REAL MADRID, CAMPEÓN

Lo de Carvajal se explica a través del estado de whatsapp que tuvo durante tantos años

El MVP de la final, seis Champions levantadas, pasó por un camino llenó de obstáculos.

Carvajal, con el trofeo de la Champions./REUTERS/Lee Smith
Carvajal, con el trofeo de la Champions. REUTERS/Lee Smith
Hugo Cerezo

Hugo Cerezo

Si Carvajal leyera estas líneas, seguramente sonría al recordar lo que le pasó en una piscina natural en el verano de 2010, aunque en aquel momento se quisiera morir. Se fue de fin de semana con su grupo de amigos, el mismo que mantiene a día de hoy, algunos de los cuales estaban en Wembley. Y en uno de los chapuzones se abrió una herida en el pie que le impidió viajar con el primer equipo a la gira de Estados Unidos. Se le cayó el mundo encima. Hoy, el mundo está a sus pies.

Seguramente fue el primer revolcón de los muchos que ha sufrido durante tantos años en el Madrid. Aquellos años de Juvenil y Castilla, entre 2009 y 2012, fueron agridulces, pero ayudan a explicar la "determinación" con la que ha tocado el cielo tantas veces. El destino quiso que fuera el MVP de la final, heredero de Ramos marcando goles de cabeza en finales de Champions, delante de José Mourinho, el entrenador culpable de que Dani no sea un 'one club man'. El consenso era total en el club. Tras el ascenso del Castilla a Segunda en 2012, el lateral ya estaba para jugar en el primer equipo. El portugués se negó y Dani se tuvo que ir de Erasmus a Leverkusen. "Fue oportunista", zanjó Dani tiempo después.

Su lema en redes y WhatsApp por aquel entonces era un mantra que mantuvo varios años. "Persiguiendo un sueño que voy a conseguir". Porque su empeño siempre fue el de jugar en el Madrid. Se marchó tras 10 años sin debutar con los mayores, cuando Mourinho repartía estrenos con ligereza entre sus compañeros. Hasta Pedro Mendes, un portugués recién llegado, se estrenó antes que él. Al año siguiente se fue Mou y el Madrid lo recuperó. Ese primer año ganó la Décima como titular, pero Del Bosque no se lo llevó al Mundial de Brasil. Ramos no lo entendía. Carva siempre tuvo piedras en el camino.

Tras imponerse a Arbeloa le ficharon a Danilo, que, incluso, llegó a sentarle ocasionalmente, porque claro, no se ficha a un brasileño de 40 millones para tenerlo en el banquillo. Después se gastaron prácticamente lo mismo en Odriozola. Achraf vio claro que era mejor irse que pelear con el que ya es mejor lateral derecho de la historia del Madrid. Y ahí estuvo siempre Carva, superando etapas más oscuras, cuando las lesiones no le dejaban respirar. O cuando se le detectó una pericarditis que le asustó de verdad. "Tuve miedo; te planteas que pueda ser crónico y tengas que dejar el fútbol", señaló.

Dijo Carvajal ayer que cerró el círculo, como solo lo pueden abrochar los elegidos. Él puso la primera piedra de Valdebebas, cuando era rubio y le comparaban con Salgado. En la primera convocatoria con Mou para un partido con el Lyon, la foto salió del baúl de los recuerdos y el luso le vaciló en el comedor preguntándole '¿seguro que este eres tú?'. En su casa, bajo el suelo, hay una piedra que recuerda la fecha de aquel hito, que tanto sentido da a lo que es la cantera madridista.

Pero al círculo le quedan todavía trazos para unir los dos puntos que se abrieron hace más de 20 años. Porque Dani tiene 32 y Modric acaba de ganar la sexta con 38. Ambos serán, por cierto, los capitanes de la próxima temporada cuando se confirme el adiós de Nacho. Pitó el árbitro y 'Carva' lloró de alegría, como en Lisboa, y no de pena, como en San Siro y en Kiev, donde se lesionó en las finales contra Atlético y Liverpool.

En la sala de prensa de Wembley se refería a su familia y dos hijos, emocionado como el padre al que sus pequeños ven triunfar en el césped. Cuando crezcan, Carva les contará todo lo que cuesta llegar. Y mantenerse, que es incluso más complicado. Porque nunca dejó de perseguir su sueño. La cosa es que los sueños en el Madrid nunca se acaban. Se persiguen cada temporada, cada partido, cada entrenamiento. Tarde o temprano, será el primer capitán. Y la leyenda continuará, porque el círculo, 'Carvaluti', todavía no está cerrado.