Otro verdugo para la lista negra del Atleti: ¡el portero Provedel empató en el 95!

El fútbol va de sensaciones y resultados. Hasta el minuto 94, el Atlético de Simeone justificaba el fin de este deporte, la victoria, pese a que durante diferentes tramos del encuentro careció de ideas, pecó de conformismo y sufrió como siempre. Los rojiblancos acariciaban el triunfo y cicatrizar, a su vez, la herida de Mestalla, pero en el minuto 95 el portero de la Lazio, Provedel, les devolvió a la realidad. La suerte en el fútbol es un arte que no trabaja el Atleti. No. Un palo, como con el que se estrelló Morata en el minuto 65. Ya lo vimos el año pasado con el penalti de Carrasco u otras desgracias más pretéritas que no viene al caso recordar...

Si puede suceder una tragedia al Atleti, sucede aunque no vistan en esta ocasión de verde. Y esa llegó en el 95', con 24 segundos sobre el tiempo añadido ya por el árbitro, tras un mal despeje de Saúl y con una falta anterior al córner a Correa no señalada; en ese momento se produjo el milimétrico centro de Luis Alberto para que el portero italiano se disfrazara del mismísimo Christian Vieri y marcara de cabeza el 1-1. Dos puntos menos para el Atleti y otro croché al mentón. No fue un KO, pero casi. Durante 67 minutos habían aguantado estoicamente el gol de Barrios, incluso convirtiendo en más héroe a Provedel, que hizo dos paradones a Morata (66') y Lino (70'). Lo peor es que acabaron tocados Barrios y Witsel y en cinco días, más las otras seis bajas que tiene el Cholo, el Atlético recibe al Real Madrid en el Metropolitano.

A priori, la Lazio es el rival más fuerte del grupo E junto al Atlético de Madrid. Pero acabar los 10 últimos minutos de partido, más el descuento, encerrado en campo propio es de equipo pequeño; y lo de no agotar los cambios (con Azpilicueta y Galán en el banquillo) resultó sorprendente. La mala suerte vino en el 95', pero antes, en el 55', Immobile desperdició el regalo de Oblak, que volvió a fallar en la salida de balón del equipo con los pies. Eso sí, el esloveno emendó el error con uno de también sus habituales paradones. El fútbol son momentos. Ese error y un hipotético gol del '17' de la Lazio habría derrumbado el castillo de naipes rojiblanco. El fantasma de Mestalla y el inminente derbi a la vista habrían hecho el resto para machacar la cabeza de los futbolistas del Atlético. Pero no. Oblak aguantó hasta el minuto 92, cuando realizó una estirada que parecía sostener el 0-1. Pero en el 95' apareció la cabeza de Provedel para volver a despertar los peores fantasmas... El peor guardameta de toda Europa en goles evitados hasta el momento, según @atletico_stats, y que hasta los 15 años había jugado como delantero, entró en esa lista negra de verdugos colchoneros (el año anterior fue Hrádecky, el guardameta del Bayer).

Qué 'Kamada' tiene el Atleti con Pablo Barrios. Su gol, con la colaboración del japonés, viene a ser uno de esos árboles (solución de la casa) que nos impide ver el bosque (el problema que existe en el centro del campo). El Atlético saltó al Olímpico de Roma con las novedades de Saúl (por Lemar), Lino (por Riquelme) y Nahuel (por Azpilicueta). Si bien el equipo salió los primeros cinco minutos con otra actitud respecto a Mestalla, los pupilos de Diego Pablo Simeone se mostraron carentes de ideas en el centro del campo. Pablo Barrios jugaba solo en el desierto. Bastante bien salió ese chut en el 28' para colocar el partido donde quería el Cholo. Su gol no fue un golazo, pero es un mensaje en general para todo aquel que quiere ser futbolista (o lo que sea): no venirse abajo e intentarlo siempre, aunque parezca imposible. Esa fe del '24' permitió al Atleti plantear el partido de otra manera. Ahí ya no participó el canterano, por un problema muscular, pero se convirtió en el arquitecto de lo que parecía triunfo balsámico.

Tiene siempre el mono de trabajo, pero este curso todavía no ha mostrado el punto de finura. No le ocurrió como a Morata o Lino, que se chocaron con intervenciones estratosféricas de Provedel en la segunda mitad. No. El pase que le dio Llorente en el 56 era medio gol para el francés en otras circunstancias. Pero en el Atlético el viento nunca sopla a favor, aunque el partido en la segunda parte estaba donde justo quería Simeone: con las llegadas de Lino y Molina como cuchillos por las bandas para que Morata y Griezmann mataran el partido. No pudo ser porque el galo no está fino. La mala suerte hizo el resto, por más que el '7' mejorase en la segunda parte...

La primera titularidad de Lino hizo olvidar, con creces, a Yannick Carrasco. Dentro del flojo rendimiento que brindó el Atlético en la primera mitad, el brasileño emergió como un rayo de ilusión. Así está el equipo rojiblanco con tan sólo cinco partidos oficiales. Cuando el balón pasaba por sus botas, brotaba un hilo de esperanza en el espectador: podía suceder algo agradable para la vista, más allá del eterno pase de seguridad hacia atrás por el que optaban la mayoría de sus compañeros. Lo de Lino en este Atleti es como cuando te sientan al primo gracioso o al amigo chistoso en la mesa aburrida de una boda que no te apetece estar: de repente le encuentras sentido a tu presencia en la fiesta pese a que tu amigo del alma (llamémosle Yannick Carrasco) fue baja de última hora en la celebración. Samu Lino fue el único que se atrevió a encarar, a mostrar verticalidad y a hacer algo diferente.

"Algún día entrenaré al Atlético", dijo más de una vez Diego Pablo Simeone durante sus periplos en Racing, Catania, San Lorenzo, River y Estudiantes. Llegó un 23 de diciembre en 2011 y cumple su 13ª temporada en el banquillo colchonero. "Roma y la Lazio serán siempre tu casa. Bienvenido Cholo, nuestro campeón de Italia", exhibieron desde uno de los fondos del Olímpico de Roma. Se puede decir que con la Lazio comenzó todo. Al menos para Diego Pablo Simeone: contra este equipo arrancó su camino en Europa como entrenador del Atlético de Madrid. El primero de sus 123 encuentros en competición europea lo disputó en Roma, en el mismo estadio donde vistió 136 veces la camiseta de la Lazio y ganó un Scudetto, una Coppa, una Supercopa de Europa y una Supercopa de Italia, entre 1999 y 2003. Nejc Vincic le mostró una amarilla, como a Maurizio Sarri. Enérgico y de negro, como siempre. A los romanos no les sorprendió el planteamiento del Cholo, con el Atleti incrustado en su campo la mayor parte del encuentro, y firman lo que está viviendo con el Atleti, donde lleva 10 temporadas consecutivas jugando la Champions con él en el banquillo.

Lazio: Provedel (⚽); Marusic, Patric´(🟨, 83'), Romagnoli, Pellegrini (Lazzari, 38'); Vecino (Cataldi, 77'), Kamada (Isaksen, 61'), Luis Alberto; Felipe Anderson (Guendouzi, 61), Zaccagni (Pedro, 77'), Immobile (🟨, 83').

Atlético: Oblak; Molina, Savic, Witsel (Correa, 75'), Hermoso, Lino (🟨, 67') (Riquelme, 78'); Barrios (⚽) (Giménez, 46), Llorente, Saúl; Griezmann (🟨, 27'), Morata.

Goles: Pablo Barrios (min. 29), Provedel (min. 90+5).