FC BARCELONA

La espina clavada de Bonano con Robert Enke: "Me dio bronca, muchas veces me concentré en la misma habitación y nunca conecté para que me contara algo"

El exportero del FC Barcelona, entre otros, y hoy técnico de porteros, recuerda su carrera y el suicidio del que fuera su compañero.

Bonano, cuando fue presentado como portero del Barcelona. /
Bonano, cuando fue presentado como portero del Barcelona.
Lorena González

Lorena González

Roberto Bonano (Rosario, Argentina, 24/01/1970) se encuentra en Barcelona mientras espera un nuevo reto deportivo junto al staff de Eduardo Berizzo, del que forma parte desde 2011 como entrenador de porteros. Tras el paso en la selección de Chile, el ex guardameta del Fútbol Club Barcelona, Alavés y Real Murcia, entre otros, repasa su carrera, cómo son los porteros de hoy y recuerda al compañero Robert Enke, al que se reprocha no haber podido ayudar más antes de su fatídico suicidio, destacando la importancia de la salud mental, sobre todo para un puesto que convive siempre con la máxima crítica.

¿En qué momento se encuentra Roberto Bonano?

Un poco ansioso porque estamos en un parón de trabajo. Con el cuerpo técnico de Berizzo lo último ha sido la selección de Chile, y en estos meses de espera e incertidumbre, no saber cuál es tu próximo destino, que te puede cambiar de continente, etc. Son más difíciles, el no saber qué nos depara el futuro.

En los últimos años han encontrado estabilidad en Latinoamérica, ¿pero siguen mirando a Europa?

Somos un staff de amigos, estamos muy unidos, aunque la decisión final es la de Berizzo. Es cierto que en los últimos años han sido en Sudamérica, pero estamos abiertos a Europa, donde vivimos momentos muy buenos como los años en el Celta de Vigo. Los últimos cinco fueron entre la selección de Paraguay y la de Chile.

¿Cómo desarrolla su trabajo de entrenador de porteros, en apenas unas semanas en la selección y no con el día a día en un club?

Son trabajos distintos, aunque sea misma la misma forma de entrenamiento. En una selección es sólo una semana o diez días y es difícil lograr cambios. Ahí es más elegir a los mejores y tratar de cuidarlos mucho esos días, porque los clubes a veces son duros para soltar a sus jugadores. En ese tiempo necesitamos transmitirle la filosofía que uno tiene. Lo más complejo es convencerle de nuestras ideas y lograr buenas relaciones. En mi caso los cambios los vas notando con el tiempo, mes tras mes, y es fundamental en un portero coger confianza y sentirse seguir, encontrar una metodología de trabajo que le otorgue eso. No sólo entrenamos deportistas, uno se relaciona más con la persona. Tiene que ver la credibilidad entre personas.

¿Lo más difícil de trabajar con un portero es la confianza?

Ha habido un cambio de mi época, que teníamos un entrenador de porteros, hasta los 31 en Europa yo no lo tuve. Uno se criaba dándose golpes con los errores de cada partido. Ahora vienen muy coordinados, dominan el juego con los pies, tienen ideas tácticas, anticipan la jugada, cuentan con dominio corporal. Lo difícil es que tienes tres o cuatro porteros y debes decidirte por uno y darle continuidad, mantener contentos y motivados a los otros, generar buen ambiente entre todos y a los que no están jugando habitualmente, hacerles sentir importantes apoyando al titular.

¿Los porteros de su época tenían una toma de decisiones más innata?

Las exigencias son distintas, años atrás no estaba tan desarrollado lo de salir, mis entrenadores me decían "pégale lejos, sácate el peligro de encima, no te voy a pedir que seas un dotado con los pies así que evitemos el gol, da igual que se vaya fuera del campo, casi mejor". Ahora exigimos a los porteros que la jueguen con un compañero y no dividan el balón. Esa exigencia la debemos calmar y en los entrenamientos coordinarlo con la línea de la defensa. Me acuerdo cuando hace unos años fue algo novedoso que el Barcelona saliera jugando desde atrás, quienes le enfrentábamos presionábamos para robar cerca de su portería, jugaban en largo con Ter Stegen, que tenía un pase muy preciso y dejaba a Luis Suárez mano a mano con el ultimo defensa.

