REAL MADRID - BAYERN

El efecto espejo del Bayern que explica el respeto del Real Madrid: "Por algo Ancelotti pidió su fichaje"

En el vestuario blanco no hay ni euforia ni favoritismo de cara a la vuelta del miércoles.

Kane se lamenta de una ocasión perdida del Bayern en el Allianz. /EFE
Kane se lamenta de una ocasión perdida del Bayern en el Allianz. EFE
Sergio Gómez
Alfredo Matilla

Sergio Gómez y Alfredo Matilla

"A casa, tranquilidad y a pensar en el Bayern". Con este resumen ordenado, que sonó a aquel 'Gales. Golf. Madrid' de Gareth Bale pero con un simbolismo muy distinto, Carlo Ancelotti anunció que el equipo no iría a Cibeles para celebrar una Liga que en ese instante aún no tenía los lazos blancos en las asas. Los madridistas habían hecho los deberes contra el Cádiz (3-0) y debían esperar el pinchazo del Barça ante el Girona, horas después, para cantar el alirón. Al final, todos aguardaron en el Bernabéu el desenlace de Montilivi. Cuando se consumó el extraordinario triunfo de los de Míchel, que llevó de la mano su participación en la próxima Champions, en Chamartín se festejó la 36ª Liga. Fue una celebración atípica, entre pasillos y palcos, contenida por las circunstancias... y por la sombra del Bayern.

Más allá de que el Real Madrid se vio obligado a guardar el confeti sobre el césped por depender del encuentro en Girona, la cercanía de la vuelta de semifinales de la Champions impidió que el autobús descapotable saliera por las calles de la capital y se aplazara la fiesta multitudinaria. Fue una alegría íntima, entre club, staff y plantilla, que ya ha dejado paso a la importantísima cita con los de Tuchel. Nadie quiere dejarle grietas a las distracciones para preparar una noche que vale una final.

En el vestuario son conscientes de la trascendencia del partido y de la dificultad del rival. Nunca han asumido como propias las voces que veían la debilidad en el Bayern. Perder la Bundesliga por primera vez en once años fue resultado más del estratosférico rendimiento del Bayer de Xabi Alonso que de muchos deméritos en Múnich. De hecho, suma un punto más que la temporada pasada a estas alturas, cuando acabó festejando el título.

Alma gemelas y el peligro de Kane

En Valdebebas hablan del Bayern como el equipo más parecido que hay en el mundo al Real Madrid. En primer lugar por su capacidad de resistencia e insistencia hasta el final. En segundo, porque no le hace falta jugar bien ni ser regular en su dominio sobre el verde para alcanzar resultados. La ida en el Allianz fue el botón de muestra que refleja ese efecto espejo: del 0-1 de los de Ancelotti en el 53' se pasó al 2-1 en el 57'. Dos fogonazos sin demasiada literatura. De ahí que entre jugadores y equipo técnico no haya favoritismo ni trazas de euforia.

El respeto en el seno del club es hacia la globalidad, aunque también hacia lo particular: Musiala, Sané pero sobre todo hacia Harry Kane. Más allá del gol de penalti que marcó en el primer duelo (2-1), el delantero inglés desplegó muchas de esas virtudes que le han aupado a la cabeza del pichichi en la Budesliga (36 tantos) y le han convertido en arma capital para Tuchel: aparición entre líneas, buena lectura de juego sin balón y una enorme capacidad para buscarse la vida. En la ida, Rüdiger no logró atarle bien en corto. "Por algo quiso Ancelotti su fichaje", refuerzan en el corazón de Valdebebas. El delantero fue petición del entrenador el pasado verano para reforzar una plantilla que se iba a quedar sin Benzema; el club lo desechó por la 'Operación Mbappé 2024'.

"A casa, tranquilidad y a pensar en el Bayern", recordamos que dijo Ancelotti tras el Cádiz. Pero el italiano lleva trazando el plan para la vuelta casi desde el avión de regreso a Madrid. El 2-2 le dejó una conclusión por encima del resto para encarar el encuentro del miércoles en el Bernabéu con ajustes y argumentos: no repetir las pérdidas de balón, sobre todo al inicio, del Allianz. En ese aspecto flaquearon jugadores como Vinicius y el equipo lo acusó, puesto que un error de ese tipo obliga al resto al repliegue y a jugar en bloque bajo. Si uno se descuelga del trabajo en defensa, al sistema le salen goteras y se paga.

Sobre ese capítulo, el de la seguridad atrás, cimentó el Madrid el título de Liga y a él pretende abrazarse Ancelotti para acabar con un Bayern que en muchas ocasiones es el reflejo en el espejo de los blancos. Un parecido que ha hecho de este encuentro un Clásico en Europa y que lleva a todos los estamentos del club de Chamartín a tener mucho respeto al encuentro de dentro de dos días.