REAL MADRID - ARSENAL

Un asador argentino 'salvó' a Odegaard en sus primeros y complicados meses en Madrid: "El error fue hacerle jugar en Segunda B"

Excompañeros del noruego en el Castilla recuerdan sus primeros pasos en España: "Le gustaba mucho ir al restaurante De María con Lienhart y Reguilón".

Odegaard, durante un partido del Castilla./REAL MADRID
Odegaard, durante un partido del Castilla. REAL MADRID
June Lavín

June Lavín

El 22 de enero de 2015, Martin Odegaard aterrizó en el Real Madrid, considerado una de las grandes joyas del fútbol europeo. Lo hizo después de visitar las instalaciones de clubes importantes de las cinco grandes ligas, entre los que destacan el Bayern de Múnich, el Liverpool e incluso el Arsenal, su equipo actual y rival de los blancos (21:00) este martes en la vuelta de los cuartos de final de la Champions. El noruego destacó, previamente, en el Strømsgodset IF, donde quemó etapas a un ritmo vertiginoso, entrenó con el primer equipo con sólo trece años y debutó con 15. Su proyección no pasó desapercibida para nadie y el mediapunta, que también puede actuar como interior, terminó recalando en el Castilla. "Era muy tímido y los primeros meses le costaron un poco", recuerda Rubén Belima, con quien compartió vestuario.

Aunque la mayoría de sus minutos llegaron como futbolistas del Castilla, resultó inscrito para la máxima competición continental con la primera plantilla merengue, muestra inequívoca de su talento y, también, de la confianza depositada por el club en él. Su estreno con el primer filial se produjo el 8 de febrero de 2015, en un partido que enfrentó a los pupilos de Zidane, técnico castillista en aquel entonces, frente al Bilbao Athletic en el Di Stéfano y su primera diana llegó prácticamente un mes después de su desembarco, el 21 de febrero contra el Barakaldo. "Llegó con 16 años y se le veía que era un niño. Era muy vergonzoso y calladito, y no hablaba español", agrega Álex Craninx, excompañero del noruego.

En mayo de ese mismo año, vivió su primera vez en el Bernabéu al sustituir a Cristiano Ronaldo en la última jornada de Liga frente al Getafe y, con 16 años y 157 días, se convirtió en el jugador más joven en debutar en la competición doméstica en la historia del club blanco: "Su calidad era indiscutible... Le veías entrenar y parecía que estabas viendo highlights 24/7 porque tiene una zurda privilegiada. No nos extrañaba que entrenase casi siempre con el primer equipo porque tenía más calidad que el resto y era lo normal, todo el mundo lo sabía y reconocía. Era una suerte cuando bajaba a entrenar o a jugar con nosotros".

Su rendimiento en el Castilla

Aunque todo el mundo sabía de su calidad ("era delgadito, pero se le veía diferente y nos sorprendió mucho los primeros días"), considerado uno de los jóvenes más prometedores de su generación, la del 98, su rendimiento en Segunda B no fue todo lo decisivo que se esperaba. "Al final, es una categoría muy complicada en la que igual ese tipo de futbolistas no lucen tanto y les cuesta más... Además, recuerdo que los rivales eran complicados, porque jugabas contra gente muchísimo más mayor y experimentada que tú", coinciden Marcos Legaz y Álex Craninx, que recuerdan a un Odegaard "todavía por hacer", pero con unas condiciones de "megacrack".

Aunque aterrizó en el Castilla durante el mercado de invierno de 2015 y consiguió participar en 11 partidos con el filial esa temporada, convirtiéndose en uno de los futbolistas más destacados del conjunto dirigido por Zidane, no materializó su superioridad en goles y asistencias: "Era muy delgadito, mucho, y yo creo que aunque eso no fue decisivo, sí le impidió tener más consistencia en cifras goleadoras o asistencias. Para mí fue un error hacerle jugar en Segunda B, porque es una categoría muy complicada. Es que normalmente los buenos no brillan ahí".

