ANÁLISIS DE LA JORNADA

El Atleti se estrella contra su historia y la MNM del PSG comienza a volar

En la última jugada, con el partido acabado, Carrasco falló un penalti; Saúl cabeceó al larguero y el propio Carrasco sacó el remate de Reinildo... que iba dentro.

Carrasco falló un penalti en el descuento./Getty Images
Carrasco falló un penalti en el descuento. Getty Images
Enrique Ortego

Enrique Ortego

Tras su quinta jornada, la Champions perfila sus clasificados para los octavos de final. Pocas sorpresas, pero dos morrocotudas y una tampoco esperada, la del Atlético. Fuera el Barcelona y fuera la Juventus. Incomprensible se antoja lo de los italianos, salvo que veas jugar regularmente a los de Allegri. Entonces sí encuentras explicación de por qué va octavo en la Serie A a 10 puntos del líder (Nápoles) y por qué se podría quedar incluso sin clasificarse para la Europa League si el PSG asalta su estadio en la última jornada y el Maccabi Haifa, en su casa, le arranca un punto al Benfica. Juega horrible.

La sensación goleadora de la jornada se vivió en París, donde el PSG avasalló al equipo israelita de la mano de sus tres tenores. Más allá de sus siete goles, su juego ofensivo sonó a sinfonía futbolística. Messi, Neymar y Mbappé comienzan a jugar entre ellos con los ojos cerrados. Como era presumible, al Barça se le esfumó la ilusión del milagro en pocos minutos y el Atlético no supo ni aprovechar un penalti con el partido concluido. Una muesca más para su controvertida historia. El Pupas no se quiere morir nunca.

LA MNM

📀 Mi 'bonus track'

Más vale tarde que nunca. Quince meses después de cohabitar juntos parece que, por fin, Messi, Neymar y Mbappé hablan el mismo idioma. Galtier ha encontrado la tecla que no encontró Pochettino y, con la última vuelta de tuerca que ha dado a su PSG, sus tres delanteros comienzan a volar por sí mismos y en bandada: 40 de los 50 goles de los suyos en lo que va de curso. Comenzó la temporada abrochado a una defensa de tres elementos que se completaba con los dos laterales incorporados a centro del campo y la MNM arriba (1-3-4-3). El equipo ganaba, pero los tres tenores no eran felices. Mbappé, el más crítico, se quejaba de jugar por el centro, de espaldas y demasiado arriba. A Neymar no le gustaba tirarse a la izquierda y alejarse del eje del juego; mientras, Messi se quejaba menos y jugaba más (11 tantos y 12 pases de gol). Desde hace tres partidos, Galtier ha pasado a un elástico 1-4-3-1-2 y sus tres estrellas parecen satisfechas. Messi, que arranca desde la derecha y Mbappé, que lo hace desde la izquierda, unos metros más adelantados que Neymar, que fluye por el centro. Conjunción perfecta. Contra el Maccabi, el brasileño, un gol, le dio 20 pases al argentino y nueve al francés; Leo, dos tantos, facilitó 15 a Junior y cinco a Kylian; y Mbappé, otros dos tantos, encargó seis para Messi y 14 para Neymar. Todos contentos.

Mbappé, Neymar y Messi celebran un gol. Getty Images
Mbappé, Neymar y Messi celebran un gol. Getty Images

BENFICA

⚽ Tiene flow

Suele pasar. Las crónicas hicieron más hincapié en la debacle de la Juventus que en los méritos de su verdugo directo. Un Benfica que ganó los dos partidos a los italianos, no perdió ninguno de los dos contra el PSG, sendos empates, y que lidera la Liga portuguesa con nueve victorias y un empate. No han perdido los de Roger Schmidt en lo que va de curso. El alemán ha caído de pie en Da Luz y su equipo, además de ganar, juega bien al fútbol. Que se lo digan a Allegri. Desde un científico 1-4-2-3-1, el Benfica vuela en ataque. Cuando ves al equipo, los ojos se disparan hacia el número 13, Enzo Fernández, el cerebro indiscutible, y hacia el 27, Rafa Silva, el enganche que lo hace tan bonito como eficaz. El primero, argentino, 21 años, en la órbita verdadera y real del Madrid hasta que este verano pasado el Benfica pagó a River los 20 millones de su cláusula, huele a titular en el Mundial con la albiceleste y a traspaso sonado a final de esta emporada. El segundo, 29 años, es un mago con el balón en los pies, goles de tacón incluidos. Tampoco conviene olvidarse del español Grimaldo, que queda libre el 30 de junio. Un lateral (27) de largo recorrido con mucho pase de gol.

