REAL MADRID

Cómo un saque de banda destapó la desesperación del Real Madrid ante un Arsenal más serio, más preparado y más listo

El equipo inglés superó a los blancos en casi todas las fases del juego.

Bellingham y Rice se enzarzan tras una entrada./Reuters
Bellingham y Rice se enzarzan tras una entrada. Reuters
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

El Bernabéu estuvo a la altura de las expectativas, pero no un Real Madrid que ya en la primera parte mostró signos preocupantes, incapaz de romper la bien armada defensa del Arsenal. Arteta había preparado una estrategia mixta, con presión hombre a hombre en la salida blanca y un bloque ordenado cuando les metían cerca de su área. Así acabó el primer acto con seis tiros locales pero sólo un 0,1 de goles esperados. Por su parte, los ingleses sí tuvieron oportunidades más claras, como el penalti fallado por Saka.

La imagen de un saque de banda al final de la primera mitad demostró que el Madrid estaba ansioso y desesperado ante un equipo mejor plantado. Sacó una falta en el perfil izquierdo que acabó en saque de banda en la derecha. Primero Valverde y luego Lucas Vázquez tardaron prácticamente un minuto en sacar, buscando compañeros que nunca llegaban. La demostración de que por mucho ímpetu que le ponían, las cosas no salían.

Además, el Arsenal no sólo se mostró más convincente en lo futbolístico, sino que entendió mejor lo que necesitaba para pasar del partido. De ahí las continuas pérdidas de tiempo. Los jugadores, especialmente David Raya, se tomaban su tiempo para sacar, arañando cualquier segundo al cronómetro. Los pitos de la afición no les ponían nerviosos y el árbitro tardó en pararlo. No fue hasta el 36 cuando le sacó una amarilla al guardameta gunner.

El Madrid corría y presionaba. De hecho, robó varios balones de los que no se habían visto esta temporada, con dos o tres hombres persiguiendo a rival. Pero con la posesión, pocas ideas y, sobre todo, una infinidad de balones colgados que siempre ganaban los futbolistas rivales. Alguno de ellos provocó algún problema, pero sin incomodar demasiado a Raya.

La segunda parte, más de lo mismo. Una salida fulgurante, espoleada por los cánticos de una afición entregada, pero que cada vez tenía más dudas. Ya asomaban algunos pitos antes del entretiempo y se confirmaron cuando, siete minutos después del pitido del árbitro, el Arsenal tomaba la posesión. La grada visitante se animó a cantar unos "olés" en una de las posesiones largas de su equipo.

En el 65, prácticamente la sentencia. Una jugada coral, con Merino y Saka como protagonistas, acababa con el 0-1 y las ilusiones de remontada. Parecía que el tanto de Vinicius poco después volvía a ilusionar, pero fue poco más que un espejismo. De hecho, terminó perdiendo. El Real Madrid no dio para más.