La frase que retumba en las paredes de Valdebebas y explica este Real Madrid: "Tenemos mejores jugadores, pero peor equipo"

Era un verano esperado en el Real Madrid. El advenimiento de un equipo galáctico. El fichaje de Mbappé, unido al estrellato de Vinicius Júnior y Jude Bellingham, con el añadido de Endrick y una plantilla pletórica, dibujaba la nueva dinastía blanca, la que tomase el relevo de Cristiano Ronaldo. Un club triunfante, con el mejor estadio y los mejores jugadores, que debutó con título y burbujas en Varsovia contra la Atalanta.

Un mes y medio después, la realidad se ha vuelto en contra de los blancos. Ancelotti cuenta con un cuadro difícil de gestionar, y aún no ha encontrado el juego ni los resultados. El Madrid no brilla y acumula cuatro pinchazos en doce partidos de curso. El último, con derrota frente al Lille en su competición fetiche, hace saltar las alarmas.

Los franceses, un equipo mancomunado y con tino en los ratitos de gloria, desnudó las vergüenzas de este conjunto merengue, más bien pálido. A vueltas entre el 4-3-3 y el 4-4-2, el Madrid no halla la solución ante tanto problema. De fluidez, de esfuerzo, de automatismos, de remar todos en la misma dirección.

La sensación dentro del vestuario es distinta a la del año pasado. En la pasada campaña Ancelotti contaba con una plantilla justa, aún más diezmada con las lesiones, con las bajas de Courtois y Militao para toda la temporada, y sabían que la máxima exigencia en cada partido era una obligación. Ahora, con más talento, no sienten esa presión.

Hay una frase que retumba en las paredes de Valdebebas y que explica a la perfección lo que está viviendo este Real Madrid. "Este año tenemos mejores jugadores, pero peor equipo. El año pasado teníamos peores jugadores, pero mejor equipo", cuentan desde la Ciudad Deportiva blanca.

Sólo ha habido dos incorporaciones, las de Mbappé y Endrick, pero se nota la ausencia de Kroos. Sobre todo, en la jerarquía sobre el campo. En los tramos de duda, antes siempre sabían dónde posar el balón. Este año únicamente Valverde ha exhibido su paso al frente.

Además, entre lesiones y contratiempos, Ancelotti aún no ha dado con su equipo. Mantiene las dudas sobre el esquema y sus jugadores no transmiten sentimiento de bloque, de jugar de memoria. Y es normal. Tan sólo son dos meses de competición, casi sin pretemporada y cada vez con más partidos, pero hay temor. Todas las miradas apuntan al italiano.