Del mismo modo, la barrera del idioma, sumada a su forma de ser, "callado y muy tranquilo desde que llegó", le impidió relacionarse con todos sus compañeros. Eso sí, mantuvo una relación especialmente cercana con Lienhart, ahora en el Friburgo, y con Reguilón, futbolista del Tottenham. "Le gustaba mucho el asador argentino De María... Cuando lo descubrió, porque yo también iba mucho con mi familia, le encantó. Tenía muy buena relación con Lienhart y Reguilón e iban una vez a la semana, se ve que le gustó", añade Craninx, que pidió consejo al noruego cuando el Molde se interesó en él ("le pregunté y me dijo que era un fútbol que estaba creciendo, que era una buena opción").

Odegaard, Enzo Zidane y Lienhart. INSTAGRAM
Odegaard, Enzo Zidane y Lienhart. INSTAGRAM

Dos años después de enfundarse la casaca blanca por primera vez, en el mercado invernal de 2017 puso fin a su etapa en el Castilla y recaló en el Heerenveen de la Eredivisie a préstamo. También en calidad de cedido probó suerte en el Vitesse y en la Real Sociedad, donde terminó de recuperar sensaciones y se reencontró con el fútbol que le permitió aparecer en el radar de clubes de las cinco grandes ligas con sólo 15 años. En el cuadro txuri-urdin brilló ("no te sorprende que la rompa en la Real porque le has visto entrenar") y, aunque su futuro no estaba del todo claro, regresó a un Real Madrid en el que la competencia en la sala de máquinas siempre ha sido feroz.

Precisamente por eso (competencia feroz y dificultad para sumar minutos cada semana), ese mismo verano, el de 2020, cambió de aires y firmó por el Arsenal con un único propósito: disfrutar de un rol protagonista y de líder. El cuadro gunner, en el que ahora es feliz y ostenta el brazalete de capitán, se lo garantizó, a diferencia de un Real Madrid en el que, por aquel entonces, todavía figuraban rostros como el de Kroos, Casemiro e incluso Isco. "Irme fue la decisión correcta", resumió el noruego hace un par de años, preguntado sobre su inesperada y para muchos temprana salida del conjunto merengue, sin apenas protagonismo en el primer equipo, más allá de amistosos en pretemporada 2020-21.

Un contrato de estrella que «no sorprendió»

Para algunos de sus excompañeros en el Castilla, el contrato del noruego "no sorprendió", aunque abordaba aspectos que le catapultaban un escalón por encima del resto. Según publicó El Mundo en 2015, Odegaard firmó un contrato de tres temporadas a cambio de 10,5 millones (más de tres kilos al año) con el Real Madrid. Del mismo modo, el mediapunta dispuso de habitación de primer equipo y podía embolsarse hasta 50.000 euros si sumaba minutos con los 'mayores'. Esas condiciones, superiores a las del resto de integrantes del filial, dejaron entrever la complicada y trabajada negociación que jugador y club protagonizaron, sin olvidar la presencia de otros equipos de renombre que también siguieron de cerca al de Drammen en el momento de su irrupción.

El bonito gesto de Odegaard tras la victoria ante el Real Madrid.

Entre subidas exprés al primer equipo, comidas en el De María con Lienhart y Reguilón, y cesiones en busca de rodaje, Odegaard no cuajó en la disciplina blanca. Algo que sí ha logrado en el Arsenal, ya como interior y capitán, rival de los de Ancelotti este miércoles en el Bernabéu (21:00), en la vuelta de los cuartos de final de la Champions (la ida finalizó con un 3-0 en el marcador del Emirates). El noruego, ahora, volverá a un estadio en el que siempre se le auguraron grandes noches. Lo hará, eso sí, como visitante, con la siempre complicada tarea de neutralizar la mística que acompaña al Real Madrid y a sus futbolistas en la máxima competición continental.