BENFICA 0 - BARCELONA 1

El espíritu de Raphinha impregnó al Barça y nació en dos charlas con su mujer y Flick: "Teníamos que sufrir"

El brasileño volvió a ser clave en Lisboa y se ha convertido en uno de los futbolistas más determinantes de la temporada.

Como en la liguilla, un gol de Raphinha le valió al Barça para ganar en Lisboa./AFP
Como en la liguilla, un gol de Raphinha le valió al Barça para ganar en Lisboa. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Fue en una acción aparentemente inofensiva en la que Raphinha encontró oro. Con el Barça preparado para defender un ataque más del Benfica, que embistió pero se topó con un fuerte en el área blaugrana -Iñigo y Araujo para sacar agua y Szczesny como salvador-, Raphinha anticipó a su marca para hacerse con pase torpe de Antonio Silva. Trazó un disparo que, posiblemente, un año atrás ni siquiera hubiera intentado.

"Imposible no estar cansado después de un partido como este. Teníamos una idea antes del partido y después de la expulsión obviamente cambian los planes. Lo más importante fue que supimos mantenernos concentrados y con la cabeza de que sería un partido que tendríamos que sufrir para sacar un resultado positivo. Lo hemos hecho muy bien", valoró al final del encuentro.

Con uno menos, el Barça tuvo menos posesiones de las que esperaba. En un ejercicio de heroicidad, Pedri se vistió de Busquets y de Iniesta, para proteger balones y también para transitar aun teniendo una pieza menos sobre el verde. Para crecer y acercarse a Trubin, el Barcelona utilizó las piernas de Raphinha y Lamine. Fue la enésima actuación del brasileño con un desgaste tremendo.

"Después de la expulsión en mi cabeza pasó que sería un partido más complicado de lo normal y que teníamos que sufrir, defender y llevar un resultado bueno para Barcelona", reconoció. "Sabíamos que podríamos tener una o quizás dos en ataque, pero teníamos que estar centrados porque la teníamos que marcar", dijo. Y aunque la más clara fue todavía con el once contra once, en una ocasión que Lewandowski no remató limpiamente, Raphinha tuvo en sus botas la ocasión que sabía que tendría.

«Hemos jugado de manera increíble en un día tan complicado».

Saber sufrir

Remarcó el ex del Leeds que el equipo tendría que sufrir. Y hay pocos jugadores de la plantilla que conocen mejor que él el significado de la palabra. El brasileño nunca negoció la intensidad, pero el fútbol no siempre le acompañó. La temporada pasada no fue fácil para él. Tenía la sensación de que su tiempo en el campo, aun saliendo como titular e independientemente de su rendimiento, siempre iba a ser finito. Apenas necesitó unas semanas con Hansi Flick para revertir una situación que, con Xavi Hernández en el banquillo, le había hecho replantearse su futuro.

"Este verano hubo muchos clubes que me querían, y recibí mensajes de cariño de otros clubes y de aficionados del Barça. Fue difícil especialmente después de la Copa América", reveló unos meses atrás, pensando en los intentos del club por fichar a Nico Williams. El momento clave del verano en que todo cambió fue una sincera conversación con su mujer. "Un día con mi mujer hablamos en casa de todas las opciones y hablamos de todo lo que podía hacer aquí, faltaba mucho hacer en el Barça, y tenía más años de contrato. Era un reto. Teníamos esto en la cabeza. Sabíamos lo que podíamos hacer. Había venido para hacer historia, y quería demostrarle a la gente que no se fiaba...", explicó en una entrevista para al canal de YouTube 'Losimplenovale'.

Con Flick, a Raphinha se le presentó un lienzo en blanco. Tenía claro que empezaba de cero. "Hablé con mis amigos, con mi mujer de nuevo. Cambiará el entrenador, quizás tiene un equipo, quizás no juegas. Yo estaba tranquilo. Con una semana de trabajo, él se enamorará de mí. Me ha pasado siempre, incluso en la selección, con trabajo he acabado jugando", explicó. Y así fue. Se convirtió en un intocable para el entrenador alemán. Y muy sigilosamente ha iniciado un tranquilo camino hacia el Balón de Oro.