Bonano atrapa un balón en un Clásico ante el Madrid.  IGNACIO GIL
Bonano atrapa un balón en un Clásico ante el Madrid. IGNACIO GIL

¿Cuál es el portero más completo que ve en la actualidad?

Me encanta Neuer. Ha tenido un nivel impresionante, últimamente afectado por lesiones, pero es un portero muy completo en todos los aspectos, pero sobre todo destaca en la lectura del juego: se anticipa siempre la jugada, he visto un montón de situaciones con balones a la espalda de la defensa y él estaba muy alejado de su portería. Eso demuestra valentía, lectura de juego y decisión, que es lo fundamental. Los porteros españoles destacan en la liga inglesa, y eso dice mucho del buen trabajo de los entrenadores de porteros en España. Tuvimos la suerte de conocer a Unai Simón en el Athletic, cuando estaba en el filial, por distintos motivos, como el fichaje de Kepa, y la lesión de Herrerín, le hicimos debutar y demostró que tenía unas condiciones impresionantes. Me alegró cuando mucho tiempo después vi que era el titular en el Athletic, en la selección… Unai es un gran portero, a mí me encanta.

¿Qué piensa cuándo se pone en duda que sea el portero titular de España?

Me da rabia, aunque pasa con muchos porteros. Hay muy poquitos o ninguno que pueda evitar la crítica en algún momento de su carrera. A veces tiene que ver con el rendimiento del equipo. Me voy para atrás, y hasta el mismísimo Casillas, que fue un genio. Nunca vi a un portero con tan pocos errores y ser tan determinante en un equipo y en la Selección. En algunos momentos fue criticado, hasta tuvo que irse del Madrid, algo que me pareció muy injusto. Los porteros deben convivir con el error y la crítica, somos los castigados de este deporte, pero también es el desafío que nos gusta. Estoy bajo la lupa y a la vez podemos ser el salvador del equipo.

¿Hubo algún partido en el que le «temblaran las manos?

Hay momentos en los que te sientes menos confiado, a veces por factores personales, problemas en la institución… Y vienen mal dadas las cosas. Y entramos en un tema fundamental, y que lamento haberme retirado y no haber contado con un psicólogo deportivo. Porque son bastoncitos para el deportista que te ayudan. Los psicólogos deportivos son un aporte para el rendimiento personal y futbolístico. Aquí siento que hay que dar visibilidad al caso de Robert Enke, que fue compañero nuestro. Te crees que estás en la cresta de la ola, se ve todo lo bueno, y algunos están pasando por depresiones o por momentos muy duros. Es importante detectarlo a tiempo para ayudarles.

¿Recurrió a alguna ayuda psicológica durante su carrera?

En algún momento busqué ayuda, no un psicólogo deportivo, pero ya era al final de mi carrera, así que era poco el margen de maniobra que tenía. En el Celta había un psicólogo que no sólo trabajaba con los futbolistas sino también con el staff. Veía los entrenamientos y nos decía que teníamos que comunicar de esta forma, no dar indicaciones de espaldas… Son pequeños detalles que marcan la diferencia. Y me sorprendió que los futbolistas acudían a él, porque siempre estuvo mal visto, que se veía como que solo era para los locos, y estaba eso del machismo de mostrar fortaleza, y que no necesitamos nada, y todos necesitamos ayuda. Nunca nos contaba las conversaciones que tenía con los futbolistas, pero sí nos daba recomendaciones de cómo dirigirnos a ellos para llegar mejor al grupo.

¿Con qué sensación se quedó con la noticia del fallecimiento de Enke?

