Una carrera por la presidencia de la Real Sociedad y una traición: "Me llamó mi madre y me dijo: 'Hijo, he rezado todos los días para que no salieras'"
Miguel Santos recuerda en Relevo la carrera electoral que perdió con Miguel Fuentes y su exitoso paso por el Gipuzkoa Basket.
Miguel Santos recuerda con cierto regusto amargo aquellas elecciones por la presidencia de la Real Sociedad en las que fue derrotado por Miguel Fuentes. "Yo también pensaba que iba a ganar", reconoce en su conversación con Relevo. Pero, finalmente, fue Denonerrela, con el exfutbolista a la cabeza, la plancha que se hizo con la victoria electoral. Por cierto, el candidato más votado de la lista de Santos fue Valery Karpin, que tuvo el soporte de 20.456 accionistas. El ruso iba a ser su vicepresidente deportivo y desde el principio fue el más crítico con Fuentes.
A raíz de aquella carrera electoral, la relación entre el protagonista de esta historia y Fuentes, que fue representado suyo en sus años como futbolista, quedó enturbiada. Pese a todo, "yo no le guardo rencor a nadie", asegura Santos, consciente de que "los que me pusieron en la parrilla de salida me traicionaron".
Sí pudo alcanzar la gloria siendo presidente del Gipuzkoa Basket, un proyecto que convirtió Gipuzkoa en ciudad ACB, algo por lo que se siente "muy orgulloso". Eso sí, no se corta un pelo cuando afirma que "yo no le veo mucho futuro al baloncesto de San Sebastián".
¿Fue un palo perder las elecciones de la Real Sociedad?
La primera persona que me llamó, que entonces vivía, fue mi madre. Y me dijo: 'Hijo, he rezado todos los días para que no salieras'. Y dije, 'Mamá, con la paliza que me he dado por muchos pueblos de Gipuzkoa'. Me pegué una paliza buenísima y extraordinaria, aprendí mucho. Aprendí a tratar con la gente de pueblo que no había tratado nunca y en todo ese proceso sólo le llamé mentiroso a una persona. A buen entendedor pocas palabras.
¿Cómo hubiera sido el tema siendo tú presidente y, a la vez, siendo agente de varios futbolistas de aquel plantel?
Cortar con el despacho. Por eso coincide mi dejada con no salir presidente. Te hacen meditar, reflexionar. Fui a un notario aquí en Donostia y les dije a los de mi despacho 'lo dejo'. A mí no me ha echado nadie de la representación por ningún problema. Lo que sí tengo es un archivo, como si fuera una enciclopedia, que me lo hizo una persona. He utilizado dos veces dos profesionales para hacer un seguimiento. Tengo un chico que se llama Julen Albeniz, que estudió diseño y que ha presentado un tema muy bonito de Enrique Martín, con el que he comido hace poco. Me llamó su padre, Javier, que su hijo había terminado la carrera. Lo traje al despacho y le dije: 'Mira, te voy a dar un trabajo'. Yo tenía costumbre en el despacho, cuando salía publicado algo de Miguel Santos, le decía a Vicente que cortara la página y al montón. Y este muchacho me ha hecho 20 tomos de libro, como si fuera una enciclopedia, año por año, operación por operación, de lo que salía en los medios. Y luego, el seguimiento de la campaña de la Real Sociedad me lo hizo otra persona de Pamplona que se dedica a eso. Es bonito, eso está ahí y se quedará para mis hijos.
¿Por qué no fuiste presidente de la Real Sociedad? Mucha gente pensaba que ibas a salir...
