CHAMPIONS LEAGUE | CHELSEA - FC BARCELONA

Detrás de la arenga de Alexia Putellas a la que se agarra el barcelonismo: "Imaginaos cómo tienen que estar ellas..."

Las culés se impusieron ante el conjunto de Emma Hayes en la final de 2021 para levantar su primera Champions.

Alexia Putellas durante el partido de ida ante el Chelsea. /AFP
Alexia Putellas durante el partido de ida ante el Chelsea. AFP
Nagore Domínguez
Sandra Riquelme

Nagore Domínguez y Sandra Riquelme

Las jugadoras del Barça empezaron a levantarse de los asientos del vestuario en el interior del Gamla Ullevi, el estadio de Gotemburgo -Göteborg- donde hicieron historia en 2021. En ese momento, todo estaba en manos del futuro, aunque en sus recuerdos había una espina clavada del pasado. "Hay que salir como nos salieron a nosotras en la otra final", gritó una Alexia Putellas que, pocos meses después, se convertiría en la mejor jugadora del planeta. La final de la Champions del 2019, la primera a la que llegó el Barça y en la que cayó ante el Olympique de Lyon (4-1), marcó el rumbo del equipo y también el de las jugadoras.

La frase anterior es tan sólo una pincelada de la charla que estimuló a las jugadoras del Barça, a punto de convertirse en históricas. El arranque de Alexia Putellas aquel día se entiende mejor ahondando en su admiración hacia Carles Puyol. "Siente devoción por él", confesaba su entorno a Relevo en los días previos a la final del pasado Mundial. A pesar de que, en rara ocasión, la dos veces Balón de Oro ha verbalizado su fervor por el eterno capitán culé, su forma de liderar al equipo y de 'gobernar' un vestuario lleno de estrellas y de grandes nombres propios del exfutbolista siempre le ha llamado la atención.

A estas alturas de su trayectoria, son múltiples los momentos que dibujan el liderazgo y la personalidad de la que fuera la mejor jugadora del mundo en dos ocasiones. Como el día que rompió una ley no escrita en las camisetas de fútbol: "No queremos salir así, es el Barça". O cuando verbalizó un discurso que se ha convertido en un lema, aquel mítico "No hay distancia" tras caer en las semifinales de la Champions frente al Wolfsburgo (2021). La eliminatoria ante el Chelsea trae a la memoria otro: la charla de Alexia Putellas en el vestuario del Gamla Ullevi de Gotemburgo.

Tímida de puertas para afuera, diferente dentro del vestuario

Volvamos a adentrarnos en esas cuatro paredes. Las jugadoras formaron un corro, se agacharon y se cogieron de la espalda, con toda la expedición al completo a su alrededor. "Se empieza aquí", avisó Laia Codina antes de que se formara el silencio para escuchar a su capitana. "Ser nosotras, nosotras mismas", añadió Patri Guijarro clavando su mirada en Alexia Putellas para atender sus órdenes.

Y la de Mollét del Vallès arrancó. "Chicas, si salimos como salimos siempre contra el último de la liga, no me quiero imaginar cómo vamos a salir hoy. Imaginaos cómo tienen que estar ellas", advirtió Alexia gesticulando con el brazo izquierdo. No era la primera vez que Alexia Putellas se erigía como la líder del equipo. Tímida -aunque cada vez menos- de puertas para fuera, su rostro cambia cuando se adentra en el vestuario.

"Como ganemos, es que somos eternas. Pero por cómo jugamos...", continuó 'la 11' del Barça. "Eso que no se nos olvide. Desde el cero al noventa, no hay distracciones. Hasta que no acabemos no pensamos en la copa. Hasta el final. ¡Hasta el final Barça!". La conjura se terminó y el conjunto culé cumplió con su palabra. El fútbol se la devolvió. Se impusieron al Chelsea en el marcador (0-4) y se hicieron un hueco entre los grandes nombres de Europa, hasta convertirse en las favoritas para revalidar el título temporada tras temporada. No por los resultados, que también. Por su forma de jugar a fútbol, de entender el juego, de enfrentarse a sus rivales sin dejarles apenas opciones.

Porque antes de ese día, Europa le había enseñado lo negativo al conjunto culé antes de alzar su primera Champions. Sufrieron la novatada ante el más veterano de la clase -el Lyon con sus ocho copas de Europa en el palmarés- y se quedaron a las puertas de su segunda final consecutiva ante el Wolfsburgo, en un partido donde una tal Fridolina Rolfö estuvo en el momento perfecto y en el lugar adecuado para darles con un canto en los dientes a las que, en ese momento, serían sus futuras compañeras. Por eso los recuerdos que había dentro del vestuario mientras ultimaban los detalles previos a la charla final en 2021 sirvieron como impulso para un equipo que se tomó su propia revancha ante el fútbol.

La lesión que no frenó del todo a Alexia: «Me notaba el pinchazo al esprintar»

No fue un partido fácil para Alexia, que cuatro días antes de la final ante el Chelsea empezó a notar molestias en el isquiotibial. "Esos días no pude entrenar, el camino era dejar el isquio tranquilo hasta la final y ver cómo salía", desveló en El Hormiguero. "El problema era que me notaba el pinchazo al esprintar, pero fueron bien esos días de tratamiento de mañana, tarde, noche. Relax", explicó.

Alexia besando la primera Champions.  FC BARCELONA
Alexia besando la primera Champions. FC BARCELONA

Pero en la mente de Alexia solo había una cosa: la Champions. La adrenalina también hizo su efecto. "Ayudó bastante", contó en la entrevista. "Al principio no lo notaba, a partir del minuto 50 ya... El isquio me estaba saludando", confesó. Pero para entonces el Barça ya tenía los deberes prácticamente hechos. El Chelsea vio como un vendaval blaugrana se plantó sobre el césped del estadio y se puso 0-4 arriba en el marcador a los 36 minutos.

Alexia Putellas, tirando de cabeza, de ganas y de llevar el brazalete de capitana marcó el segundo desde el punto de penalti. El vendaje que le cubría la pierna izquierda y que tanto alarmó a los seguidores culés, también hizo su efecto. "Cuando terminó el partido no me acuerdo, solo me acuerdo que teníamos la copa ahí", dijo entre risas en el programa de televisión.

En 2021 el bagaje del Barça cuando le tocó enfrentarse al Chelsea no era tan completo. Los malos momentos elevaron al Barça a conseguir la primera Champions. Ahora todo es diferente. El conjunto de Jonatan Giráldez tiene por delante un resultado en contra (0-1) que tiene que remontar ante más de 35.000 personas en Stamford Bridge. Aun así, con la etiqueta de favorito, tiene en su memoria el pasado más reciente de lo sucedido en Eindhoven, donde remontaron el 0-2 en contra ante el Wolfsburgo y volvieron a levantar al cielo la segunda Champions de color blaugrana.