas a hacer vida normal pero tienes, pues eso, la cadera de apoyar mal, el pie... Si hubiera sido mental no hubiera tenido ningún tipo de problema, pero bueno.

Y tuviste problemas en los dos pies, te operaste del izquierdo en Bélgica… Hasta 2011 que sales del Valencia andas renqueante. Con algún buen momento, pero con el lastre de los pies.

El derecho, el derecho fue el que me retiró. El izquierdo me operé en Bélgica y con los años yo estuve bien. Tardé mucho tiempo, dos años en recuperarme, una lesión un poco complicada, y luego en un entrenamiento me hice daño en el derecho. Una lesión más grave de lo que parece, porque me cambiaba mucho el apoyo y cuando en el fútbol, al nivel que se juega, te cambian el apoyo y no apoyas bien, porque tienes un dolorcito, es complicado luego. Tenía dolor. Uno sabe el dolor que tiene y lo padece él. La gente de fuera no sabe el dolor que padece.

Dolor que me imagino también sentirías por no poder tener aún más protagonismo en la Selección. Te plantaste con 40 partidos muy pronto, pero sólo pudiste disfrutar de la Eurocopa 2004 por las lesiones…

Sí. Yo debuto con la Selección en el primer año del Valencia me parece que fue. Con 19 años estoy con la Sub-21 en Villarreal y nos llaman a Xavi, el entrenador del Barcelona, y a mí. Acaba el partido y vamos al Parador desde Villarreal, jugábamos a los dos días en Mestalla además, contra Francia. Y, bueno, vamos a entrenar y 'supongo que no jugaremos y tal' y tuve la suerte de debutar, en Mestalla y además contra Francia.

Y en la Eurocopa teníamos un muy buen equipo, también una mezcla de veteranos y de jóvenes muy buena y tuvimos yo creo que fue un poco de mala suerte porque el primer partido ganamos a Rusia 1-0, el segundo partido empatamos con Grecia, que al final fue la campeona de Europa -íbamos ganando todo el partido, yo creo que no nos tiraron ni a portería y en una jugada ahí desgraciada, en un saque de banda nuestro nos complicamos y nos meten el empate-. Con cuatro puntos nos lo jugábamos todo con Portugal, la Eurocopa era en casa de Portugal, partido muy difícil y en una jugada nos meten 1-0. Fíjate, con cuatro puntos nos echaron y los dos de nuestro grupo fueron los finalistas de la Eurocopa, Portugal y Grecia. Quién sabe, no sé si hubiéramos llegado a la final, pero el equipo no dio la talla, porque cuando echan a España en primera fase no das la talla. Nos fuimos a la calle, me supo muy mal por Iñaki Sáez, que era el seleccionador y era una maravillosa, una excelente persona.

¿Cómo fue Luis Aragonés?

Bien, yo tenía también buena relación y con él jugué varios partidos. Me perdí el Mundial de Alemania en 2006. Tenía muchas posibilidades de ir, y a pesar de la lesión que tuve en el pie, intenté jugar los últimos partidos pero tenía mucho dolor, me encontraba muy mal. Intenté forzar los últimos dos o tres partidos para intentar ir y no me dio. No me dio, no. No podía. No podía.

Vicente, sobre su rifirrafe con Puyol.

Aragonés fue el que medió en el rifirrafe que tuviste con Puyol en aquel 2004.. «Eso no, Puyol, eso no». ¿Qué pasó?

Pues una jugada en un entrenamiento, me suelta un poco así como una especie de coz cuando ya no va a llegar al balón, me suelta así por detrás. Intercambiamos ahí dos empujones y nada más. Tampoco fue tan llamativo. Eso ocurre en el 90% de los equipos, lo que pasa es que como entrenan a puerta cerrada no se ve, pero bueno, nada, nos chocamos la mano y a seguir.

¿Lo arreglasteis?

Sí, sin ningún problema. Estas cosas pasan a diario en todos los equipos y nosotros teníamos un bien común que era España y jugar por España y ya está.

