El Barça basa su eficacia defensiva en su presión alta; el Madrid repliega y busca la profundidad ofensiva
Los dos equipos continúan siendo los más dominantes en el juego del campeonato, aunque sus caminos para llegar a la victoria tengan perfiles diferentes
Se avecina un Clásico con nueve puntos de distancia entre sus dos contendientes y que engendra en sus entrañas unas circunstancias que pueden sentenciar el campeonato, en lo que a la lucha por el título se refiere, en caso de victoria del Barcelona; o animarlo de manera entusiasta, al menos momentáneamente, si se da un triunfo del Real Madrid. Quedaría entonces para los azulgranas el paraguas de los seis puntos de diferencia que, en realidad, serían cinco porque los de Ancelotti tendrían a su favor el 'goal-average' particular.
La brecha de la clasificación, de los tres partidos (nueve puntos) no está reñida con las tarjetas de presentación que muestran los dos equipos en lo que llevamos de liga y que les convierten en los dos mejores equipos en la mayoría de las facetas del juego. El Camp Nou encierra este domingo a los dos conjuntos que más dominan sus encuentros desde la posesión, los que más rápido circulan el balón y los que poseen más iniciativa de juego. También son los dos que más pases dan en general y en el último tercio del campo en particular y eso les conduce a ser los que más rematan a puerta y más elaboran sus ataques desde un juego claramente combinativo.
Desde el punto de vista táctico y de la ocupación de los espacios, Xavi y Ancelotti manejan el 1-4-3-3 como el sistema de preferencia, pero el entrenador barcelonista ha conocido una alternativa, el 1-4-4-2, con un cuadrado en el centro del campo, dos mediocentros y dos interiores, que le está dando muy buenos resultados y en el que el equipo se siente cómodo ante las ausencias de Lewandowski y, sobre todo, de Dembelé. Niega categóricamente el técnico de Terrassa que su equipo se plante en esta disposición táctica y en sus explicaciones quiere convencer al prójimo sin conseguirlo que el clásico 1-4-3-3 pasa a ser, como mucho, un 1-3-4-3, en el que el lateral izquierdo (Balde) ejerce de extremo.
Por su parte, Ancelotti no ha cambiado de patrón en todo lo que va de LaLiga, si bien no es lo mismo que, en la banda derecha en ataque, la posición más abierta a la titularidad, juegue Valverde, un centrocampista de ida y vuelta, a que lo haga Rodrygo un delantero total, o incluso Asensio, una mezcla de los dos. En la ida de las semifinalesde Copa, precisamente contra el Barcelona, el técnico italiano se asomó a un 1-4-2-3-1 con Camavinga y Kroos como mediocentros y Modric por delante. La variante de jugar con dos volantes centrales hace tiempo que le está rondando por la cabeza.
Barcelona, la mejor defensa
Con estos argumentos comunes, cada equipo encierra sus propias señas de identidad futbolísticas que se reflejan en un puñado de estadísticas íntimamente relacionadas con el juego.
Defensa. Los ocho goles recibidos le catalogan, indiscutiblemente, como el equipo que mejor defiende del Campeonato gracias a su capacidad para realizar recuperaciones muy rápidas y en campo rival. Recuperar tan arriba y con tanta prontitud le permite mantener a sus contrarios alejados de su portería. Se muestra muy intenso tras pérdida. con el ritmo de recuperación más alto del campeonato. Una de las claves para ser tan dominante. Nadie recibe tan pocos remates con una media de 8.4 por partido. Necesita recibir unos 13 remates más que el Madrid para encajar un gol, razón por la que ha recibido menos de la mitad de los goles que los blancos (19). Ha sido capaz de mantener su portería a cero en tres de cada partidos, lo que significa que en 19 encuentros ha salido imbatido, un 76 por ciento. De los últimos ocho, en siete se ha quedado a cero y en el que recibió uno (Almería), perdió. También es el conjunto que mejor defiende a balón parado. Solo ha encajado un gol de córner y dos de penalti.
Ataque. Es el equipo con más posesión y más puntos de iniciativa de juego. Posicionalmente, nadie coloca su línea defensiva tan alejada de su portería, ni su bloque, en general, tan arriba. A su vez, es el segundo equipo más amplio en ataque, sin embargo, en fase defensiva, se cierra para ser más estrecho y conceder menos espacios interiores. Con la posesión se convierte en un conjunto con las líneas muy juntas, muy corto, preparado para presionar en campo enemigo con muchos jugadores. Sin el balón, por el contrario, se estira más para no perder su posición de presión. Esta temporada en comparación a las pasadas, destaca por la abundancia de centros laterales que saca en cada partido.
Real Madrid, del repliegue a la profundidad
Defensa. Apuesta más por el repliegue en su campo que por la presión arriba, aunque en determinadas fases del encuentro la realiza sin mucho convencimiento. Le cuesta bastante recuperar rápido. Recibe dos remates más de media por partido que el Barcelona. Se siente más cómodo defendiendo en su campo con dos líneas de cuatro y dos hombres flotando las líneas de pase en la salida del balón del rival. En el aspecto de la contención y recuperación su eficacia depende mucho de los jugadores que estén sobre el campo.
Ataque. Los blancos destacan por su sentido de la amplitud y la profundidad. Es el equipo que más elabora sus ataques e imprime un mayor ritmo a sus circulaciones. Remata tres veces más por partido que el equipo de Xavi, sin embargo, los barcelonistas son más efectivos de cara al gol, marcan cada 7,9 disparos y los de Ancelotti necesitan uno más. Apenas utiliza los pases largos a la hora de desarrollar su juego. Cuando lo hace es por necesidad o en situaciones claras de ventaja de los posibles receptores del balón (desmarcados). Nadie tenía una mayor eficacia de finalización hasta las últimas cuatro jornadas en las que ha empeorado este registro que le permitía ganar los partidos con más facilidad. Aún así, es el conjunto que más tantos marca desde fuera del área, 12 de 50, un 20 por ciento de sus goles. También se muestra resolutivo en las acciones a balón parado hasta conseguir un 34 por ciento de sus dianas en estas circunstancias de estrategia, por solo un 8 por ciento en el Barça.