FUTBOLERO SOY YO

Ceballos sale del infierno para hacer de Modric, de Kroos... y hasta de Benzema

Ceballos, celebrando su gol ante el Villarreal/AFP
Ceballos, celebrando su gol ante el Villarreal AFP

Pocas veces un partido de fútbol cambia tanto gracias a los cambios. Las sustituciones marcaron el paso de un duelo que comenzó teñido de amarillo chillón y acabó de blanco reventón. A Setién se le cayó la casa con las obligadas entradas de Mandi y Cuenca. O mejor dicho, con las lesiones de Albiol y Foyth. A Carletto se le apareció la 'virgen de la inspiración' cuando decidió quitar a Rodrygo y Kroos para dar entrada a Asensio y Ceballos. Sobre todo a Ceballos.

Ancelotti, sobre Ceballos en rueda de prensa.

La realidad era que el italiano, antes de esos dos cambios, podía haber hecho en el descanso los cinco permitidos. Sus jugadores pidieron a gritos durante todo el primer tiempo irse a la ducha y además que el agua estuviera más que fría, congelada. Saquen del paquete a Militao y Camavinga y dejen a todos los demás. Parecía que nunca se podía escribir que un equipo del Real Madrid no competía en un partido oficial, pues ayer sucedió durante al menos 45 minutos. En la segunda mitad, solo ellos sabrán por qué, una mutación absoluta. Del ridículo al éxtasis. Y el gran culpable de esa transformación fue un hombre que estaba pasando inadvertido a lo largo de la temporada: Dani Ceballos.

El Real Madrid pasó de andar a correr. De mover el balón a 20 por hora a trasladarlo a una velocidad cercana a lo prohibido por el código de circulación. Del paso a paso de Kroos al ritmo vertiginoso de Ceballos. Del trán-trán del alemán, al galope del sevillano

Hay que tener mucha confianza en uno mismo para sabiéndose suplente y acabando el contrato el 30 de junio hacerse cargo del juego de un equipo que no sabía si estaba en Vila-real o todavía en Riad. Donde estaba el balón estaba Ceballos. O donde estaba Ceballos corría el balón. Tan pronto ayudaba a Camavinga en la salida del juego en su propia área, como tiraba paredes con Vinicius y Benzema en la contraria. Por un día, el de Utrera se sintió Kroos y Modric juntos. Y hasta Benzema. Marcó un gol después de 84 partidos sin hacerlo.

A la ola de Ceballos se subieron Asensio, mucho más activo que el reprendido Rodrygo, Camavinga, Vinicius, Militao... Hasta Mendy. Si clasificarse para los cuartos de final de la Copa fue una gran noticia para Ancelotti, la patada en la puerta de Ceballos no debería ser de menor calado. Su irrupción llega justo en el momento en el que Valverde continúa sin estar y Modric y Kroos se pelean contra sí mismos y su inesperado bajón físico y mental. La titularidad, para quien la trabaja. Y Ceballos se la ganó a pulso.