Para mí fue un trago muy amargo, fue extraño porque compartimos un año en el Barça, sabía que lo estaba pasando mal, pero pensaba que se debía a una cuestión deportiva. Venía de ser figura en Portugal, creería que venía para ser titular y no lo fue, y cuando le tocó hacerlo en Copa del Rey, con un resultado adverso, no tuvo una buena actuación. El equipo perdió y lo sufrió mucho. Pensaba que era su carácter, que al alemán le cuesta comunicarse, en un país nuevo, y no dominaba mucho el idioma. Ninguno supo de sus problemas personales, y me dio bronca porque muchas veces concentré en la habitación con él, y nunca conecté para que me contara algo. Quizás poco podía hacer, pero si recomendarle que hablara con alguien.

Me extraña que su representante tampoco se haya enterado, que su mujer no lo haya hecho público antes para poder ayudarle. Pero bueno, nací sin saber lo que le pasa a una persona, siempre es difícil trasladar a los demás las debilidades cuando uno está en un ambiente donde siempre debe mostrarse fuerte y no vulnerable. Decide suicidarse en el mejor momento de su carrera, era la figura del Hannover, se comentaba que iba a regresar a la selección alemana. Fue muy extraño y cada año que llega la fecha de su muerte, siempre hay gente que me lo recuerda. Tengo siempre muy presente a su mujer, que creó una fundación para poder ayudar a gente que pueda estar pasando por lo mismo.

Cambiando de tema a uno bien distinto, por si puedo sacarle una sonrisa. ¿Qué pasó en aquel partido entre River y Vélez, con Chilavert?

Fue un portero paraguayo que marcó una época y siempre hacía cosas fuertes, era muy provocativo. Yo estaba en River y se hablaba de que Chilavert podía fichar por River, así que siempre estaba vendiendo su imagen. En una previa de River-Vélez, que coincidía además con un Argentina- Paraguay y ambos éramos porteros de la selección, empezó con su juego para amedrentar, a criticarme, diciendo que Bonano no tenía nivel para jugar en River ni en la selección y que Chilavert era el mejor del mundo. Llegó el partido y le dieron penalti para Vélez. Lo viene a patear Chilavert, lo mrca y me lo grita a un metro mío. Lo sentí como una provocación mayor. No le dije nada, nunca entré a polémicas con él. Pero en el segundo tiempo hubo un penal para River, y 'se me bajó la persona', tenía la cabeza en blanco y crucé toda la cancha. El encargado de lanzarlo era Aimar o Juan Pablo Ángel, pensé que no me dejarían tirarlo, pero veo que me ofrecen la pelota. Lo hice y me salió instintivamente gritárselo como lo había hecho él. Al final del partido dijo que debía aprender a patear los penales como él. Fue una revancha personal, porque no volví a patear uno en toda mi carrera. Veía a mi entrenador diciendo que no, y al terminar me llamó a su oficina: "Fue muy arriesgado lo que hiciste, pero te felicito por la valentía". Chilavert era el malo de la policía, así que siempre hay hinchas de otros equipos, no solo de River me lo recuerdan, como si por fin el buenito le ganase al malo.

Usted formaba parte de aquella selección argentina de Marcelo Bielsa que no pasó de octavos en el Mundial de Corea y Japón. El fracaso más grande, a pesar de que venías de hacer unas Eliminatorias impecables y tener un equipazo. ¿Qué explicación ha encontrado, con los años, a lo que sucedió?

