MANCHESTER CITY - REAL MADRID

El Barça tiene la culpa de la última baja en el Manchester City de Pep Guardiola

Este mes de febrero los blaugrana 'ficharon' a Dani Codina, que se encargará de que a los de Hansi Flick no les falte de nada.

Pep Guardiola celebra la victoria en FA CUP en campo del Leyton Orient./AFP
Pep Guardiola celebra la victoria en FA CUP en campo del Leyton Orient. AFP
Lu Martin

Lu Martin

El Manchester City llega al partido contra el Real Madrid con dos bajas en la pizarra: el noruego Oscar Bobb, renqueante aún después de cinco meses de baja por la intervención quirúrgica a la que fue sometido a mediados del pasado mes de agosto, tras lesionarse durante un entrenamiento antes de comenzar la temporada y, claro, la de Rodri, ultimando su camino de vuelta a los terrenos de juego tras haber sido operado de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que le afectó al menisco anterior.

Por otro lado, el portero brasileño Ederson ya está en disposición de ser alineado. Resulta gratificante para el entrenador saber que la enfermería se ha vaciado después de ver cómo llegó un momento en que había más gente pidiendo tanda para el tratamiento por las mañanas que cola en las barras de Revolución de Cuba, el bar que marca el pulso nocturno los miércoles en Mánchester entre la gente posh –pija- incluidos los futbolistas de la comarca. Pero, de hecho, la última baja que asume Pep antes de medirse al Real Madrid con su City, aunque no metía goles, jugaba un rol importante y desde hace una semana, no puede contar con él. Responde al nombre de Dani Codina Serra y se lo ha robado el Barça.

Nació en Barcelona, en el barrio de Sant Gervasi, y de pequeño su ídolo era Guardiola. La semana pasada se despidió de Pep en la CFA de Mánchester, donde ha trabajado durante los tres últimos años de su vida. Él también tiene la culpa de que el City haya ganado tres Premier League, una Copa de Europa o dos FA Cup, aunque no aparezca en muchas fotos. De hecho, es frecuente que en los clubes se tenga constancia de que más allá de quienes aparecen bajo los focos los éxitos tengan nombres y apellidos más o menos desconocidos para la gente, para los aficionados, caras que solo reconocen aquellos que a diario conviven con ellos, esos que cada mañana llegan a la ciudad deportiva y son tratados como reyes para que no les falte de nada, para que no tengan excusas si fallan un pase, se comen un centro o rematan fuera a puerta vacía. Ellos, los héroes, pueden fallar goles y pases, pero la camiseta tiene que estar bien doblada, puto inútil.

Por supuesto, los títulos al final los ganan quienes preparan tácticas, especialmente si son genios, como Cruyff o Guardiola, que eso no se discute, que para algo han cambiado la historia del fútbol. Son de quienes fichan y 'desfichan', del que toma decisiones, de los que aprueban presupuestos de millones de euros, y claro del que mete goles trascendentales, tan trascendentales, por ejemplo, como el de Rodri, el actual Balón de Oro, en Estambul, para ganar la Copa de Europa vestido de skyblue, o los goles que ayudaron a conseguir el treble al City con el brazalete puesto, un tal Gündogan, el alemán de origen turco que levantó la Champions en la capital otomana, esa ciudad donde el Bósforo une dos civilizaciones.

Pasó en el Dream Team, por ejemplo, cuando Johan Cruyff dio la alternativa en el primer equipo a Carlos Naval como delegado; venía del Mini, del filial. Lo hizo con futbolistas bien es cierto, algunos que también llegaron de La Masia, de la casa, como Naval, y otros que encontró en esos vídeos que le llevó a Amsterdam Joan Patsy, entonces redactor de deportes TV3, hoy miembro del área deportiva del City Group. Y así pasó con el City de Guardiola, por supuesto, que ha perdido desde el pasado 1 de febrero a uno de esos profesionales que no sale en la foto, pero ayuda a que las fotos existan.

