Ancelotti y Benzema hablan de "final" contra el Liverpool tras los dardos de Florentino
Pese al 2-5 de la ida en Anfield, los líderes de Valdebebas inculcan en el vestuario que espera otra guerra y que no hay nada hecho.

Quien espere ver mañana rotaciones o un Real Madrid dosificando los esfuerzos de cara al Clásico del próximo domingo, se llevará una sorpresa. Carlo Ancelotti y Karim Benzema han empezado la semana en Valdebebas con la corneta en la mano. Ayer, las risas y el relax habituales tras la última victoria en LaLiga, sólo dos días antes, se convirtieron en un ejercicio de concentración máxima de cara a la importante semana que se avecina.
Pese al 2-5 de la ida de octavos de final de la Champions en Anfield, el entrenador y el capitán blanco se han conjurado, dada su estrecha relación, para que no haya nadie relajado frente al Liverpool. Y parece que la estrategia ha calado. Preguntes donde preguntes a estas horas en Valdebebas, el mensaje es el mismo: "Jugamos la primera final de la temporada". Con LaLiga complicada y la Copa en el aire, la plantilla vuelve a agarrarse una vez más a la Champions.
Las experiencia de las últimas temporadas, en las que el Santiago Bernabéu se acostumbró a remontadas históricas de otra época o a sustos inesperados, ha puesto las orejas tiesas a todo el vestuario. De hecho, según varias fuentes consultadas, en el entrenamiento de ayer hubo muchísima intensidad en el partidillo, más de la habitual para una previa, con Benzema totalmente recuperado de sus problemas en el tobillo y con algún que otro reserva del último partido con cara de pocos amigos por las alineaciones... Todo el mundo quiere jugar estos encuentros decisivos, así que el cuerpo técnico está encantado.
La preparación del encuentro, a pesar de que la eliminatoria parece encarrilada, se ha realizado sin modificar ninguna rutina. Ancelotti no quiere saber nada, por ahora, de los vídeos del Barça que le preparan sus analistas. Y prefiere ni oír hablar del 'Caso Negreira' y las polémicas. Sólo tiene en mente a Salah y compañía. Hasta el punto de que en la última sesión de preparación insistió en los movimientos tácticos, con la obsesión de que el partido no sea un correcalles, y en la estrategia. Alaba fue el único futbolista que se ejercitó al margen de este clima de máxima tensión.
La rutina no se toca
El italiano terminará de perfilar hoy la alineación, con el mejor once posible, como quiere y le pide Florentino Pérez cada vez que puede, a la espera de que los tocados confirmen que están en condiciones. El presidente torció el morro con lo que vio en el último derbi (1-1) y volvió a desilusionarse con el rendimiento del Madrid en la ida de las semifinales de la Copa ante el Barça (0-1). Por eso, unas veces bajando al vestuario y otras mediante almuerzos más cercanos, no deja de transmitir que este mes es fundamental y que tienen que jugar los mejores en las grandes noches.
Y la de este miércoles lo es. Por eso mañana, el equipo se concentrará en Valdebebas a las 12:00. Y en las nueve horas que les separará de un partido crucial en el curso, los jugadores lo vivirán como si el resultado de Liverpool no existiese. Un cuarto de hora después de la quedada, habrá sesión de vídeo con los últimos detalles. Más tarde, ejercicios de activación y un rato para, los que lo necesiten, pasar por última vez por las manos de los fisioterapeutas. Después, comida y la reparadora siesta antes de poner rumbo al Bernabéu a eso de las 19:00 horas.
Este Liverpool, a ojos de la mayoría, está rendido porque su temporada está siendo un desastre. Viene de perder ante el colista. Ancelotti, sin embargo, no está para bromas: se conoce de memoria la plantilla red, es consciente de que Klopp planteará un duelo a tumba abierta, con toda su pólvora al ataque, y sabe que ha sido capaz de lograr cuatro resultados esta campaña que le empujarían inesperadamente a los cuartos.