CAMAVINGA

🤦 ¡Vaya día!

En un día propicio para experimentos desde el punto de vista de tu propio equipo, pero peligroso si tenías en cuenta el potencial ofensivo del contrario, Ancelotti comenzó el partido en Leipzig con una pequeña variante táctica en el centro del campo. En lugar de jugar con un mediocentro y dos interiores, salió con dos mediocentros (Tchouameni-Kroos) y Camavinga por delante. El triángulo al revés. No terminó de funcionar y cambió, sobre la marcha, a lo de siempre. Dos razones explican por qué el experimento no salió bien. Kroos, demasiado hundido y escorado a la izquierda, como cuando tenía que guardar la espalda de Marcelo, no se hizo con los mandos del juego y Camavinga, que debía aprovechar su físico para salir a la presión lo más arriba posible, no encontró su espacio y se dispersó corriendo detrás del balón y de los contrarios. Es una evidencia que el joven francés, en clara fase de aprendizaje y mejora, rinde más cuando sale sobre la marcha que cuando es titular (seis partidos). Se pierde menos, concreta más y su energía es más efectiva con el rival ya desgastado. La suerte de Camavinga es que tiene a su lado al mejor catedrático que podría tener: un italiano que domina la pizarra y conoce la demarcación de centrocampista como pocos porque jugó en ella. A Camavinga habrá que saber esperarle. Paciencia.

BAYERN

👀 Da igual cuando lo leas

El Bayern nunca ha hecho amigos. Es su gen, su historia. No tiene muchas amistades en la Bundesliga porque le quita a sus clubes rivales todos los jugadores que puede y más y tampoco en Europa porque siempre ha tenido un toque de soberbia malentendida. Posiblemente, era el peor rival que se podía encontrar este Barça deprimido por su eliminación antes de comenzar a jugar porque no iba a tener compasión. Todas las carencias azulgranas quedaron al descubierto. Xavi insistió en el cuarto centrocampista, pero nunca encontró la superioridad numérica que buscaba. A Pedri le cuesta partir desde la banda y echa de menos el eje del juego. Ante un enemigo mandón, el equipo de Xavi se echó atrás y se confió al contraataque. Repliegue en lugar de la presión alta tan cacareada. Defensa por acumulación en lugar de por posesión. Nada que hacer. Ni con el zafarrancho final en el que Xavi acabó con cuatro delanteros: dos extremos y dos delanteros centros. Ni un remate a puerta en todo el partido.

ATLÉTICO

🗣️ Se ha dicho...

La jugada de la Champions 22-23 se vivió en el Metropolitano. Es imposible que se dé otra igual en lo que queda de competición. Un penalti buscado con lupa por el VAR con el partido finalizado le daba al Atlético la posibilidad de seguir vivo hasta Dragao. Pero no. Tres ocasiones en una. El lanzamiento sin confianza de Carrasco -¿por qué no tira el penalti Griezmann?-, el cabezazo de Saúl que se estrelló en el larguero y el tercer remate de Reinildo... que iba dentro y sacó, sin querer, claro, el ya desconsolado futbolista belga. Era evidente de que no era la Champions del Atlético, aunque en la segunda parte pudo ganar. Demasiados deberes sin hacer. Simeone le dio mil vueltas a su equipo. Además de los cinco cambios, el último el de Joao Félix, múltiples variaciones de posicionamiento. Defendió con cuatro, con cinco, con tres y acabó con los dos mediocentros del principio (Witsel y Kondogbia) de centrales. Atacó con uno, con dos, con cuatro y hasta con cinco. En todo momento le faltó creer en sus centrocampistas.