Yo también lo pensaba. No se trataba de ir yo contra Miguel Fuentes. Si Miguel Fuentes era jugador mío… Y no digo nada más aquí, que no procede. Pero yo sí estaba convencido de que Miguel Fuentes no valía para ser presidente. Eso lo he tenido siempre claro por su carácter, su forma de ser… Teníamos buena relación, pero luego se pierden los papeles, uno y otro. Yo me acuerdo de una conversación que tuve con él en el velódromo de Anoeta. Por protocolo había un orden de intervención y le dije: 'Mira, tú vas a salir presidente, Miguel. Si yo pierdo la oportunidad de dirigirme a la gente que ha confiado en mí, ¿entonces, para qué he estado?' Y bueno, luego se malinterpretan los hechos. No noté lo que había cuando era jugador de la Real Sociedad representado por Miguel Santos. Ha quedado ahí un poso…. Pero yo no soy rencoroso. Mi padre me enseñó que con odio, envidia y rencor, estás muerto en el camino. Fue una pena. Yo digo que los que me pusieron en la parrilla de salida me traicionaron. Esto es muy claro. La gente no habla claro. Esto es muy sencillo.
Yo iba por los pueblos y sentía un apoyo bestial. Yo no sé si Miguel Fuentes fue por los pueblos, no lo recuerdo. Yo sí. Me pegué una paliza junto con Joti Diaz de jefe de prensa, al que solo le ponía una condición: 'Vayamos donde vayamos, a las 12 de la noche se acaba'. Para mí fue una experiencia muy buena, pero al que le rezaba mi madre le hizo caso, y creo que fue bueno para mí también. Yo tuve gente que se ofreció a estar en la plataforma, que me hicieron una despedida, una fiesta en Illumbe, me regalaron toda la colección de Freddy Mercury, y al día siguiente dije: 'Miguel, desaparece un poco, que también es bueno hacerlo. No que te lo diga nadie, hay que hacerlo'. Me hicieron también un homenaje en la Gastronómica y les dije: 'Señores, antes de empezar a comer. Gracias y sin rencor, pero aquí hay sentado alguien que me dijo que me iba a votar y que no me ha votado, pero que sepáis que ojalá le vaya bien a la Real y a Miguel Fuentes en este caso. Y tú, cuando eres capaz de tener esos reflejos, también es bueno.
"Me pegué una paliza extraordinaria pero aprendí a tratar con la gente de pueblo, que no había tratado nunca y en todo ese proceso sólo le llamé mentiroso a una persona. A buen entendedor pocas palabras"
Y la Real bajó a Segunda División. ¿Le diste muchas vueltas?
No. Sinceramente, no. Me hacía ilusión una vez estando en la rueda sí, pero, una vez fuera, no muchas. Igual que cuando desperté de 20 días del accidente que tuve dije: 'Joder qué suerte, estoy despierto'. Me acuerdo que le pregunté al cardiólogo: '¿Yo por qué sigo aquí?' 'Hombre, porque estás malico', me respondió. Perdí mucha memoria en este accidente. Ahora la he recuperado, pero con el tiempo. Pero no le guardo rencor absolutamente a nadie. Y ojalá que la Real siga el camino que está teniendo ahora.
¿Tuviste muy claro que no te ibas a volver a presentar?
Tú, cuando en un sitio no te eligen los que tienen que elegir… ¿Para qué voy a volver? Yo siempre le he dicho a Nacho, al presidente del Gipuzkoa Basket, que no quiero volver a ser el presidente del GBC. Dije que iba a estar ocho años y es lo que estuve, porque, si no, en la mochila van entrando más piedras. En el deporte hay momentos buenos, malos y regulares y para cuando vuelven los buenos… puff ¿Y dónde has aprendido eso? En el fútbol. En cuántos clubes, a cuántos presidentes se les dice eso de 'vete ya'. Ahora ha cambiado muchísimo... Un presidente que no aparece siendo el dueño. Madre mía de mi vida, ¿esto cómo puede ser? ¿yo soy el dueño de mi casa y no puedo ir a casa? Pues vaya lío, no entiendo nada. Estas son las cosas que algún día se sabrá la verdad de todo esto. La gente que mete dinero en un sitio, ¿para qué mete dinero? ¿para que su nombre salga ahí? ¿Cuántos directivos en el mundo del fútbol no les conoce ya nadie? Porque no hicieron mediáticamente nada. Ni socialmente nada. Hay gente que le conocen porque... Eso ya es otro capítulo de la facultad. No, yo no me arrepentí nunca de haberme presentado y no me he apenado nunca. ¿Me hubiera gustado? Sí. Pero eso es una etapa de tu vida que ha pasado y claro que hay gente que todavía te dice: 'Jo, tenías que haber sido presidente'. El tenía no existe…
Cambiando de balón, ¿qué recuerdos tienes tú del GBC?