Te he escuchado alguna vez decir que no se puede tener buen feeling con todo el mundo. ¿Con quién sí lo has tenido tanto en el Valencia como en España?

En el Valencia siempre mis compañeros han sido Albelda y Juanito -Juan Sánchez-, con los que he tenido más relación, he dormido con ellos; he dormido con Albelda muchos años y con Juanito estuve también durmiendo en la misma habitación, pero me he llevado muy bien con todos, con Pipo, con Carboni, con Mista, con Angulo, con Soldado, con Aduriz... Se me olvidará alguno, pero he tenido una buena relación siempre con la mayoría de jugadores. Al final en un equipo de fútbol es difícil con 25 tíos llevarte bien. Es como en el colegio, no hay mala relación con nadie pero feeling o amistad de verdad a lo mejor tienes con cuatro o cinco. En la Selección me he llevado muy bien con Raúl, con Míchel Salgado…

¿Cómo es Raúl en las distancias cortas?

Bien, yo me he llevado muy bien siempre con él. Siempre le he tenido admiración porque para mí era un referente, porque ha sido un jugador en España muy importante. Me sabe mal que no haya ganado nunca nada con la Selección porque yo un jugador de su nivel creo que merecía ganar un título.

Vicente, sobre Raúl y su futuro en el Madrid.

¿Entrenará al Madrid más pronto que tarde? Aunque si Ancelotti sale en algún momento, el que parece que tiene más papeletas es Xabi Alonso…

Ojalá llegue un día y pueda entrenar al Real Madrid. Yo creo que mejor que un jugador de su nivel… Está en el Castilla, lo está haciendo bien, yo creo que tiene paciencia. No estoy en el Madrid, pero supongo que lo tendrán en cuenta porque seguro va a ser un buen entrenador como lo fue como jugador.

"Ojalá llegue un día y Raúl pueda entrenar al Real Madrid. Seguro que va a ser un buen entrenador como lo fue como jugador"

Las lesiones hicieron que tuvieras en varias ocasiones desacuerdos con los cuerpos médicos y los entrenadores, ¿no? ¿Qué pasó con Koeman?

Bueno, con Koeman… Cuando tienes lesiones forma parte del fútbol, son cosas que pasan. Que el entrenador quiere que juegues y tú no puedes porque no te encuentras bien, al final el que tiene dolor es el que lo está padeciendo, que era yo. No me podía decir un entrenador que tenía que jugar obligado. Si yo no me encuentro bien o no me encuentro capacitado y creo que un compañero lo va a hacer mejor que yo, pues creo que estoy siendo honrado. Si yo me encontraba bien, pues estoy al 100%. Si no estoy al 100% porque no me encuentro bien para jugar o porque tengo molestias, pues se lo comentaba, y ya está.

¿Y con Unai Emery?

Con Unai he tenido buena relación. Hemos tenido el rifirrafe típico que hay, como todo entrenador y jugador con tus más y tus menos, pero he tenido muy buena relación con él, él me apreciaba porque me ponía. Tuvimos, bueno, un rifirrafe. Fue en un partido contra el Racing de Santander -creo que fue en mi último año-, jugamos en casa, juego titular, lo hago bastante bien, tengo una pequeña microrrotura al acabar el partido y Carcedo, que era el segundo, comentaba por ahí que -porque luego viajamos a Turquía- yo no quería ir a jugar a Turquía. Y yo me había hecho pruebas y tenía una microrrotura en el isquio y no podía esprintar. Yo era un jugador explosivo y si no puedo esprintar, no puedo entrenar y no puedo jugar. Bueno, pues a partir de ahí la relación fue un poco... Pero he tenido buena relación con él. No he tenido mala relación.

¿Quién es el mejor entrenador que has tenido, el que más te ha marcado?

