El Bernabéu se planta contra Ultras Sur tras los ataques en Braga

"Fuera violentos de los estadios". Con esa pancarta, desplegada por la grada de animación del Real Madrid, empezó el partido contra el Sporting de Braga. Se trata de una protesta promovida por diferentes peñas con la que se busca denunciar la violencia en los estadios después de lo sucedido con los Ultras Sur en la ciudad portuguesa hace solo dos semanas.

Junto a esta pancarta, los aficionados de ese sector se quedarán sentados durante los primeros cinco minutos del encuentro. Todo para pedir que se tomen medidas contra los ultras y que desaparezcan no sólo de la afición del Real Madrid, sino de toda Europa.

Justo se reactivaron para animar a Lunin y molestar a Djaló durante el lanzamiento de un penalti tempranero de Lucas Vázquez señalado por el árbitro. Los aficionados de la grada fans se pusieron de pie y pitaron todo lo que pudieron. El ucraniano paró la pena máxima y acabó escuchando como coreaban su nombre.

Aficionados del Madrid desplazados a Braga sufrieron el ataque de miembros del grupo Ultras Sur, echado del estadio blanco pero que todavía sigue vigente y aprovecha las salidas del equipo por Europa para poder verlo en directo. En Portugal amenazaron a miembros de las peñas que conforman la grada de animación, a los que llevan años amedrentando o incluso agrediendo.

La policía portuguesa, sorprendida por la aparición de estos ultras sin aviso previo, hizo lo que pudo para controlarlos. Sobre todo, en el estadio, con importantes cacheos antes de entrar y tratando de separarlo del resto de seguidores en las gradas con un cordón de seguridad. Aún así, no pudo evitar algún que otro altercado leve que, por suerte, no pasó a mayores.

La afición del Braga se hizo notar en el estadio. Unos 4.000 aficionados se desplazaron desde Portugal para vivir una ocasión histórica, su primera visita al Bernabéu. Su acceso se dio sin incidentes aunque, después de los problemas contra Union Berlin, se aumentó la seguridad. Según el equipo portugués, otros 500 hinchas viajaron sin ticket para vivir su fiesta particular por las calles de Madrid.