Otra noche aciaga de Mbappé acaba con una lesión de tobillo y pitos de una parte del Bernabéu

El Real Madrid confiaba en que Kylian Mbappé sacase su mejor versión para remontar contra el Arsenal, pero no sucedió y el Bernabéu empieza a cansarse. El francés cuajó un partido pobre, tratando de intervenir en el juego pero sin ningún acierto y generando poco en ataque más allá de un disparo en la primera mitad que se marchó cerca del palo. En línea con el resto del equipo, dejó muchas dudas, con la diferencia que las expectativas en su caso están muy lejos de cumplirse.

De ahí que la afición le despidiese con pitos. En el 75 fue sustituido por Brahim y parte del estadio le despidió con silbidos. Otros optaron por aplausos, pero sin duda la opinión pública estaba dividida. Porque hay parte de la grada que no sólo no perdona su falta de acierto, sino que critica esa versión indolente que no muestran otros futbolistas y que en su caso, como estrella que es, se le reclama.

El cambio se debió a una lesión. Una torcedura en el tobillo derecho que le dolía como para tener que irse al banquillo. Los médicos le escoltaban mientras se marchaba cojeando y escuchando lo que dictaba el Bernabéu. Las pruebas en las próximas horas dictarán si podrá estar el fin de semana contra el Athletic, contra el Getafe el miércoles que viene y, sobre todo, en la final de Copa del sábado 26 en La Cartuja.

No le salen las cosas a un futbolista del que se esperaba más a estas alturas. Sus 33 goles, cifra muy elogiable, saben a poco porque no muchos de ellos han llegado en grandes noches. Sólo el hat-trick contra el City, también en el Bernabéu, se recuerda como una gran actuación en un partido de campanillas,. También otros buenos encuentros en Liga, de menor entidad, pero casi nunca redondos.