La ilusión y el bufandeo ganaron al miedo antes del Real Madrid - Manchester City: "He venido asustado… pero no quería perdérmelo"

El Santiago Bernabéu y sus alrededores fueron una fiesta antes y durante el Real Madrid-Manchester City… a pesar del pavor que habían infundido entre muchos aficionados las amenazas del Estado Islámico. Al-Naba, una de las agencias de propaganda vinculadas al ISIS, publicó en su web el 7 de abril una imagen en la que aparecía el estadio blanco junto a un texto en el que se establecía el coliseo de Concha Espina como objetivo de acciones terroristas. Antes había corrido como la pólvora por WhatsApp una supuesta publicación del Daesh en la que, bajo el texto "Matadlos a todos", la organización yihadista colocaba en la diana a los cuatro recintos que acogen entre el martes y el miércoles los cuartos de final de la Champions.

La alerta suscitada hizo que algunos seguidores se acercasen a Chamartín con cierto temor e incluso "asustados", como reconoció Carmelo Villamor, un simpatizante de San Fernando (Cádiz) que visitó el Bernabéu por primera vez. Como al resto de los 80.000 espectadores que poblaron las gradas, la intimidación yihadista no consiguió frenarle: "No podía perdérmelo. Leímos las noticias y no nos hizo ni pizca de gracia, pero no pensé en ningún momento en quedarme en casa". En su caso, después de haber pagado 220 euros por un billete, se sintió "seguro" pese al susto de las horas previas.

Más de 2.000 agentes velaron por la seguridad en las afueras con ese objetivo, hasta con un par de drones policiales que sobrevolaron la espectacular llegada del autobús del Real Madrid. Miles de aficionados se agruparon en la bajada hacia la plaza de los Sagrados Corazones para reproducir la clásica imagen que suele acompañar a los blancos cuando afrontan un encuentro importante en el Bernabéu, especialmente si se trata de un duelo de Champions. Aunque la quedada no fuese tan multitudinaria ni ruidosa como en las grandes noches (la convocatoria suele ampliarse en citas de vuelta y en rondas más avanzadas), el equipo sintió el cariño de los suyos.

En los aledaños, con efectivos de la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía Municipal y veintenas de furgones apilados y multitud de caballos que controlaron la entrada de los fans del City, el plan respondió a lo "corriente", según fuentes policiales, para un partido declarado de alto riesgo desde el pasado 19 de marzo. El despliegue se sumó a las medidas previstas en el Plan de Prevención, Protección y Respuesta Antiterrorista para la actual alerta, que ya se situaba en un nivel de 4 sobre 5.

Nadie (ni el Real Madrid ni los cuerpos de seguridad) quisieron confirmar que el dispositivo se hubiese reforzado, con la intención de no amplificar la alarma y llamar a la calma. Todo transcurrió con normalidad. El Manchester City, según pudo saber Relevo, tampoco recibió ninguna comunicación especial respecto al asunto y su hotel no mostró refuerzos extraordinarios. Salvo algún conato de incidente rápidamente aplacado por la Policía, en el acceso de los seguidores ingleses al Fondo Norte no se registraron incidentes.

Varios personajes destacados, como Rafaela Pimenta, agente de Haaland; el exfutbolista brasileño Zé Roberto; el jugador de pádel Ale Galán; el cantante Plácido Domingo; el músico José Mercé; o el presidente del sindicato AFE, David Aganzo, se dejaron ver en la puerta del palco de honor.

Dentro del estadio, la afición respondió a la iniciativa lanzada por algunos usuarios en redes sociales y acudió en masa vestida de blanco. Algunos futbolistas, como Rodrygo y Joselu, también habían alimentado la campaña para ver un Bernabéu completamente teñido de camisetas del Real Madrid. Y el resultado fue un ambiente propio de una cita de este tamaño.

La grada erigió un mosaico por todo el perímetro del Bernabéu con cartulinas blancas, moradas y amarillas y un enorme tifo con el lema "Historia que tú hiciste, historia por hacer" desplegado en la zona de Preferencia. Con Tchouameni en el once como central y sin más sorpresas en el lado local, el estadio jugó su papel antes de que comenzase la vibrante batalla entre Ancelotti y Guardiola.