Xavi pide al vestuario... que sean Xavi

Posiblemente muchos culers habrían firmado el 1-1 antes de empezar el partido en el Diego Armando Maradona de Nápoles. Sin embargo, las fases de dominio del Barcelona, el buen juego y el gol encajado terminaron dejando una sensación agridulce. Xavi abandonó Italia algo disgustado, sabedor de que el fútbol mostrado tendría que haber sido suficiente como para plantarse a la vuelta en Montjuïc con un resultado favorable. El Barça volvió a evidenciar que no es capaz de cerrar los partidos.

"Estoy contento de lo que hemos mostrado a Europa, pero nos falta madurez. Hemos elegido mejor, pero nos falta pausa y veteranía", comentó el entrenador. Fue una de las mejores puesta en escena de su equipo en los últimos meses. El plan estaba saliendo según lo previsto. Gran presión a la salida del Nápoles y las ideas muy claras a la hora de acercarse a Meret. Pedri y Gündogan recibieron en el cuadrado en múltiples ocasiones. También faltó eficacia en las áreas, otro asunto sin resolver por hacer del Barça de este curso.

Apuntó Xavi que lo que necesitaba el equipo con el marcador a favor era controlar el partido. "Y hemos sufrido. No hemos estado efectivos, es un resumen de la temporada", señaló. La raíz del problema es evidente y la comparten todas las partes, pero el equipo sigue sin encontrar una solución.

Lo que necesita este Barça es un Xavi, aquel jugador capaz de congelar los partidos y aletargarlos, de alejar el balón del rival y dejar pasar los segundos. Y los tiene en Gündogan, Pedri o De Jong, por lo que la ecuación guarda más incógnitas. Si en Liga el problema ya es visible, Europa lo hace todavía más evidente. El sábado, por cierto, visitará Montjuïc un Getafe que obligará al Barça a ser todavía más pulcro con balón.

"La sensación es amarga, creía que podíamos ganar el partido. Hemos jugado bien, excepto algunos minutos. Después del 0-1 nos ha faltado orden con la pelota. Me queda sensación amarga", comentó Xavi. La hipótesis apunta a la mentalidad, a un espíritu competitivo cuyo techo el equipo se resiste a alcanzar. O lo que es lo mismo, lo que llevó al Barça de la temporada pasada a ganar LaLiga.

Insistió el entrenador en que a sus hombres les faltó "competir y calmar el partido con el 0-1". "Teníamos que haberlo dormido, pero esto es la Champions y en su primer tiro a puerta han hecho gol", apuntó. Fue el único tiro entre palos de los locales. El problema está localizado, falta lo más complicado que es resolverlo. Deberá cerrar la eliminatoria en un Montjuïc que todavía no sienten del todo como suyo. "Si antes estaba la eliminatoria 50-50, ahora estamos 51 a 49 a nuestro favor por el hecho de jugar en casa", cerró el técnico.