De la versión más inglesa de Raphinha a la frustración por el cambio

Raphinha era uno de los jugadores que debía liderar al Fútbol Club Barcelona en el partido de ida de los octavos de final de la Europa League. El brasileño se reencontraba con el Manchester United, equipo al que se enfrentó en varias ocasiones durante su etapa en el Leeds y al que ya sabía lo que era marcarle un gol.

En la rueda de prensa previa al partido, Raphinha fue el elegido por el Departamento de Comunicación del Barcelona para comparecer ante los medios de comunicación. El brasileño, hombre de pocas palabras, sí que se mostró más hablador cuando le preguntaron por su disparo desde fuera del área.

"Voy a intentar hacer lo que hacía, a hacer lo que me gusta hacer que es rematar de lejos. Pero cuando no tengo espacio, con equipos tan bajos, es complicado", decía Raphinha en rueda de prensa. Y vaya sí se lo tomo al pie de la letra.

Raphinha, cumpliendo los pronósticos, salió en el once titular ubicado en la banda derecha. El brasileño estuvo muy activo y fue el que más peligro generó en la portería de David de Gea. Eso sí, todos sus lanzamientos fueron desde fuera del área. Justo lo que había comentado que no había podido hacer en anteriores partidos. Hasta en cinco ocasiones probó fortuna desde fuera del área. Y tuvo recompensa.

En la ocasión que quizá menos esperaba marcar, Raphinha coló el balón al fondo de la red. Un centro-chut suyo sorprendía a De Gea, que le molestaba el duelo entre Lewandowski y Varane, y veía como el balón se introducía en su portería. Volvía a marcarle Raphinha al Manchester United. Y en un momento clave para su equipo, subiendo el 2-2 en el marcador.

Raphinha es uno de los jugadores que mejor golpeo tiene de la plantilla. Lo demuestra en los entrenamientos diarios en la CE Joan Gamper y también lo hizo en su etapa en Inglaterra.

Después de tener otra ocasión muy clara con un remate de cabeza, Xavi decidió sustituir al brasileño para dar entrada a Ferran Torres. No se lo tomo nada bien Raphinha, al que se le vio disgustado con la decisión del técnico y refunfuñando mientras iba hacia el banquillo. A medio camino, aplaudía al público del Camp Nou y se daba la mano con Xavi antes de sentarse.