Uno de los mejores, sin duda, ha sido Cúper, porque fue mi primer entrenador en el Valencia y con Cúper la verdad que el trato fue muy bueno, me ayudó mucho, aprendí mucho con él, porque yo llegaba con 19 años recién cumplidos. Y luego he tenido muy buenos entrenadores: Rafa Benítez, por supuesto, porque ha sido un entrenador que me hizo sacar mi mejor fútbol; igual que Quique Sánchez Flores, poco valorado aquí, pero creo que ha sido un muy buen entrenador. Y Unai también creo que ha sido un buen entrenador y también aprendí.

¿Crees que Quique será capaz de sacar del atolladero al Sevilla? ¿Cómo se ve de complicada la situación?

Hombre, yo creo que sí. Yo creo que tiene buenos jugadores el Sevilla, tiene un muy buen entrenador y cuando dé con la tecla sacará al equipo seguro.

¿Qué destacas de Quique? ¿Qué consigue de vosotros?

Había jugadores que no tenían buena relación, yo he tenido siempre muy buena relación con él, muy buena. Me hablaba mucho, me daba mucha confianza, era un entrenador que tenía las cosas claras a nivel táctico. Nosotros aquí en Valencia jugábamos siempre 4-4-2, 4-4-1-1, 4-2-3-1... pero siempre en un sistema así. Tácticamente estábamos bien trabajados, el equipo defendía bien, atacaba bien y la verdad que estoy seguro de que sacará al Sevilla.

Vicente cuenta a Relevo los entrenadores que más le han marcado en su carrera.

¿Cómo gestionaste el que con 22 años estabas en boca de todos y en tu mejor momento de forma y que las lesiones lastraran tu carrera? Porque desde que te lesionas en 2004 hasta que sales del Valencia en 2011 estuviste renqueante o las lesiones no permitieron que volvieras a dar ese nivel máximo…

Bueno, tuve alguna temporada buena, varias… No al nivel ése, porque al nivel ése era muy difícil. Después de la lesión me costó mucho volver a estar bien físicamente, mucho. El dolor a veces es que es difícil de llevarlo y yo he sido muy exigente conmigo, yo quería estar igual que estaba antes y por lo que fuese o por la dolencia que tenía no podía estar como antes.

¿Y cuando ves que no lo consigues?…

Pues nada, trabajar, entrenar e intentar dar lo mejor. No podía hacer otra cosa. Había perdido un poco de velocidad, tuve que intentar jugar de otra manera pero con el mismo estilo más o menos.

¿Te generó mucha frustración? ¿En quién te apoyaste?

En mi familia, mi mujer, que era mi novia entonces, en la gente que está cercana a ti. Yo es verdad que soy un poco introvertido y salía muy poco de casa. Me decían que si salía por ahí... ¡Si era de los que menos salía del equipo! Lo cuento y me hace gracia porque seguramente era de los que menos salía y me decían que era de los que más salía. Yo me quedaba en casa, no tenía muchas ganas de salir, estaba con la familia. Iba mucho a mi pueblo, a donde veraneaba, a Eslida. Era un momento difícil y quieres estar tranquilo y no ver a demasiada gente.

Hasta que llega tu adiós al Valencia en 2011 y te marchas al Brighton. ¿Cómo lo viviste?

Bueno, triste. Triste porque habían sido 11 años muy buenos a pesar de momentos muy buenos y momentos malos con el tema de las lesiones. Pero bueno, todo llega a su fin. Y triste por dejar el Valencia, el club en el que quise jugar siempre. Nunca pensé que estaría once temporadas en el Valencia. Desde pequeño, si me lo hubieran dicho, no me lo hubiese creído. Y orgulloso de los 11 años que pasé aquí, la considero mi casa. Luego se abren otras ventanas, tuve la suerte de poder ir a Inglaterra dos años y la verdad es que disfruté mucho.

Tú eras fan del fútbol inglés, cumpliste otro sueño.

Sí. Tenía para ir a jugar a sitios un poco que me pagaban más dinero...

¿A dónde?

