Por qué no fue penalti la mano de Giuliano Simeone: "Desde lo de Cucurella están desorientados y dieron un bandazo..."
El balón golpeó en la extremidad del rojiblanco. Este la tenía despegada del cuerpo. Ni Marciniak ni el VAR lo consideraron.

El derbi de Champions, entre Atlético y Real Madrid, no estuvo exento de polémica, como no podía ser de otra manera. En el minuto 20, el equipo de Carlo Ancelotti reclamó un penalti por una mano extendida de Giuliano Simeone, que interceptó así un centro de Vinicius que no iba a ningún sitio. Por supuesto, no existía ninguna voluntariedad, pero los blancos consideran que el hecho de tenerla despegada del cuerpo es suficiente para señalar pena máxima. Marciniak, al frente del encuentro, consideró que no era punible. Y Kwiatkowski, su compatriota y compañero desde el VAR, tampoco creyó que fuera para llamarle a la pantalla.

Vinicius recibe el balón y encara a Marcos Llorente, se acaba llevando el balón a regañadientes, se resbala y, con el fin de tratar de salvar la acción y sacar algo positivo, acaba golpeando la pelota. Probablemente su intención era conseguir un córner, pero pudo darle una acción diferencial a los suyos. Porque su golpeo con la pierna izquierda acabó impactando en la mano de Giuliano Simeone, en el interior del área, extendida y, pese a ser una posición natural, estaba considerablemente despegada del cuerpo. Marciniak algo vio en primera instancia, pero incidió en que estaba abajo. Quizás una acción que se hubiera señalado en LaLiga EA Sports, pero en competición europea el colegiado suele ser más cauto y no penalizar a la mínima. El VAR tampoco le avisó para que la revisara en la pantalla.
Mateu Lahoz, experto arbitral en Movistar Plus+, considera que el colegiado polaco acierta y que no se debió señalar pena máxima: "Desde que ocurrió la de Cucurella y dieron ese bandazo, en estas jornadas han pitado manos de este tipo. Para mí, de verdad, tal y como está situada la mano, de forma natural y la distancia es muy corta, en este caso, de Vinicius... Y es muy sorpresiva, ya que no esperas que desde tan abajo saque un centro que eleve el balón. Un poquito desorientados desde aquel bandazo del verano...". Sentencia: "Hay que tener en cuenta que cuando el compatriota en el VAR tiene sinergia, las decisiones son más sensatas. Ayer hubo una muy extraña porque eran de diferentes países...".
Ya en la segunda mitad, en el minuto 69, Mbappé cogió un balón en carrera, regateó, encaró a Lenglet y este le arrolló para evitar que se quedara mano a mano con Oblak con toda la portería para marcar. Marciniak no tuvo dudas y el central ni protestó. Le amonestó con cartulina amarilla. El doble castigo roja y penalti solo se aplica en casos muy drásticos, como parar con la mano un gol cantado, evitar que alguien remate a portería vacía o, por supuesto, si hay una fuerte entrada que ya hubiera sido expulsión por su dureza en otro lugar del campo.
Marciniak, al mando
El elegido para arbitrar este partido de alto voltaje ha sido el polaco Szymon Marciniak, sin duda uno de los mejores considerados por UEFA y unos de los colegiados con más prestigio a nivel internacional. Le avalan experiencias como la final del Mundial 2022, la final de Champions League 2023 o la final del Mundial de Clubes 2023. Debutó a los 21 años como árbitro y su ascenso fue fulgurante, hasta el punto de debutar en 2009 en la primera categoría polaca y en 2011 ya en UEFA. "Uno de los mejores", considera Mateu Lahoz.
Su experiencia con los equipos españoles es pareja. Sorprende, por ejemplo, las estadísticas del Real Madrid, que ha ganado cuatro partidos, ha empatado dos y ha perdido tres con el polaco a los mandos. Esta temporada les ha dirigido frente a la Atalanta, con triunfo madridista por 2-3. Su peor recuerdo fue el 2-4 que les endosó el Atlético en la Supercopa de Europa 2018 y el 4-0 del Manchester City en 2023.
El Atlético, por su parte, cuenta con Marciniak como uno de sus árbitros predilectos estadísticamente hablando, con un saldo de siete triunfos y solo una derrota. Con él ya saben lo que es ganar un derbi tan trascendental como este. El colegiado, eso sí, fue acusado de madridista después de ser visto con un neceser del Real Madrid, aunque nunca se llegó a demostrar que fuera suyo.