'Cebolla' Rodríguez recuerda la final de Lisboa: "Antes del gol de Ramos el Madrid se estaba arrastrando; no nos merecíamos perder"
El centrocampista uruguayo acaba de dejar el fútbol y ahora se dedica a su otra pasión: los caballos. No se olvida de cómo la afición del Atlético celebraba incluso cuando salía a calentar.

Cristian Rodríguez (Colonia, Uruguay, 30/09/1985), acaba de anunciar su retirada tras varios años entre Peñarol, PSG, Benfica, Oporto, Atlético de Madrid, Parma, Gremio, Independiente y su vuelta a Uruguay, donde ha decidido permanecer, rodeado de sus caballos y el campo, su lugar en el mundo. Desde allí, con uno de sus quince perros intentando colarse en la videollamada, atiende a Relevo y recuerda cómo era aquel Atleti que ganó la Liga, la Copa del Rey y la Supercopa de España. Reconoce que la final de Champions ante el Real Madrid en Lisboa fue el momento más duro de su carrera, por algo no quiso ver el córner que remató Ramos y prefirió taparse la cara.
El Cebolla, con su particular forma aguerrida de jugar al fútbol y de vivir, ha podido defender a su selección en dos Mundiales y, aunque pocos lo sepan, es el futbolista uruguayo con más títulos en su haber. Cuelga las botas con 27...
¿Cómo estás con tu nueva vida?
Feliz, mi vida es súper tranquila, estoy dedicándome a mi otra pasión que es el campo, los animales, y este va a ser mi futuro. Lo venía manejando hace mucho tiempo, mis vacaciones siempre fueron aquí, y ahora que no juego más al fútbol estoy aprendiendo todo lo que puedo sobre el campo. Tengo quince perros, gallinas, ovejas… Es un lugar muy sano.
¿Qué te aportan los caballos?
Me gustan mucho las vacas y los caballos, e intento hacerlo con un goce diferente. Con ellos voy a vivir, los caballos me dan mucha tranquilidad, y compito con ellos en pruebas de rienda. Tengo una tropilla de jinetear que aquí es una tradición desde hace muchos años.
¿Cuánto has tardado en tomar la decisión final?
Me llevó dos años. Cuando fui a jugar a Plaza de Colonia, un club de aquí, bajé los niveles de ansiedad y todo lo que te lleva ser capitán en Peñarol. Lo fui pensando y tomé la decisión de dejar la carrera con 37 años. Tampoco hubo nada que lo acelerara, me lo tomé con mucha tranquilidad, aunque mucha gente me decía que aún estaba para jugar. Pero puse todo en la balanza, a la familia, pensar que ya hice mi carrera y que me fui a los 18 años de mi país para ir a Europa. Hice una carrera más larga de lo que pensaba.

¿De qué te sientes más orgulloso?
De haber podido cumplir un sueño. Primero era el de jugar en Peñarol porque mi familia es muy aficionada, además de jugar en mi selección, que lo pude hacer 16 años. Luego ir a Europa y estar en los mejores clubes del mundo. ¡Conseguí 27 títulos, no esperaba tanto! Ojalá mis hijas lo recuerden el día de mañana. Tengo ganas de ir a ver al Atleti, pagando la entrada, y que la gente me pueda reconocer.
¿Lo dudas? La afición del Atlético te quería a pesar de no ser un titular para el Cholo. ¿Por qué crees que era así?
Nunca me guardé nada, siempre intenté dar el máximo. A mí me sorprendía porque no jugaba y la gente me alentaba siempre cuando salía a calentar. No sólo me pasó en el Atleti, así que creo que fue por la forma de entregarme. En mi caso siempre daba el 100%. A veces jugar sólo 5 minutos puede ser una falta de respeto para un futbolista, pero para mí era como jugar una final. Lo vivo así, es mi forma de ser, y el pueblo uruguayo también me lo reconoce. Quizás no destacaba en lo físico ni en la técnica, pero lo empataba con las ganas que le ponía. He sido un jugador con mucha voluntad y sacrificio. No era mágico, no tenía el mejor dominio, no era un deportista de dos metros, ni flaco… Lo mío siempre fue la entrega, eso fue lo que me permitió llevarme a todos lados.