A Turquía, a Emiratos Árabes Unidos. Pero no, mi ambición no era jugar por dinero. Yo quería ir a un sitio de nivel -tenía una niña pequeña, que justo tenía tres añitos- y quería ir a un sitio en el que pudiera vivir bien, y salió la oportunidad de ir a Inglaterra, al Brighton. Me gustó la ciudad, un estadio nuevo y un entrenador uruguayo que hablaba español. Yo inglés no hablaba mucho, la verdad, porque en el colegio estudié francés, y se abrió esa puerta y hablándolo con mi mujer y con mis padres decidí escoger esa opción.

Dices que disfrutaste en esos dos años pero ese técnico uruguayo era Gustavo Poyet y con él tuviste tus más y tus menos, ¿no?

Sí, es un entrenador un poco especial, pero no tuve tampoco mala relación. El primer año fue muy bueno. Yo me adapté bastante bien, a pesar de tener una hija pequeña y venía en camino otro. Hicimos una buena temporada porque la mayoría de jugadores venían de lo que era la Segunda B, la League One de allí, y venían a Championship. No teníamos un equipo para competir, pero competimos bien y quedamos novenos o décimos, quedamos muy bien. Y el siguiente año, aunque había sido una buena experiencia, mis hijos eran muy pequeños y yo ya no me encontraba muy bien a nivel de molestias. Estaba padeciendo mucho en los entrenamientos y me quería volver. Hablé con el club, me iba a volver a jugar aquí al Elche, en Segunda, que estaba Fran Escribá de entrenador, pero al final no me dejaron. La gente me quería mucho, es la verdad, y me volví a Inglaterra, quedaba un año. Pues a afrontar un año más. Estaba a gusto, ¿eh? La vida la llevaba muy bien. Mi hija iba al colegio, todo inglés, jugaba a las muñecas y hablaba en inglés, fue una experiencia, y luego el trato con el club fue excepcional.

En ese momento no es lo que es ahora el club, que tiene un estadio nuevo, han ido creciendo y ahora es un club de la Premier League. En ese momento era un club de Segunda B en el trato, siempre me trataron fenomenal. Y, es más, luego al final de ese año, que Poyet se iba a marchar, sale el director deportivo, así a escondidas, y me dice: 'Seguramente vamos a tirar a Poyet. Te vamos a renovar cinco años'. Y yo dije: 'Mira, estoy muy agradecido al club y me habéis tratado de manera excepcional, pero yo me quiero volver a Valencia, que ya he estado dos años, ha sido una experiencia muy bonita, pero no'. Cinco años me querían. Y si hubiera sido otro tipo de persona, que hubiera dicho: 'Pues vale, cinco años, cojo aquí, que me paguen y me vuelvo'. Pero yo no soy así. Y me volví.

¿Qué hacía tan especial a Poyet?

No era... Es que no quiero contar cosas raras. Porque… no, no trataba bien a ciertos jugadores. No quiero pasar de ahí porque... Y no me gustó a veces. Yo era un jugador ya experto, veterano, tenía 32 años cuando llego. Hay jugadores que no, me da la sensación de que no los trataba bien, y eso a mí no me gusta porque un entrenador creo que tiene que tratar bien a sus jugadores, independientemente del rendimiento que den. Habrá jugadores que rindan más o que sean mejores y otros que rindan menos, pero el trato a nivel personal tiene que ser bueno.

¿Se lo hacías saber?

No se lo hacía saber, pero hay cosas que no me gustaban y yo no quería seguir en esa situación.

Y decides que no sólo te vuelves a Valencia, sino que cuelgas las botas. ¿Cómo se dio ese momento?

