"Canas y una úlcera", el 'precio' de la felicidad para Jorge Garbajosa
El presidente de la Federación revive los momentos más tensos del Eurobasket.
El éxito tiene un precio. Y si no que se lo digan a Jorge Garbajosa. Han pasado más de dos semanas desde que España subiera al podio de Berlín como el mejor equipo del Eurobasket y el presidente de la Federación Española todavía sigue sudando cada vez que recuerda la imagen de Rudy Fernández levantando el trofeo al cielo de la ciudad alemana.
"Alguien me decía, y me gustó mucho la frase, que cuando eres jugador y ganas algo así lo celebras, saltas, bailas, gritas… Cuando eres dirigente, sientes alivio", recuerda el ex ala-pívot de la selección española, que sostiene que prefería pegarse en la zona con cualquier rival que ver desde una silla cómo lo hacen sus sucesores.
Seguir con la mirada a Garbajosa durante un partido es un ejercicio de sufrimiento. Su cara es un poema y lo pasa mal incluso en la victoria. Imaginen durante una derrota como la inesperada ante Bélgica: "Tras la derrota con Bélgica intentas, uno, ver todos los escenarios que se abren, porque si tú vas ganando sabes que llevas un camino, pero cuando pierdes piensas qué puede pasar, los próximos partidos. Si pierdes o si ganas, ¿qué significa todo eso? Y a la vez lo que intentas es aislar al grupo porque eso ya te lo tienes que asumir tú".
El presidente de la Federación recuerda para Relevo cómo fueron las horas posteriores a ese partido y el secreto para encontrar la calma durante la tormenta. "Tengo la suerte de tener un gran equipo que además de profesionales extremadamente top son buenas personas. Y una noche así, pasarla en soledad es complicado. Pero cuando te reúnes con ellos, te vas a comer algo y empiezas a mirar todos esos escenarios, te dan tranquilidad y te ponen un colchón debajo, te vas a dormir intranquilo, pero mejor. Al menos ya tienes un plan. A mí me da mucha estabilidad y calma mental el tener un plan".
"Pasar una noche como la de la derrota ante Bélgica en soledad es complicado"
Presidente de la FEBAlegrías, nervios y una úlcera
De las horas más bajas de la selección en Tbilisi a los momentos de incertidumbre en Berlín. Los nervios de Garbajosa fueron en aumento a medida que España salvaba obstáculos en la cancha. Sin embargo, nada como el descanso del encuentro de cuartos de final ante Finlandia. Fueron 15 minutos de tensión e incertidumbre por una primera parte en la que España no encontraba el camino.
"Recuerdo pasear entre las sillas donde estaba sentado y la tribuna de prensa. Pasear y pasear e intentas buscar confort mental. Dices, vamos 15 abajo, pero han metido un 63% de tiro y no lo pueden mantener, si somos un poco más duros y bajamos el porcentaje tenemos opción…", recuerda Garbajosa con mirada de alivio al echar la vista atrás. "Te imaginas 133.000 partidos en la segunda parte. Y salió el que mejor se me ocurrió".
"Yo creo que tengo unas cuantas canas más y una úlcera un poco más grande"
Semifinales. Alemania también claudica. Y aparece Francia en el horizonte de la cuarta final continental en los últimos 13 años. Un partido de todo menos cómodo en la memoria del presidente de la FEB: "Empezamos muy bien. Te remontan, vuelves a remontar… Yo creo que tengo unas cuantas canas más y una úlcera un poco más grande".
Escepticismo y un vino en solitario
España afrontaba el último minuto de aquella final sabiéndose campeona de Europa. ¿Toda la expedición? No. Un irreductible Garbajosa resistía a la euforia tan obvia para el resto: "Cuando quedaba un minuto e íbamos ya 12-14 arriba, un presidente de una Federación vecina se acercó por la espalda, me cogió del hombro y me dijo 'campeones, campeones'. Sólo recuerdo que me giré y le grité 'falta mucho, falta mucho' porque no te lo crees. Yo prefiero siempre ponerme en lo peor porque se ha visto tantas veces que se ha creído ganador que luego el golpe es mucho mayor. Prefiero pensar que siempre queda un poquito más".

Ese pensamiento nunca llegó. La euforia inundaba la cancha y la posterior celebración del título, pero incluso en esos momentos Garbajosa prefiere la calma: "En la última fiesta en Berlín, justo después de que ganamos el oro, a mí me gusta coger una copa de vino, dar un paso atrás y ponerme en una esquina y ver no sólo a los jugadores y al seleccionador, sino ver a la gente de la Federación que lleva 11 meses trabajando para ese día y verles felices".