Cañizares entiende mejor que nadie a Morata y reconoce el error ante las críticas: "Yo hubiera sido más feliz"
El exportero de Valencia y Real Madrid asegura que "Morata no cobra por los elogios lo que sí paga por las críticas".

Álvaro Morata habla por primera vez, sin tapujos, sobre sus problemas de salud mental. Lo hará este jueves, en una entrevista en la Cadena Cope en la que se han conocido varios avances. Su relato es crudo: "Cuando tienes momentos duros de verdad, de presión, ataques de pánico, eso da igual el trabajo que tú hagas, da igual la situación que tengas en la vida que tienes otra persona dentro que tienes que luchar contra ella todos los días, todas las noches y al final para mí era lo mejor irme de España porque llegó un momento que no lo podía soportar (...). Exploté y había un momento en que no me podía abrochar las botas, cuando me las abrochaba me iba corriendo a casa, se me cerraba la garganta, empezaba a ver borroso y es difícil...". Llegó a decir, incluso, que le daba vergüenza estar con sus hijos.
La ola de ataques en la que se vio envuelto le superó. Sólo alguien que ha vivido el mundo del fútbol de élite y ha experimentado en sus carnes la popularidad y el poder dañino de la crítica lo sabe. Santiago Cañizares, exportero y hombre que en el deporte ha visto todas las caras de la moneda, analizó en El Partidazo de Cope las declaraciones del capitán de la Selección y arrojó luz sobre ese mundo de sombras que acecha al futbolista. "Tengo muchas cosas en la cabeza. El fútbol de élite es muy difícil, el deporte de élite es muy difícil, mucho más complejo de lo que pensamos los que lo vemos en el sofá", comenzó diciendo para ahondar en el asunto: "Hay un momento en que la popularidad se te va de las manos porque el fútbol es así y te pone en una situación tan popular que a lo mejor no la esperas o no estás preparado para ella. A todo el mundo nos afecta la crítica, pero lo que pasa es que resistimos mucho, resistimos poco o nos supera. A todo el mundo nos gusta que nos digan que somos muy buenos, fantásticos y extraordinarios, pero nos duele cuando nos critican. El problema es que no medimos bien cuánto mide un elogio o una crítica".
La ausencia de un baremo realista, en muchas ocasiones, no permite al profesional disfrutar del camino o incluso del éxito. Cañizares se pone frente al espejo y ofrece una explicación mundana que dibuja fielmente cómo se llega a sentir un futbolista de primer nivel en los momentos en los que los mensajes negativos le llegan masivamente: "Si midiéramos igual un elogio que una crítica, yo personalmente hubiera sido más feliz en mi carrera deportiva. Si yo cuento los elogios, si son 20 pues 20 euros y si cuento las críticas 10 a 10 euros, pues más diez. Pero no era así, contabas los elogios a un euro, pero las críticas las contaba a 200 euros. No me creo que Morata vaya por la calle y no le pidan autógrafos y que no se quieran hacerse una foto con él. Pero no le compensa, no cobra por los elogios lo que sí paga por las críticas. Es algo que nos ha pasado a todos y por eso hemos sido tan infelices muchas veces cuando hemos jugado al fútbol. Primero en el plano personal y luego con las victorias y las derrotas".
Esa infelicidad hacía que el triunfo fuese casi una obligación que no genera plenitud: "Llega un momento que ganar era el alivio de no haber perdido, pero no era una satisfacción. El fútbol de élite tiene esto, esta exigencia. Y a veces te gusta pasar desapercibido y olvidarte, pero el fútbol ya te ha cogido en sus redes y te lleva donde quiere y donde conduce siempre a todos, a la popularidad y demás".
Por último, Cañizares pone el foco en unas redes sociales que no existían en su época como jugador y que han transformado todo: "Y ahora hay redes, donde hay una gran creatividad para hacer memes, hacer discursos, buscar errores... Pues todo esto se magnifica. Y los jugadores a lo mejor no estamos preparados para esto porque nos hemos criado en un ambiente muy bueno. Y te haces un ego... Pero cuando te supera la popularidad igual no estás preparado y tampoco se nos ocurre pedir ayuda, lo gestionamos muchas veces nosotros en una habitación...".