Yo ya en ese último año en Inglaterra, en febrero o por ahí, hablé con mi padre, porque yo hablaba con mi padre mucho de que lo estaba pasando muy mal. 'Es que no me encuentro muy bien, entrenando y todo, lo estoy pasando mal, cada entrenamiento para mí es un problema, en el sentido de que tengo mucho dolor'. Con el pie no apoyaba bien. No estaba a gusto. Entrenaba un día pero al día siguiente venía con molestias. Volvía a entrenar, pero jugaba y tenía que estar a lo mejor dos días parado o tres días parado del dolor que tenía, y yo me quería volver ya en febrero. Yo a mi padre le digo: 'Yo me quiero volver. Lo estoy pasando mal'. No en el trato ni en la vida, porque yo tenía una buena vida allí, estaba a gusto, aprendí medio inglés, estaba con la familia. Y mi padre me dijo: 'Pues tú, como un señor, tienes que acabar, como puedas. Acaba y en junio te vuelves y se acabó'. Y así hice. Yo es que no lo echo de menos porque lo pasé muy mal. No echo de menos jugar a fútbol. Hay gente que dice: 'Hostia, yo echo de menos...'. Sí, echas de menos el vestuario, los buenos momentos, pero jugar a fútbol no, porque lo pasé mal y los últimos años no disfruté. No, no, no lo echo nada de menos.

"No echo nada de menos jugar a fútbol. Lo pasé muy mal y los últimos años no disfruté. Era un sufrimiento y padecía mucho"

Tuve la lesión en el derecho con 26 años y a partir de ahí yo ya estaba padeciendo. Ahí estaba bien, aguantaba, pero yo ya no apoyaba bien y ya no disfrutaba. O sea, podía entrenar pero yo no disfrutaba como antes. 'Todos tienen molestias', y yo decía: 'Ya, claro que todos juegan con molestias'. Y una molestia ahí, en la rodilla, un golpe, tal, vale, pues sí, todos hemos jugado así, pero para mí esto era un sufrimiento y padecía mucho. Entonces llega un momento que dije: 'Lo siento mucho pero se acabó'.

¿Te liberaste? ¿Te quitaste un peso de encima?

Sí. Sí, sí, sí, sí. Porque yo ya estaba muy cansado de ir todos los días por la mañana a entrenar, no porque no me gustara, porque me encantaba entrenar, pero yo estaba padeciendo, entonces para mí fue un peso encima y dije 'se acabó', lo necesitaba. El que está jugando toda la vida y no tiene lesiones disfruta mucho y... hasta los 40 o hasta que el cuerpo aguante, claro, pero si tienes lesiones se pasa mal y no disfrutas.

Vicente, sobre el caso Gabri Veiga.

Decías que podías haberte ido en tus últimos años a jugar fuera por más dinero pero que no quisiste y pensaba en Arabia Saudí, en Gabri Veiga, al que se le critica mucho su marcha. ¿Cómo lo ves tú?

Lo veo bien. Cada uno hace con su vida lo que mejor cree o lo más conveniente. Este chico es joven pero si le dan un dineral y prefiere marcharse a una liga, hay que respetarlo. La gran mayoría lo hubiera hecho. Tú le dices ahora a cualquier persona: '¿Te irías a jugar a Arabia Saudí por equis?'. Pues seguramente te diría que sí. Yo lo veo bien. 'Es que es muy joven'. Ya, bueno, ya tendrá tiempo de volver aquí si quiere, pero a mí me parece bien. 'Yo hubiera hecho esto' o 'yo no hubiera hecho', pero al chico le dan un dineral y va a resolver la vida de su familia, pues me parece bien, oye. No sé, cualquier trabajador, un carpintero -es un decir, por poner un ejemplo- está cobrando aquí 1.500 euros -es un decir, ¿eh?-, y te dicen: 'Te vas a ir a Arabia, que vas a estar tres años porque vas a tener tu trabajo y te van a dar 15.000 o 20.000 euros al mes'. ¿Qué va a hacer? ¿Se va a ir o no? Pues seguramente. Todos lo haríamos. Es normal.

Tú optaste por ver el fútbol desde el otro lado. Ahora eres embajador del Valencia, pero has tenido varias etapas en la secretaría técnica del club. ¿Cómo se vive el fútbol desde el otro lado?