La aventura empezó por una llamada del difunto Kote Olaizola, que estaba entonces de responsable de deportes en la Diputación de Gipuzkoa. Me llamó un día al despacho y me dijo: 'Oye, miguilico, tú que eres un hombre de baloncesto, aunque vives de fútbol, joder, el baloncesto está, no hay, no hay salsa aquí, ¿no? Me gustaría que estudiaras la posibilidad de liderar este tema'. Yo estaba en el fútbol entonces, esto era el 2001. Y dije: 'Cuidado, que yo, cuando cojo algo, lo cojo al 100%, Cote. En unos días ya te voy a contestar. Voy a ver qué podemos hacer'. Es una pena. Es verdad que yo no he vivido del baloncesto, pero siempre es un deporte que me ha llamado la atención y me ha gustado y todavía hoy veo entrenadores… Yo estuve un año entero trabajando en Pamplona y viniendo por Azpiroz a entrenar al Juven. Había que venir todos los días por Azpiroz, venir, entrenar y volver. Seguramente, entrenaría mal por el cansancio, pero es igual. Y ahí estuve un año, estaba entonces Ramón Santamaría en el Juven. Y, pues bueno, le dije que sí, que para adelante y fuimos para adelante. Hicimos una exposición en el Costa Vasca, con gente que pensábamos que nos apoyaba y que luego no lo hicieron, que solo se juntan para la foto, pero bueno….
El baloncesto no mueve lo que mueve el fútbol y es diferente. Yo, investigando, el primer fichaje que hice para este proyecto fue a Germán Cea, que estaba entonces trabajando en la Federación Guipuzcoana. Y luego no he fichado nunca a ningún jugador. Yo nunca he hecho de representante de jugadores de baloncesto, ni nada. Lo que sí asistía era a todas las reuniones de fichar el entrenador. Y el primer entrenador que yo quise fichar para este proyecto, después de Aitor Uriondo, fue Pablo Laso, que yo conocía a Pepe Laso, su padre. Pero no pudo venir el primer año porque se había comprometido con el Castellón a través del Valencia, que era filial o un asunto de estos, pero en cuanto pude, lo fiché. Hemos tenido mucha suerte con los técnicos, ha habido de todo, pero sólo he participado en el cese de uno, que fue Ponsarnau.
¿En qué cambiaban los dos mundos?
La ventaja que tienes en la ACB es que te enteras de todo, porque te lo cuentan ellos. Yo en la ACB he sido un poco rebelde, porque yo a quien le he tenido que llamar la atención, se lo he llamado delante de los 18. Con perdón, te pido perdón, pero te tengo que decir que los tontos no somos todos. Yo puedo parecer tonto, pero no lo soy. Tú estás hablando con nuestro entrenador en plena competición, que yo también lo he hecho alguna vez en el fútbol, pero no me han cogido. Pues que a ti, lo que has hecho tú, me lo ha dicho a mí el entrenador. Y es todo.
¿Cómo ves el futuro actual del baloncesto guipuzcoano?