¿Qué se le pedía en aquel Atlético de Madrid?
Era muy difícil jugar de titular en ese equipo, aunque merecieras ser titular, pero había mucho nivel, todos aquellos jugadores hicieron la mejor época de su carrera en ese momento. Era un equipo muy conjunto. Había mucha hambre de ganar, porque cuando me toco ir al Atleti, pregunté cómo estaba el equipo y me sorprendió que llevaba 17 años sin ganar una Liga, 15 años sin ganar un derbi, una Copa del Rey y para mí fue un desafío. Hubo mucho trabajo.
Tampoco nos olvidamos de otro momento tuyo… Vayámonos a la final de Champions de 2014, justo antes de que se lanzase el córner que acabaría marcando Sergio Ramos. En ese instante te vimos tapándote el rostro. ¿Por qué? ¿Lo veías venir?
Ganar una Champions es de lo más importante del mundo, y ya estaba pensando en que iba a quedar en la historia. Faltaban pocos minutos, a uno ya se le pasaba por la cabeza el festejo, la familia, todo eso que estás esperando. No nos merecíamos haber perdido esa final, mis compañeros se habían dejado el alma. Antes de ese gol, el Madrid se estaba arrastrando y estábamos siendo mejores, les tocó la varita mágica. Fue uno de los momentos más dolorosos de mi carrera.
¿Tu intuición te predijo que algo malo iba a pasar?
Estás jugando ante un rival que es el mejor, y sabes que un córner sobre la hora puede ser medio gol. Me pasaron muchas cosas por la cabeza. Ya estaba pensando en celebrarlo. Al principio nadie creía en nosotros, y acabamos siendo campeones de Liga, así que me quedo con eso. Ese año el Madrid pasó a ser segundo. Todos hablaban del Atlético de Madrid. Pero aquel día jugábamos contra el eterno rival y, aunque no salimos campeones, me quedo conforme con la entrega del equipo.
¿Simeone ha sido el entrenador más exigente que has tenido?
No, lo era todo el conjunto: el Profe, que ayudaba mucho; el Mono Burgos… En esa preparación que nadie esperaba nada de nosotros, logramos grandes cosas. Me hubiese gustado jugar esa final y me quedo con esa tristeza, porque creo que lo merecía por cómo me entrené y por cómo estaba, pero siempre hay que poner por delante el club.
¿Entiendes que se cuestione la continuidad del Cholo?
Se entiende porque en el fútbol mandan los resultados, no podemos permitirnos sacarle valor al Cholo. Un año eres el mejor, y al otro pasas a no servir para nada. Él lo tiene muy claro porque fue jugador de fútbol.
¿Crees que va a seguir o que es un ciclo que se termina?
Esa decisión la va a tener él, Simeone quiere mucho al club. Ningún periodista o aficionado puede pensar que juega para perder. Hay ciclos que se terminan, pero él va a saber qué es lo mejor para el club.
¿Cómo era tu Atlético de Madrid? ¿Qué jugadores te sorprendieron?
Era todo muy parejo, no había un jugador mejor que otro, sino que todos estábamos para jugar. Koke, que estaba empezando, me sorprendió mucho. La mejoría que tuvo Godín, porque era muy criticado y pasó a ser uno de los mejores centrales del mundo. Giménez, al que le íbamos enseñando, Filipe Luis… Todos fueron de menos a más.
¿Mantienes contacto con alguno de tus excompañeros rojiblancos?
El otro día, cuando anuncié mi retirada, me escribieron Gabi, Raúl García, Courtois… Yo no manejo mucho las redes sociales, pero me escribieron muchos para ver qué tal estaba. Yo intentaba ser simpático, llevarme bien con todos… Me decían que había sido un orgullo jugar conmigo, y eso quiere decir que algo bien hice. Comprometo desde aquí al Cholo y al Profe, que todavía no me dijeron nada.
¿Cuál es el mejor jugador que has visto de cerca?