(Sonríe). Mejor, mejor. Mejor. Desde otro punto de vista. Estuve dos años sin hacer nada. Viendo fútbol, porque me gusta mucho el fútbol; veo mucha liga inglesa y la Liga española, y luego entró Suso García Pitarch de director deportivo y habló conmigo. Me dijo que le gustaría que estuviese con él, que aprendiera con él y me gustó. Y lo hice.

¿Qué aprendiste?

Entré como scout de él, viajé mucho a Italia, a Francia, a Alemania a ver fútbol, a ver futbolistas y a hacer informes y tal y me gustó, la verdad. Lo que pasa es que es cansado, ¿eh? Tienes que estar arriba y abajo, Champions, Europa League, Liga, tal... Pero me gustó y aprendí mucho, cosas que cuando estás en el campo de fútbol, pues no estás en eso.

Vicente posa con García Pitarch.
Vicente posa con García Pitarch.

¿Algún jugador de aquellos que viste que te sorprendiera en aquel momento y que ahora digas: «Ya está ahí, llegó'?

Gravenberch, este chico moreno que jugó en el Ajax y luego lo fichó el Bayern de Múnich y ahora está en el Liverpool. Pues ya se le veía con 16 años que iba a jugar en Primera División, y está jugando.

¿Cómo ves a los Lamine Yamal que están debutando tan jóvenes también? Aunque tú también lo hiciste con 16 años.

Yo creo que demasiado pronto, demasiado jóvenes. No están formados todavía a nivel muscular, pero bueno, el fútbol es así. Cuando un jugador tiene talento, si lo pones a entrenar con jugadores de Primera División y ves que da rendimiento y que juega bien a fútbol y que está al nivel de ellos, ¿por qué no? Aquí en el Valencia también tenemos jugadores jóvenes -no tan jóvenes; bueno, Otorbi, pero ha jugado menos-, pero los otros están rindiendo muy bien y nadie se lo esperaba. O nadie se podía esperar que estuvieran dando un rendimiento alto en una situación difícil.

Una situación tremendamente difícil, al borde del descenso. Baraja les da la oportunidad cuando el equipo iba de capa caída y se salva la categoría 'in extremis' gracias a ellos, a su fútbol, a sus goles, con Javi Guerra, Diego López, Fran Pérez, Albert Marí... No te lo esperabas, decías.

A ver, no es que no te lo esperes. De la cantera del Valencia siempre han salido jugadores buenos, siempre, pero en situaciones a lo mejor que sale uno o dos, con un buen equipo, que lo puedes gestionar bien, puedes gestionar bien los minutos, pero ahora han salido muchos de golpe y están dando la talla, están jugando. El otro día el Valencia acaba jugando con siete canteranos. Como valenciano y valencianista yo me siento orgulloso de que jugadores de la casa debuten, son jugadores que sienten los colores y que van a darlo todo. Podrán estar mejor o peor, pero sabes que lo van a dar todo, y yo estoy muy contento de que vayan progresando, vayan creciendo, porque Pipo está gestionando muy bien lo de los chicos jóvenes y me alegro un montón por todos: Mosquera está a un nivel altísimo, Jesús Vázquez ha salido y vuelve, parece, a coger la forma; Fran Pérez está jugando muchos partidos y está jugando a buen nivel, Javi Guerra tiene un bajón pero es un jugador que seguro que va a ir para arriba y va a hacer goles porque tiene nivel, Diego López está también a un nivel muy bueno; empezó regular y ahora está muy bien. Alberto Marí ha salido de una lesión y en Cádiz da un pase de gol. No se puede pedir más. Yo creo que el equipo va muy bien y son jugadores que están dando rendimiento y a la vez creciendo mucho.

La generación de Rubén Baraja, esto se recordará siempre. Vaya trabajo el del Pipo, en qué momento llegó y cómo le está sacando el máximo rendimiento al grupo.