Yo no le veo mucho futuro al baloncesto de Donostia. No le veo futuro, sinceramente. Cada uno, cuando dirige, hace lo que puede. Pero para hacer lo que puede hay que tener medios. Y para tener medios hay que trabajar mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho. Y, según me dice Germán, nosotros llegamos a tener un presupuesto de 7 y pico; con 7 y pico tienes que exigir al entrenador que firme bien jugadores y que esté entre los ocho primeros siempre, porque ese capital te permite en la ACB estar ahí. La prueba es cuando Bilbao ha puesto dinero, ha conseguido dinero, ha optado con dinero, te ha ganado y ha pasado por momentos en la época de Gorka Arrinda, malos, me refiero en todos los sentidos. Pero yo en el Gipuzkoa Basket, mientras he estado como presidente, me lo he pasado muy bien, he hecho muy buenas relaciones, me ha servido para estar el fin de semana ocupado. Me parece que en el autobús del equipo no he ido nunca, yo he ido al hotel, me lo he pagado yo, he comido con el directivo que ha venido, lo he pagado yo porque he podido hacerlo, lo he pagado yo por poder hacerlo y, cuando no he podido hacerlo, no lo he hecho. Pero el baloncesto no genera. La ACB tiene un presupuesto grande y yo, si volviera, que no hay ni una posibilidad, esa competición tiene parte de su encanto, pero no hay que meterse donde no debes.
No sabes la satisfacción que es liderar un proyecto como Gipuzkoa Basket y ver el Illumbe como lo hemos visto. Es que esa foto está ahí, no la he hecho yo, yo no hago fotos, yo hago fotos cuando voy de excursión, pues a mí me da pena haber tenido siete mil y pico abonados y tener los que tienen ahora. Porque los abonados no son los que pagan, son los que van y yo veo el pabellón…
Esa canasta de Esteban Martínez cambió toda la historia...
Hombre… me acuerdo. Contra el León. Te obligas a recordar. Tenía al alcalde al lado, Odón. Y me acuerdo que nos agarramos así y le dije: 'Esto algo te tiene que costar (yo siempre pensando en la gestión)'. Recuerdo que hablé con Gorka Arrinda y le pregunté: '¿Cómo lo hiciste?' Esto así, esto asá, tal y cual. Pues yo la única cosa que creo que voy a hacer bien es lo de los ocho años. Cuatro más cuatro. Y lo hice. Cuatro más cuatro. Y luego estuvieron Ramoneda, Nekane, y todo el mundo seguro que ha venido con las mejores intenciones, pero luego hay que dedicarse. A mí siempre me hubiera gustado que todos los presidentes cobraran, porque el cobrar te obliga todos los días a más, más, más, más. Lo que no me gusta es que nadie utilice la posición para otra cosa, ¿entendido? Eso me pone muy nervioso. ¿Tú vienes a servir? Pues vienes a servir, ya está. Y si no, no vengas. Si vienes para que te conozcan, te hagan palmas, no. Si vienes a servir, vienes, haces el proyecto y te vas. Por ejemplo, a Nekane Arzallus yo no le diría nunca nada. Es la teniente alcalde de esta ciudad, un cargo importantísimo.
"Yo, sinceramente, no le veo mucho futuro al baloncesto de Donostia. Cada uno cuando dirige hace lo que puede. Pero para hacer lo que puede hay que tener medios. Y para tener medios hay que trabajar mucho"
La tía de Álvaro Odriozola…
Yo no le he representado nunca. En alguna ocasión le he mandado algún mensaje. Si yo hubiera llevado a Álvaro Odriozola… No es una fantasmada. Los movimientos los hubiera hecho de otra manera y le tengo mucho cariño por Nekane y su ama. Como deportista que soy, estoy sufriendo un poco viendo… Ha sido aita y felicidades. Para llegar al Madrid y salir del Madrid, luego hay que saber... Los jugadores podrán ganar mucho dinero, pero hay muchas más cosas. Le leí a Guardiola que en vez de 30 jugadores, le gustaría tener 60. Eso quiere decir que 30 van a sufrir mucho.