La Real aprende de la Copa y prepara un recibimiento acorde a una "noche histórica"
El club comunicó la ruta que realizará el autobús del equipo, con cambios respecto a la que se vivió el martes pasado ante el Mallorca.

Las tardes y noches especiales en el fútbol merecen un recibimiento al equipo a la altura. Por una cuestión de crear una atmósfera única, la cual Imanol Alguacil valora en gran medida a la hora de encarar un partido. Para él, un hombre de la casa que se enfrenta por primera vez a esta tesitura, y para su Real Sociedad, también nuevo en esto, supone el pitido inicial del partido. También para Take Kubo, que ayer aseguraba que a pesar de que el vestuario no encuentra su mejor versión en este 2024, quieren vivir "una noche histórica".
Imanol pidió la semana pasada ante el Mallorca un regreso al pasado. El oriotarra quería recuperar la vieja costumbre de que el equipo recorriera la Avenida de Madrid, un paseo recto y que permite a los jugadores visualizar el estadio en el horizonte, como contra el Mirandés en 2020. La ruta, sin embargo, se mantuvo en el Paseo de Errondo, lo que permitía no tener que cortar el tráfico en una zona de tráfico constante de coches, autobuses y taxis.. A pesar de que no se verán satisfechos los deseos del técnico, sí habrá un cambio significativo.
Cierre a un barrio
A ojos del club y los fans, la previa ante el Mallorca se quedó corta con respecto a la talla de la cita. Era la oportunidad de volver a pisar una final de Copa del Rey tres años después de haber conquistado La Cartuja. Y acabaron quedándose a un penalti de cumplirlo. Con el equipo en su momento futbolístico y anímico más bajo de la temporada, el club ha puesto solución organizando un recibimiento a la altura.
💥🎇 Gran recibimiento a la Real Sociedad en su llegada al Reale Arena pese a las fuertes medidas de seguridad de la Ertzaintza.pic.twitter.com/i1AFBPyzhSpic.twitter.com/EJpIsiC1hZ
— BeSoccer (@besoccer_ES) February 27, 2024
El autobús recorrerá arropado por los suyos los mismos metros que hace siete días, medio kilómetro. Es la distancia que separa la rotonda de Podavines de la estación del Topo que conecta los pueblos guipuzcoanos de los alrededores de Donostia con el Reale Arena de manera directa. Durante esos 500 metros, y una hora y media antes del comienzo de la vuelta de los octavos de la Champions League, los aficionados tendrán dos nuevos permisos en comparación al partido de Copa. Por un lado, podrán invadir las aceras anexas a las zonas residenciales del barrio de Amara Berri, que será aislado entre las 19:00 y las 21:00 de hoy. Y por si no fuera poco una ampliación del espacio, estará también permitido un mayor acercamiento al equipo. Se reducirá la vigilancia de la Ertzaintza, quitando el cordón policial que varios seguidores rompieron el martes pasado con el fin de alentar a la plantilla a pie del vehículo.
Desde las 19:25 de la tarde, todos aquellos que acostumbran a inundar los alrededores de Anoeta disfrutando de la fiesta y 'poteo' previos podrán acercarse a calentar el encuentro. Y es que a pesar de que la Real Sociedad apeló en un comunicado informando de todas estas medidas a que los aficionados acudieran con tiempo al estadio, esto no será un problema si atendemos a la tradición donostiarra de juntarse cerca de Anoeta desde horas antes.
En vilo por los parisinos
El empujón al equipo se completará con el despliegue de un tifo dentro del estadio a la salida de los futbolistas desde el túnel de vestuario, mezclado con la sintonía de la máxima competición europea de fondo. Todos los ingredientes para recibir a la plantilla, esta semana sí, como se merece una eliminatoria que no viven desde hace dos décadas.
Para garantizar un recibimiento tranquilo el club también aseguró la tranquilidad de los suyos cercando a los parisinos desplazados en un rincón concreto. Será en una zona próxima al acceso de la puerta 7 del Reale Arena, la designada para los visitantes. Esto hará que los socios y socias que suelen llegar a sus asientos por las puertas 8 a la 16 deban alterar su recorrido habitual, pero al menos tendrán la seguridad de no cruzarse con los ultras franceses, cuya presencia ha provocado que el partido sea declarado de 'alto riesgo'.
En la ida ya advirtieron a los vascos desplazados de que lo ideal era evitar utilizar la línea 10 de metro "a toda costa", la que los ultras frecuentan. Afortunadamente no tuvieron que lamentarse incidentes entre las aficiones, pero con la eliminatoria aún sin cerrar (el 2-0 de la ida deja abierta la puerta a la épica) la presión parisina puede hacerse notar en Donostia.