Un momento difícil, porque el año pasado se pasó miedo por la situación del descenso a Segunda, pero al final el equipo se repuso y pudo salvar la categoría. Y este año, empezando desde el principio, está haciendo muy bien las cosas y haciéndolo con un equipo sin fichajes, o con pocos fichajes, y con una situación no fácil. Yo creo que hay que valorar el trabajo que está haciendo, eso sin duda.

¿Qué pensaste cuando llegó al Valencia? Tú que lo has conocido como compañero, que tenías buena relación con él. Era una oportunidad, pero a la vez era un riesgo grande.

Era un riesgo porque había estado en equipos de Segunda y algunos sí que habían funcionado, otros no, pero él ha sido un jugador con carácter, con mucho carácter, y tenía que jugársela. Decir: 'Yo vengo aquí, lo voy a hacer bien'. Y la posibilidad de estar al nivel de poder entrenar a cualquier equipo, y lo está consiguiendo, la realidad es ésa. El equipo está muy bien situado, está más cerca de Europa que del descenso, por lo tanto creo que debemos mirar ya más hacia arriba que hacia abajo.

¿El Valencia puede pensar en Europa?

Yo creo que Pipo no estará pensando en Europa seguramente. Estará diciendo partido a partido, vamos poco a poco, que aquí si levantas la cabeza un poco te dan una hostia. Pero la realidad es que el equipo está muy bien. Lleva una racha consecutiva de partidos ganados muy buena y, ya te digo, es que miras la clasificación y estás muy cerquita de los puestos de Europa y muy lejos de los tres debajo.

¿Se echan de menos las grandes noches europeas en Mestalla?

Claro que se echa de menos, pero yo creo que volverán. Yo creo que vamos a volver. Es difícil porque hay equipos que se refuerzan y tienen más para gastar y el Valencia ha decidido que tiene que apostar por gente joven. A veces no sabes lo que es mejor. A veces, mira, salen cinco o seis chavales, dan un gran rendimiento y nadie -bueno, yo por lo menos- esperaba que a estas alturas estuvieran ahí y están, y yo me alegro, súper contento, porque voy con mi hijo… Mi hijo va al campo y si pierden, llora. (Ríe.) Me alegro un montón de que el equipo vaya así y ojalá se puedan meter en Europa, ojalá.

Tu hijo, que está en la cantera de Valencia. ¿También es zurdo?

Sí.

¿De qué juega?

Juega de mediapunta, juega ahí… pero le queda mucho, le queda mucho. Tiene que correr kilómetros todavía.

¿Pero hay futuro ahí?

No lo sé, dependerá de él. El fútbol es tan difícil y tan impredecible que no lo sabes.

Un Valencia capitaneado por Gayà. Estos días te hemos visto con él en un reportaje del club, de 14 a 14. Eras su ídolo.

Me llevo muy bien con Jose, es una excelente persona, tiene un sentimiento parecido o igual al mío, valencianista desde pequeñito y eso, quieras o no, une. Y yo me alegro un montón de que se haya quedado, lo primero, y segundo que sea capitán. Lo único que deseo es que sigan con esta racha de partidos y que podamos ver al Valencia en Europa, ojalá.

Este verano hay Eurocopa. ¿Cómo ves a Jose de cara a esta cita? Porque lo veremos, ¿no?

Yo creo que sí, yo creo que está haciendo una temporada fantástica a pesar de que ha tenido alguna molestia, pero está jugando bien, el equipo ha pegado un impulso importante en la clasificación y el seleccionador tiene que valorar también lo que está haciendo: como capitán, como asistente, que está dando muchas asistencias de gol, y jugando como lateral izquierdo. Por tanto, a nivel defensivo está muy bien, a nivel ofensivo, también. Vamos, si fuera por mí, seguro.

¿Crees que se lo merece especialmente después de lo que vivió en el pasado Mundial de Catar?