Ese es otro golpe duro que hemos recibido. En Argentina se ha atacado mucho a Marcelo, pero todos los que hemos pasado por sus manos hablamos bien de él, nos ha marcado, y la mayoría nos hemos dedicado después a ser entrenador. Fue un proceso casi perfecto, ganamos todas las alimentarias, ganábamos a todos los grandes, teníamos un equipazo, todos estaban en los grandes de Europa… Si tengo que atribuir algo, como le pasó a Francia en primera ronda, es que llegamos con un desgaste muy grande. Verón, Simeone, Almeyda, habían jugado hasta el final, arrastraban lesiones y no llegábamos al 100% de condición física. Íbamos con mucha confianza. La forma de jugar de Marcelo te ponía bien porque en los entrenamientos y con la firma de presionar, tenías que estar bien. De hecho, Ayala que estaba en el Valencia, se lesiona en el calentamiento del primer partido, y había sido uno de los pilares de ese equipo. Era un grupo súper unido, un cuerpo técnico espectacular, teníamos muy claro cómo teníamos que jugar… Así que ese desgaste físico es lo único que puedo aludir.

¿Ese ha sido el momento más duro de su carrera y la de Bielsa?

Yo creo que sí, para el argentino, por cómo vive el futbol, estar ahí con el equipo que tenía, terminó siendo el momento más duro. Me sorprendió porque a pesar de la catarata de críticas que Bielsa recibió, continuó en la selección y fue un gran acierto porque luego ganó los JJOO. Ahí dio un paso al costado, pero se fue como un ganador. En aquel vestuario no había consuelo, llegábamos destruidos, era difícil hablar y contener las lágrimas. Vi a Batistuta Crespo, Ortega, al Cholo, Sensini… Pasándola muy mal. Para la mayoría de los que estuvimos ahí, fue la gran espinita de nuestras carreras.

Durante años peleó el puesto con el 'Mono' Burgos, tanto en la selección argentina como en River Plate. ¿Qué le pareció lo que le sucedió hace unos días en los medios?

Me duele porque me parece injusto, todos le conocemos. Ya lleva muchos años en España, y conocen su personalidad de Germán. No digo Mono a ver si me critican a mí, como dijo… Cuando me lo nombras ya me río porque siempre me acuerdo de cosas divertidas con él. Todo el tiempo era estar cantando, me marcó su personalidad. Pasábamos por momentos difíciles y él era como si nada, su frase era "esta herida ya se hará cascarita y saldremos adelante". Pero claro que le afectaba, le he visto pasarla mal, aunque se reponía rápido. Hay que ser muy respetuoso, pero conociendo su forma de expresarse, fue exagerado e injusto con él. Lo quiero demasiado, estuvimos muchos años peleando, de una forma muy sana, el puesto en River y en la selección.

Coincidió también con un joven Víctor Valdés. ¿Cree que le acabó perjudicando su carácter?

Cuando llegué primero estaba Pepe Reina, y yo con 31 quedé maravillado: "Este chaval tiene 18 años y es un portento". Ya jugó con el primer equipo, jugaba con los pies de maravilla. Al poco sube Valdés y era buenísimo. '¿Cómo los fabrican?', me preguntaba. Hago una diferenciación. A Pepe le costaron las criticas mucho y tuvo que marcharse para desarrollarse y me alegro de la carrera que hizo, porque es una excelente persona. Desde joven Víctor tenía un carácter difícil, típico de los porteros. Se puso un disfraz de un personaje para que no te lleguen las críticas, pero en el Barça está muy difícil, siempre estaban las comparaciones con Zubi… Hizo muy bien en ponerse esa burbuja de tipo regio y distante. Al principio le costó mucho, pero fue un gran acierto de Rijkaard y de Unzué el de darle continuidad. Después fue clave en los logros de ese Barça.

¿Entiende lo que dijo Xavi hace tres meses y que ahora haya decidido quedarse?

Viéndolo como espectador que difícil debe ser para Xavi, de ser un futbolista que marcó una época, ser un ídolo, y que ahora se le cuestione. El Barça ha tenido periodos espectaculares y tonos más grises, ahora está en una transición. Hay jugadores de la cantera que necesitan consolidarse, este Barça está en formación todavía, habrá que tenerle paciencia y él tenga la fortaleza para soportar las críticas e implantar su estilo. Ojalá tenga continuidad y él su convicción, qué mejor que él, un hombre de la casa, y con el palmarés que tiene,