Son etapas, pero mundialmente Messi fue el que más se mantuvo, Cristiano también. Falcao en su momento era de los mejores y Godín se convirtió en uno de los mejores centrales del mundo, aunque nadie lo esperaba. El que me sorprendió mucho fue Diego Costa, porque lo cedieron tres veces y no lo quería nadie, el Atleti lo iba a dar a préstamo de nuevo. Al final se fue un jugador y Diego se quedó. Ese año la rompió.
¿Con quién te has entendido especialmente bien dentro de un campo?
Tiago jugaba muy bien al fútbol, Koke mejoró mucho: corre todo el tiempo, juega bien siempre… En la selección uruguaya creo que ellos se sintieron cómodos conmigo (risas), pero con Suárez y Cavani era muy fácil jugar. Les dabas cualquier balón y te lo solucionaban de la mejor manera.
¿Cuál ha sido el mejor momento vivido con la 'Celeste'?
Fueron varios años de idas y vueltas, pero rescato mi primer Mundial, porque me sancionaron cuatro partidos y me perdí el de Sudáfrica, que fue muy lindo. Así que el de Brasil me lo tomé como una revancha. Además, en la eliminatoria había estado jugando muy bien.
¿El futbolista uruguayo marca la diferencia con su selección porque la anteponéis al club?
Eso es algo personal de cada jugador, pero obviamente cuando vienes a representar al país, lo haces con mucho orgullo y respeto. El uruguayo es muy futbolero y tiene una historia muy rica, sabes que esa camiseta la vistieron campeones del mundo y que ese es el sueño de cualquier futbolista uruguayo.
¿Sigues la Liga española?
No veo fútbol, me aburro. Nunca he sido de esos jugadores que mira fútbol. Hoy en todo el día no he encendido la televisión, prefiero jugar con mis hijas. Siempre fue así. Puede que vea algún partido del Mundial, el Clásico o alguna final, pero no me llama.

¿Y no se es mejor futbolista cuanto más fútbol se ve?
Está bien, a mí cuando me tocaba estudiar un equipo, veía los vídeos que nos mandaban, pero uno ya entendía muchas cosas del fútbol.
Imagínate que organizas un partidillo en tu campo, un día para pasarlo bien. ¿A quién invitarías?
Al plantel del Oporto de la temporada 2009-10, el que ganó al Atleti en Champions, el Atleti del Kun, de Forlán… Teníamos un plantel con el que podíamos jugar de igual a igual a cualquiera. Llamaría a mis amigos de aquí porque si hay un asado de por medio, podemos ganar al que sea. Para meter goles llamaría a Falcao, y de portero, a Courtois.
Conociste a Courtois con apenas veinte años. ¿Te imaginabas, por entonces, que fuera a crecer tanto?
Ya no iba a crecer más con esos dos metros… Aunque se veía que estaba para algo muy grande, era largo de piernas, de brazos, y en los entrenamientos era muy difícil hacerle goles. Mentalmente también es distinto, he conocido a muchos jugadores que se han quedado por el camino. Sin embargo, Courtois es sobresaliente en todo, es una posición muy diferente porque debe mantenerse y depende de la confianza, y él tiene mucha. Cuando fichó por el Madrid fue muy criticado, pero la gente debe entender que son profesionales.
Me has dicho antes que nunca has jugado a la Play y que lo que más te gusta del mundo es estar en el campo rodeado de animales. ¿Crees que has sido un futbolista atípico en ese sentido?
Puede que sí, yo pienso que uno debe ser como le criaron, soy transparente, no me caso con nadie y digo lo que sea por el bien del equipo. Intento hacerme respetar y hacerme querer. No me expreso muy bien, pero soy frontal. Creo que es algo que mis compañeros lo supieron reconocer. Nunca jugué a la Play porque rompería el mando cada diez minutos. Hay jugadores a los que les gusta esquiar, navegar en un yate… Son gustos. Yo prefiero una vida mucho más sencilla. Aquí está mi futuro.
¿Qué titular te gustaría que tuviera esta entrevista?
Lo mejor sería preguntarles a cinco hinchas del Atleti y que lo pusieran ellos.