Sí, yo creo que sí. Yo creo que lo pasaría mal. Lo pasaría mal pero son circunstancias que pasan en el fútbol y que no te las esperas pero vienen así, y lo que es importante es que este año está a un gran nivel y estoy seguro de que va a jugar la Eurocopa, seguro.

¿Crees que Luis Enrique fue injusto con él?

Hombre, puede ser que que se cometió una injusticia. Yo no sé el trasfondo de la cuestión porque no he profundizado con José ese tema pero, desde fuera, es injusto. A ver, si hubiera sido una rotura de algo, pues bueno, puedo entender, pero un esguince de tobillo que en una semana puedes estar en funcionamiento, pues bueno... Pero como tampoco he estado dentro, no puedo saber exactamente lo que pasó. Desde fuera es injusto, sí.

¿Te han dejado de llamar Vicentín?

Sí, hace tiempo, ahora ya soy mayor ya.

¿Sigues haciendo vida en el barrio?

Sí, soy fallero, sigo siendo fallero en la misma falla y en Fallas voy. Voy poco, pero voy. Vivo cerquita de mi barrio, cruzando una carretera -en Cortes Valencianas, por ahí-, entonces mi barrio está muy cerquita. Yo quería comprar y vivir ahí porque mi barrio está al lado, mis padres han vivido siempre ahí y tengo muchos amigos ahí. Entonces, desde ahí andando hasta mi falla son ocho minutos. Voy poco, pero prometo ir más.

¿Se ve el viejo nuevo Mestalla desde tu casa?

Sí. Esperemos que lo acaben e ir andando al campo, no tener que coger el coche.

¿Uno tiene ganas? El estadio está parado desde 2009. No te pregunto por la letra pequeña, que además estás dentro del club, pero…

(Contesta rápidamente). A ver, yo no tengo ningún problema, doy mi opinión como aficionado y como valencianista: a mí me da mucha pena que Mestalla se pierda, que lo vayan a derruir, porque hemos vivido tantos momentos buenos, es un estadio único, es un estadio vertical, que se ve muy bien el fútbol en todos los sitios, el aroma que se respira... Es un aroma de como antiguo, ¿sabes? A mí me gusta eso. Pero también entiendo que, a nivel de club y a nivel de crecimiento económico como club en general, la mayoría de clubes hacen un estadio nuevo o lo reforman. A nivel económico seguramente al Valencia le vaya a reportar muchas cosas. Para dar ese salto yo creo que también se necesita ir a un estadio mejor, más cómodo para la gente, más amplio, y ojalá. No sé cómo está la situación, pero ojalá que se pueda se pueda hacer.

¿Qué recuerdo, qué imagen o sonido, te llevarás siempre de Mestalla?

La afición, lo que anima. Es un estadio que cuando estás bajo y tienen que empujarte, te empujan de verdad. Lo sientes, lo sientes. Es un estadio que a mí me trae muy buenos recuerdos porque hemos conseguido ligas, hemos celebrado Ligas y va a dar pena.

¿Y cuál es el sentimiento que tienes cuando haces balance de tu carrera? ¿El fútbol ha sido justo o injusto contigo?

Yo creo que un poco injusto sí que ha sido, porque yo creo que si no hubiera tenido las lesiones seguramente mi carrera hubiera sido más larga y quién sabe: seguramente hubiera jugado más partidos en el Valencia, hubiera hecho más goles… Lo he pensado muchas veces, pero no se puede saber. Justo por una parte pero injusto por otra. Pero así es la vida (dice levantando los brazos), en la carrera de un jugador a veces te respetan las lesiones y dicen: 'Éste ha jugado hasta los 40'. Si no hubiera tenido lesiones, pues no estaría jugando ya pero hubiera jugado hasta los 38 o así. Pero estoy orgulloso de la carrera que he tenido y la repetiría otra vez, seguro.

Aunque fuera igual, con las lesiones.

Aunque fuera igual. Aunque tuviera que sufrir otra vez cuatro o cinco años de sufrimiento y de dolor, la volvería a repetir, seguro. Es la profesión más bonita que hay.