Girona, Manchester, Barcelona

Socio del Barça, algún indocumentado le llamó "un conseguidor" cuando anunció su fichaje. Pero resulta que Dani Codina es mucho más, por currículo y por el encargo que viene a desarrollar. Habla cuatro idiomas, es abogado, licenciado por la Pompeu Fabra, y tiene un master de dirección y gestión de empresas deportivas; trabajó en un prestigioso bufete de abogados de Barcelona y en el departamento jurídico del Banc de Sabadell antes de que en marzo del 2016 el City Group aceptara su solicitud para una beca en las oficinas del grupo en Londres para trabajar tres meses; se quedó esos tres meses y dos años más valorando activos del grupo con la intención de rentabilizarlos, en uno de esos departamentos de negocio del conglomerado de clubes que lidera Ferrán Soriano. De allí aceptó la oferta para irse a Girona, en julio del 2018, donde ejerció de delegado y, como sucede en el Girona, hizo un poco de todo en el área de la gestión deportiva. En junio del 2021 le reclamó el City y para Mánchester que se fue, hasta que ha hecho las maletas y ha vuelto a Barcelona para trabajar en el Barça.

Pero una de las condiciones para que el City aceptara su marcha a media temporada es que dejara cubiertas y programadas las necesidades del equipo en Estados Unidos para la disputa del Mundial de Clubes, que se desarrollará en un nuevo formato. Desde su incorporación al departamento que lidera Manel Estiarte, que forman doce personas -trece si contamos la ayuda del informático que es prácticamente permanente- ha demostrado su capacidad y eficiencia sobradamente. "Obviamente, sabíamos que algún día tendría una oferta y la aceptaría, es normal, porque la gente quiere progresar y si son buenos, como lo es él, al final vuelan", advierten en los despachos del City, donde las puertas, en cualquier caso, dicen que siempre estarán abiertas para él. De hecho, al recordarle en la CFA hablan de un profesional "espectacular" y de un chaval "majo y discreto".

No se repetirán los problemas de Gündogan en Barcelona

Dicen que las del Barça las empezó a abrir Gündoğan cuando llegó a Barcelona y sufrió el nivel del departamento de apoyo al jugador. Fue el ex jugador del City quien le puso el cascabel al gato. A partir de ahí, el Barça contactó con Marc Boixasa, otro ex trabajador del City, que pasó por el Burnley de Kompany y actualmente está enrolado en el Al Hilal. Llegó a reunirse con emisarios del FC Barcelona de los que nunca más se supo. A poco de iniciarse la temporada, Bojan se reunió con Codina y este se lo comunicó al City. Cuando llegó la contraoferta de Mánchester, ya era tarde porque definitivamente había decidido aceptar el reto de impulsar la oficina de atención al futbolista en el Barça, que existir existía, pero era un absoluto desastre. De hecho, la lideraba Joel González, que ha sido enviado al Palau, ex karateca olímpico amigo personal de Enric Masip, el ex jugador de balonmano y asesor del presidente. "Mejor no preguntes razones", dicen en las oficinas.

Codina no era un desconocido para muchos empleados del Barça, porque de los enfrentamientos con el City había generado trato profesional. Y eso es una de las cosas que más se destacan de él en Mánchester, donde siempre tuvo más amigos de puertas adentro de la CFA que fuera. No era muy habitual en las fiestas de los "catalanes" de la ciudad, pero sí tuvo muy buen trato con el grupo de atención al futbolista que dirige Estiarte, donde su trabajo ha sido siempre muy valorado. Y no es que su faena fuera fácil porque tocaba mil palos, todos vinculados con el primer equipo y especialmente con el staff y con los jugadores del primer equipo.

En el Barcelona tendrá más vínculo con el vestuario de los players que con la organización de desplazamientos. De momento está empezando a tomar situación y aseguran en el club, los que han venido trabajando con Codina durante la pasada semana, que a ratos mira por la ventana y sonríe: "No sabéis lo que es esto", suele decir. Esto es el sol, claro. Y es que si algo se añora cuando vives en Mánchester son mañanas con sol... y tardes que a las cinco no sea de noche, claro. Pero seguramente hay más razones por las que Codina va a trabajar en el Barça.

Sabe que hay un reto profesional importante y sabe también que a partir del 3 de febrero, cuando empezó a trabajar para el Barcelona, cuando tenga una mañana libre, si las tiene porque trabajo le espera en el club y mucho, podrá salir a navegar. No en vano, es una de las cosas que más feliz le hace, navegar. Estuvo a punto de clasificarse para ser olímpico en la bahía de Weymouth, en los JJ.OO de Londres 2012, en clase 49'er. Y además, podrá ver a Lali, su compañera, con mayor frecuencia que cuando vivía en Mánchester. Aunque solo sea por eso, Guardiola sabe que esta baja contra el Madrid deberá darla por buena.